Archive for 21 abril 2017
La cerámica hallada en Tiermes desvela los nombres celtíberos y romanos de sus habitantes
Dos arqueólogos han publicado un estudio en el que reúnen y estudian de forma sistemática los grafitos del yacimiento soriano.
Pablo Arribas, coautor de la investigación enseña algunas de las piezas a alumnos de IE University | Roberto Arribas
Fuente: Europa Press – Soria | Heraldo de Soria
21 de abril de 2017
El estudio de las palabras y símbolos grabados sobre la superficie de la cerámica hallada en el yacimiento de Tiermes ha desvelado algunos nombres propios de los habitantes celtíberos y romanos que un día poblaron este territorio, desde el siglo I a.C hasta el siglo V d.C.
Nombres celtíberos como Elaesus, Indebilis, Surus o Talaus, y otros cuyo origen hispano-latino no ofrece dudas, como Primus, Rufus, Sextus, Antonia o Lanuaria son algunos de los antropónimos identificados por miembros de la Unidad de Arqueología de IE University, tras el análisis de 156 grafitos descubiertos en Tiermes.
Los grafitos son las marcas grabadas de manera intencionada con la ayuda de un objeto punzante sobre los recipientes cerámicos, según ha indicado a Europa Press fuentes de la institución universitaria.
Los arqueólogos Pablo Arribas y Cesáreo Pérez han publicado un estudio en el que reúnen y estudian de forma sistemática los grafitos de Tiermes. Ponen de manifiesto la importancia que el estudio de estos grabados sobre cerámicas tiene para avanzar en el conocimiento de la onomástica de los habitantes de las ciudades del Duero, y de la vida cotidiana de la sociedad hispanorromana.
Según las mismas fuentes, por primera vez se ha sistematizado y recopilado lo aportado a lo largo de 100 años de excavaciones por los distintos arqueólogos que han intervenido en el yacimiento soriano, considerado uno de los más importantes de la Península Ibérica y objeto de estudio por expertos de diversos países del mundo.
Los investigadores sostienen que, en los estudios sobre cerámica indígena y romana, «apenas» se ha prestado atención a «la onomástica reflejada en los distintos recipientes cerámicos». El volumen de grafitos hallados sitúa a Tiermes como una de las «fuentes principales» de información arqueológica en una ciudad indígena-romana del interior de la península y con uno de los «mayores conjuntos singularizados», como ha asegurado el profesor Pérez Gónzález.
El estudio señala que los grafitos de Tiermes pueden dividirse en dos grandes grupos. Por un lado, los epigráficos, que incluyen algún tipo de inscripción, ya sean textos, palabras completas, abreviaturas o numerales. Y por otro, y los anepigráficos, que corresponderían a elementos figurativos o geométricos, símbolos y grafías, como aspas, cruces o dibujos de árboles.
El primer tipo supone «más del 65%» del total de los grafitos de Tiermes y son, en su mayoría, alusiones al propietario o usuario de la cerámica, «en nominativo o genitivo», según han indicado los expertos de IE University. Asimismo, creen que muchos de los grafitos anepigráficos fueron realizados por personas que no sabían escribir, pero que deseaban dejar constancia de su propiedad. Esto, además, era una manera de evitar los robos, han agregado.
Las marcas sobre la cerámica podían ser realizadas antes de la cocción y, en este caso, el grafito suele identificar al fabricante del molde, al dueño del taller o al alfarero. Otra de las opciones –la mayoría de los casos– era grabar una palabra o símbolo con un objeto punzante una vez cocida la cerámica. Una acción llevada a cabo por los propietarios o usufructuarios del recipiente.
La investigación ha constatado que la mayoría de los textos se caracterizan por su brevedad y por un amplio uso de abreviaturas y siglas, y cuya identificación completa es sumamente dificultosa. No obstante, los arqueólogos han podido apreciar algunos nombres de los habitantes arévaco-romanos de Tiermes, que se pueden unir a otros ya conocidos, como los de Retugenus, Rufinus, Medugenus o Carvicius.
Los grafitos revelan el origen, situación o condición social del propietario o benefactor de la cerámica. De esta manera, señalan si es ciudadano, militar, libre o esclavo. El coautor del estudio, Pablo Arribas, ha apuntado que, en Tiermes, «como en otros lugares similares del orbe romano», existía un modelo social «estratificado y desigual», con un «amplio abanico» comprendido entre un escalafón inferior y una «capa acomodada de carácter minoritario», además de clases de individuos claramente diferenciados como esclavos, libertos, peregrinos, campesinos o comerciantes, entre otros.
Los grafitos epigráficos conservados en las cerámicas de Tiermes testimonian su empleo por una «amplia base popular, fundamentalmente hispanolatina», como ha añadido Arribas, que subraya que permiten conocer el «grado de integración cultural» de los habitantes de Tiermes entre los siglos I a.C y el V d.C.
