Tras dos mil años de misterio descubren cómo funcionaba la legendaria “Puerta del Infierno”
7 May 2018 at 8:21 am Deja un comentario
Entrada al Inframundo o Plutonium. Descubierto en 2012 en Hierápolis | imagen Wikipedia Creative commons
Fuente: Javier Peláez | YAHOO Noticias
6 de mayo de 2018
En la mitología griega y romana Plutón era el dios del Inframundo. Para los cultos romanos, al contrario que las creencias católicas, ese tenebroso lugar no era una idea abstracta sino que existía realmente en la Tierra e incluso se podía acceder a él a través de diferentes puertas.
A esos accesos al inframundo se les conocía como “Plutonium” y solían situarse cerca de cuevas y aguas termales que desprendían vapores tóxicos y olores putrefactos. En la actualidad conocemos tres de esas puertas romanas al infierno. Una se encuentra a mitad de camino de las ciudades turcas de Aydin y Nysa, una segunda se sitúa a orillas del lago Averno, y la tercera la podemos localizar en la ciudad de Hierápolis, también en Turquía.
De esta tercera puerta al infierno ubicada en Hierápolis, el cronista y geógrafo romano Estrabón, ya por el siglo I antes de Cristo, explicaba lo siguiente: “Su espacio está lleno de un vapor tan denso y brumoso que apenas se puede ver el suelo. Cualquier animal que pasa a su interior encuentra una muerte instantánea”. De hecho, el historiador quiso comprobar realmente el misterio de la Puerta al Inframundo y realizó un sencillo experimento: “Arrojé unos gorriones dentro de la cueva e inmediatamente dieron un último suspiro y cayeron muertos”.
Recreación artística del Plutonium de Hierapolis
La puerta del infierno en Hierápolis era un lugar común de sacrificios, allí los sacerdotes romanos entraban acompañados de animales como regalo a los dioses y en el interior de la cueva ocurría algo inquietante: Los animales (cabras, ovejas, aves) caían fulminadas a los pocos minutos de entrar, sin embargo los sacerdotes sobrevivían a la ceremonia. Por supuesto, aquello se interpretó como que los propios dioses elegían las ofrendas que les traían, dejando con vida a los sacerdotes que se las entregaban… así comenzó la leyenda del Plutonium de Hierápolis.
Una leyenda que incluso se vio confirmada recientemente, cuando en 2012, arqueólogos de la Universidad de Salento publicaron los resultados de sus excavaciones y descubrieron por fin la puerta de Hierápolis, donde además encontraron multitud de restos fósiles de animales y aves.
Piscinas termales de Pammukale, con grandes cantidades de bicarbonatos y calcio | imagen Wikipedia Creative Commons
Han pasado dos milenios desde las palabras de Estrabón y el misterio de la Puerta al Inframundo de Hierápolis seguía sin ser desvelado, hasta que hace unas semanas un equipo internacional de geólogos y vulcanólogos han descubierto la solución en un artículo, publicado en el Journal Archaeological and Anthropological Sciences, y titulado: “Deadly CO2 gases in the Plutonium of Hierapolis”
Los investigadores entraron en el Plutonium portando instrumental para la medición de gases y encontraron altos niveles de dióxido de carbono concentrados en las capas más bajas de la cueva. Los datos indican que existen niveles de CO2 entre un 4% y un 53% dependiendo de la altura a la que te encuentres.
En los alrededores de la cueva se encuentran las célebres aguas termales de Pamukkale, donde dicen que se bañó la mismísima Cleopatra. Los gases que propician las abundantes fuentes termales también están presentes en la cueva y se acumulan a baja altura, afectando así a los animales que entraban.
El dióxido de carbono es más pesado que el aire, por lo que tiende a acumularse en las capas más bajas, cercanas al suelo, empujando el aire respirable hacia arriba. Los sacerdotes, al ser más altos, sobrevivían en aquella cueva… sus ofrendas caían asfixiadas, creando así un misterio que ha durado más de dos mil años.
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