Archive for 29 abril 2017

Aristóteles, Dimitris y el sexo

Aventuras en el regreso al supuesto sepulcro del filósofo en la antigua ciudad griega de Estagira

Dimitris Sarris, pensativo ante la que se cree que es la tumba de Aristóteles en la vieja Estagira, junto a la moderna Olympiada. J. A.

Fuente: JACINTO ANTÓN > Barcelona  |  EL PAÍS
29 de abril de 2017

Conozco pocas personas que hayan estado dos veces en la tumba de Aristóteles, y yo soy una de ellas; es verdad que queda un poco a desmano. En realidad, no hay una certidumbre absoluta de que el monumento que se alza entre las ruinas de la antigua Estagira, en un promontorio boscoso junto al mar en las afueras del pueblecito griego de Olympiada, en Macedonia, sea el lugar de descanso final del filósofo, pero existen muchos indicios. Y están, sobre todo, el ferviente convencimiento y el contagioso entusiasmo de Dimitris Sarris, el propietario del hotel Germany de Olympiada —que también es el feliz dueño de su principal competencia, el Liotopi, casi enfrente—. Dimitris es el factótum de esta pequeña localidad de la Calcídica y parece salido, según el humor que tenga, de las páginas de uno u otro de los dos hermanos Durrell, Gerald y Larry.

Alzó una ceja el otro día al verme aparecer de nuevo en su restaurante, pero enseguida se sentó a nuestra mesa (esta vez yo viajaba con unos amigos) y se puso a planificar nuestra estancia y los menús de los días sucesivos mientras escanciaba generosamente un estupendo Tsantali blanco de los viñedos de la vecina península del Monte Athos. Yo había conseguido arrastrar arteramente a mis compañeros a esta esquina de Grecia con la promesa de unos días idílicos en las estupendas y desiertas playas de la zona, pero mi agenda secreta estaba llena de visitas a yacimientos arqueológicos y monumentos (de Anfípolis y Argilos a los monasterios del monte Athos, que ya saqueamos una vez los catalanes), empezando por el regreso a la vieja Estagira y la supuesta tumba de su más célebre hijo: a ver si arañábamos un poco más el misterio.

El empleo de consoladores, insistía Dimitris, no ha de ir en desdoro de los varones griegos sino que se debía a que estos pasaban fuera de casa mucho tiempo, en las guerras.

Así que a la mañana siguiente allí estábamos pertrechados como viajeros del Grand Tour junto a la pequeña iglesia de los santos Nikolaos y Anastasia. Ataviado con camisa impoluta y americana, Dimitris se empeñó en ofrecernos una visita guiada por las ruinas (que ya conozco como la palma de mi mano), dedicando especial atención a las féminas del grupo y ofreciéndonos no solo informaciones arqueológicas sino consejos prácticos como qué hacer si te ataca un enjambre de abejas (estirarte en el suelo y levantar las piernas: las abejas atacarán a tu parte más elevada, o al menos eso sostiene Dimitris). Nos alertó de que entre las piedras, donde las raíces tropiezan con el mármol, como diría Yannis Ritsos, puedes encontrar víboras cornudas, ohiá en griego. Empezamos en la acrópolis de la ciudad, con sus maravillosas vistas sobre el mar de un azul deslumbrante, y fuimos descendiendo por los senderos a la fresca sombra de los pinos y los olivos que cubren todo el promontorio. Es la mayoría terreno arqueológicamente virgen, pues solo se ha excavado un 7 % de Estagira.

La visita al monumento que el arqueólogo Kostas Sismanidis, gran amigo de Dimitris, acredita como la tumba de Aristóteles la realizamos con reverencial respeto. Dimitris nos enseñó detalles como la extraña posición vertical de algunos bloques y aventuró en voz baja y mirando a un lado y otro hipótesis sobre la existencia de una cripta secreta. En realidad, lo más probable es que la urna que contenía las cenizas de su paisano estagirita desapareciera hace mucho tiempo. «Si encontramos las cenizas todo cambiará para bien en Olympiada», suspiró Dimitris.

Desde mi anterior visita el verano pasado hay pocas novedades arqueológicas: la excavación apenas ha avanzado pero se ha instalado una pasarela de madera y un banco, de forma que ahora puedes sentarte junto a las ruinas y pensar, no sé, en la Ética Nicomáquea. Presa de una súbita inspiración, extraje de mi mochila mi ejemplar de la Poética —nunca viajo sin él a la tumba de Aristóteles— y le pedí a Dimitris que nos leyera un pasaje. Lo hizo emocionado y por un momento, allí, bajo el sol, la noble cabeza con el escaso cabello agitado por la brisa del mar, pareció transfigurarse en el busto de mármol del filósofo que preside la plaza de Olympiada.

Un visitante en las ruinas de Estagira.

Marchamos con el alma más ligera y Dimitris ya había pasado de la Grecia clásica a los chistes y explicaba el de César y la trirreme cuando llegamos a una zona de ruinas de viviendas. Dimitris contó entonces que aquí habían aparecido dos, ejem, penes de cerámica, de tamaño natural (si es que existe tal cosa) y realistas hasta lo más explícito. A la vista de que había logrado captar la atención de las chicas, que antes estaban más por la perspectiva de playa que por la planimetría de la polis, el cicerone entró en detalles. Los dos falos presentaban orificios donde debían, y al parecer se rellenaban con líquidos calientes para su uso como “juguetes sexuales”, consoladores, vamos. Al principio pensé que había entendido mal, puesto que el inglés de Dimitris es casi tan malo como el mío, pero no cabía duda: el griego estaba ofreciendo una auténtica clase de erótica en la cuna —y posiblemente última morada— de Aristóteles. El empleo de consoladores, insistía Dimitris, no ha de ir en desdoro de los varones griegos sino que se debía a que estos pasaban fuera de casa mucho tiempo, en las guerras. Virilidad no faltaba en esa época y he ahí la falange macedónica, los espartanos y Epaminondas. Se cumplía. Le pregunté por el destino de los dos apéndices. Se ensombreció. “¡Ah, katastrophi!”, exclamó con cara de Zorba, “los llevaron al museo de Polygiros, un día fuimos a verlos, al cabo son de aquí, ¡y no estaban!, ¡los habían escondido! Por pudor. ¡Pero si son parte de nuestra historia!”. Le expliqué que en Barcelona había sucedido algo similar con la muy dotada estatua de Príapo que pasó años en el ostracismo en un cuartito en el Museo de Arqueología junto al lavabo de señoras, donde, por otro lado, debía ser feliz.