Centenares de piezas de la antigua Numancia regresan a España con motivo de una exposición
Una muestra en el Museo Arqueológico Regional (Alcalá de Henares) presenta las piezas que fueron excavadas por Adolf Schulten en el cerro de La Muela y que él mismo depositó en el Museo de Mainz
Cabeza de lobo. Cabeza de lobo de terracota, fechada entre los siglos II y I a.C. Foto: A. Martínez Levas / MAN
Fuente: ALEC FORSSMANN | NATIONAL GEOGRAPHIC
21 de abril de 2017
Se habla de resistencia numantina cuando se resiste con tenacidad, hasta el límite y en condiciones precarias. La actitud de los numantinos, una población celtíbera que durante varios años repelió los continuos ataques romanos, impresionó a Roma y a sus escritores, quienes mitificaron a Numancia, cuyo yacimiento arqueológico está situado actualmente en el norte de la ciudad de Soria. A mediados del siglo XIX, Eduardo Saavedra descubrió el emplazamiento de las ruinas de Numancia sobre el cerro de La Muela en Garray, pero hay que atribuir al alemán Adolf Schulten (1870-1960) la excavación del impresionante cerco que Escipión Emiliano levantó a su alrededor para consumar la victoria en el siglo II a.C. La toma de Numancia y su legendaria resistencia al invasor romano no pasaron desapercibidas para el joven profesor alemán, quien hizo de su supuesto descubrimiento la piedra angular de su carrera.
La exposición Schulten y el descubrimiento de Numancia, hasta el 9 de julio de 2017 en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid (Alcalá de Henares), presenta por primera vez en España las piezas que fueron excavadas por el propio Schulten en el cerro de La Muela y que él mismo depositó en el Museo de Mainz. Esta exposición, que se celebra primero en Alcalá y después en el Museo Numantino de Soria, supone el retorno de casi 500 piezas. En total se exhiben casi 700 piezas que reflejan la vida cotidiana de los soldados en los campamentos que se construyeron para el asedio, la realidad indígena y fondos documentales y bibilográficos de gran variedad y riqueza. Algunas piezas destacables: el vaso celtibérico de la doma del caballo, el diario de excavación de Schulten y sigilatas romanas procedentes de los yacimientos de Numancia, cedidas pr el Museo Arqueológico Nacional.
Adolf Schulten: polémico y renovador, odiado por unos y un sabio para otros
De esta forma, el Museo Arqueológico Regional (MAR) conmemora los acontecimientos que se desarrollaron en la ciudad de Numancia hace 2.150 años. Un audiovisual, que recibe al visitante, presenta la ciudad de Numancia y la intervención que Schulten realizó en 1905. «Polémico y renovador, de fuerte y narcisista personalidad, odiado por unos y considerado un sabio por otros, lo cierto es que el legado de Schulten ha sido una larga sombra en el panorama académico español, hasta el punto de que muchas de sus conclusiones tras excavar el cerro de La Muela siguen vigentes o no han conocido una revisión hasta hace poco», indica el MAR en una nota de prensa.
‘Campamento romano’. Campamento romano, ilustración de Albert Álvarez Marsal. Ilustración: Albert Álvarez Marsal
‘Incendio de Numancia’. Incendio de Numancia, del ilustrador Albert Álvarez Marsal. Ilustración: Albert Álvarez Marsal
‘El final de Numancia’. El final de Numancia, ilustración de Albert Álvarez Marsal. La escena transcurre en el verano del año 133 a.C., tras 15 meses de asedio. Ilustración: Albert Álvarez Marsal
‘Circunvallatio’ escipiónica. La circunvallatio escipiónica de Numancia según Schulten (1927). Foto: Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
Cerámica celtibérica. Jarra del domador de caballos, cerámica celtibérica de Numancia del siglo II a.C. Foto: A. Plaza / Museo Numantino de Soria
Adolf Schulten. Adolf Schulten durante las excavaciones de 1906 en Peña Redonda. Foto: Juan Patterson
Puntas de flecha. Conjunto de puntas de flecha de gancho (134-133 a.C.) de los campamentos circumvallatio de Numancia. Piezas procedentes del Museo Central Romano-Germánico de Mainz. Foto: Mario Torquemada / MAR
Jarra con pitorro. Jarra con pitorro decorada con cuadrúpedos monocromos, del siglo I a.C. Foto: A. Plaza / Museo Numantino de Soria
Copa decorada. Copa de la abubilla (siglo I a.C.) con decoración polícroma, de la excavación de 1918. Foto: A. Plaza / Museo Numantino de Soria
Hoja de puñal. Hoja de puñal biglobular, del 134-133 a.C. Procedente del Museo Central Romano-Germánico de Mainz. Foto: Mario Torquemada / MAR
Placa de cinturón. Placa de cinturón con decoración incisa y con motivo trenzado enmarcado, del 134-133 a.C. Procedente del Museo Central Romano-Germánico de Mainz. Foto: Mario Torquemada / MAR
Placas articuladas de cinturón. Placas articuladas de cinturón, del 134-133 a.C. Procedentes del Museo Central Romano-Germánico de Mainz. Foto: Mario Torquemada / MAR
Fíbula de espiral. Fíbula de espiral de la Meseta Oriental, fechada entre los siglos VI y IV a.C. Procedente del Museo Central Romano-Germánico de Mainz. Foto: Mario Torquemada / MAR
Vista de la exposición. Vista de la exposición Schulten y el descubrimiento de Numancia, en el Museo Arqueológico Regional. Foto: Mario Torquemada / MAR