En su interés por el sexo, en realidad, si bien se piensa, Dimitris no hacía sino seguir el ejemplo de Aristóteles, ese hombre de infinita curiosidad que sostenía que los calvos tienen más fluido seminal y que los humanos somos especialmente libidinosos, como lo demuestra, decía, que solo nosotros y los caballos tengamos sexo durante el embarazo. Más cuestionable quizá es su afirmación de que a las sacerdotisas menopáusicas de Caria (Anatolia) les crece la barba y lo de que la sepia hembra es menos solidaria que el macho, en el contexto de su visión sombría en general del carácter femenino (véase el estimulante La laguna, cómo Aristóteles inventó la ciencia, de Armand Marie Leroi, Guadalmazán, 2017).

Abandonamos la vieja Estagira más sabios para vivir otras aventuras griegas, entre ellas la bronca de Alexandros, el flamígero guardia del túmulo de Kasta, y el atraco de una mesonera búlgara en Ouranopolis. Pero lamenté tener que marcharme sin conocer a Menelao, el tejón que acude cada noche a comerse los higos al jardín del Liotopi. El año que viene vuelvo, Dimitris. Y raro será que no me hagáis estagirita de adopción.

 

29 abril 2017 at 10:19 am Deja un comentario

Sagunt revive su esplendor romano

Más de 150 personas participan en un festival que recreará combates de gladiadores, lucha clásica y hasta cómo se hacía la venta de esclavos

Momento del desfile realizado ayer que congregó a las autoridades ante el ayuntamiento.

Fuente: M. Arribas > Sagunt  |  Levante-EMV
29 de abril de 2017

Sagunt revivió ayer su esplendor en la época romana, con el inicio del nuevo Festival de Recreación Histórica en el que participan, durante todo el fin de semana, más de 150 personas llegadas de diversos puntos de España.

Un acto a las puertas del ayuntamiento ante las autoridades municipales dio comienzo a esta primera edición de «Saguntum invicta» en el que se reproducirán fielmente «y con todo el respeto» cómo eran las luchas entre los gladiadores, la venta de esclavos y otros aspectos de la vida en el Imperio.

Personajes de todo tipo, desde magistrados a sirvientes, volvieron a la vida en un desfile que ambientó las principales calles del casco histórico y que finalizó en la plaza Glorieta.

Este despliegue de color venía siempre con indumentaria y complementos fieles a las de aquella época que en el caso del grupo de recreación local, Saguntum Civitas, iba un paso más allá pues los nombres de sus personajes en ningún caso han sido elegidos al azar. Corresponden a los de personas que, en realidad, llegaron a vivir en la ciudad.

Este desfile o «Pompa» se repetirá tanto hoy como mañana, poco antes de que comience una recreación en el Teatro Romano donde se escenificarán desde combates a vivencias cotidianas de época imperial; todo, con la participación de los grupos Tarraco Ludus, de Tarragona; Ludus Augusta, de Zaragoza; Cohors III Lucensium, de Lugo; la Asociación Napoleónica Valenciana; el Club de Lucha Camp de Morvedre y Saguntum Civitas.

Lucha clásica

En este festival pionero en España también se podrá ver algo muy singular pues se recrearán combates de la lucha clásica que se practicaba en los Juegos Olímpicos. Para ello, varios deportistas saguntinos han tenido que entrenar a fondo pues algunas técnicas empleadas entonces ya no se usan ahora.

«Estamos muy ilusionados de recuperar esa parte de la historia. El objetivo de esos combates era derribar al luchador contrario hasta tres veces de un modo más parecido a la lucha libre olímpica que a la grecorromana», explicaba el presidente del club, Juan Carlos Morte. «Se permitía el uso de las piernas y de algunas técnicas dolorosas prohibidas hoy, no había límite de tiempo ni de espacio y estaba dirigida por un árbitro que velaba, con el uso de una vara si era necesario, porque se respetasen las reglas del juego y los luchadores no fueran pasivos», añadía antes del inicio oficial de este certamen que nació del consejo asesor para lograr que la ciudad sea declarada Patrimonio de la Humanidad.

La cita de hoy será a las 18 horas, que es cuando comenzará la Pompa en el Teatro Romano para llegar hasta la Glorieta y luego volver al mismo lugar. Allí está previsto que, 60 minutos después, comience la recreación de aquellos juegos; una oferta que se repetirá mañana a las 11 horas con el desfile y a las 12 horas , con los Ludus.

 

29 abril 2017 at 10:17 am Deja un comentario


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Reunificación de los Mármoles del Partenón

"Hacemos un llamamiento a todos aquellos que en el mundo creen en los valores e ideas que surgieron a los pies de la Acrópolis a fin de unir nuestros esfuerzos para traer a casa los Mármoles del Partenón". Antonis Samaras, Ministro de Cultura de Grecia

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