Archive for 11 junio 2013

El latín de Iruña-Veleia

El enésimo «allegatus». Responsables de los polémicos hallazgos de Iruña-Veleia envían un informe al juzgado para defender el latín vulgar de los textos

ostracon-Iruña-Veleia

Pieza encontrada en Veleia en la que se pueden leer los nombres de Séneca, Sócrates, Virgilio y ¿Descartes?

Ya han transcurrido cuatro años y medio desde que la Diputación alavesa declaró falsos los hallazgos del yacimiento de Iruña-Veleia, pero Lurmen sigue manteniendo viva la causa en los tribunales. A la espera de los resultados de las analíticas de las ostracas, la sociedad responsable de aquellos polémicos descubrimientos ha enviado un nuevo informe al juzgado para convencer de la veracidad de las piezas. El veintiuno. Su objetivo, demostrar la autenticidad de los textos en latín de las piezas. Una defensa de mas de 200 páginas.

La autora del nuevo estudio es Alicia Satué, licenciada en Filología Clásica y Linguística Indoeuropea por la Universidad de Salamanca y profesora de latín y griego de Secundaria. En él, analiza «la lengua latina de los grafitos teniendo en cuenta la cronología a la que los arqueólogos los atribuyen y a su contexto arqueológico. Sobre esta base, Lurmen sostiene que el informe llega a la conclusión de que «no hay ninguna anomalía lingüística» en las piezas «que no pueda ser justificada por la posibilidad de que la lengua ante la que nos encontramos sea un testimonio auténtico del latín vulgar del siglo III en el norte de Hispania».

La sociedad se queja de que la comisión de expertos de la UPV, aquella que la Diputación designó para analizar la veracidad de las piezas encontradas en el yacimiento, «se limitó a comparar el latín» que aparecía en los grafitos «con el clásico de los textos literarios y de la epigrafía oficial» del siglo I. El cotejo llevó a esos especialistas a no dar fiabilidad a las inscripciones, pero Lurmen les acusa de haber cometido un error de partida, ya que la lengua que reflejan «no es ésta» sino una variante vulgar. «Además, en nuestros contrainformes se manifestaba el desconocimiento por parte de los comisionados de la documentación de época romana que demuestra que lo que daban por imposible no lo es».

La autora del informe El latín de Iruña-Veleia acaba preguntándose por las consecuencias para la ciencia de los estudios que realizó la comisión. «¿Y si se han equivocado?», inquiere. Lurmen quita, directamente, los interrogantes y el condicional. Desde que estalló la polémica, los antiguos directores del yacimiento se han volcado en defender su honestidad y profesionalidad. Frente a las tesis de los expertos que aseguran la falsedad de las inscripciones por el uso de un latín presuntamente vulgar, una reproducción del calvario de Cristo sorprendentemente prematuro, jeroglíficos egipcios o ciertas palabras problemáticas, la sociedad ha ido presentando contrainformes. Previamente al del latín, envió un estudio del catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela Antonio Rodríguez que defiende cómo el reciente descubrimiento del ara con la palabra Veleia «es un aporte a favor de la veracidad de los grafitos que la contenían».

Fuente: Jaione Sanz | Noticias de Álava

 

11 junio 2013 at 1:15 pm 3 comentarios

Bacanales, el escándalo que sacudió la República

En 186 a.C., las autoridades de Roma lanzaron una brutal persecución contra los adeptos del dios Baco, acusándolos de cometer actos inmorales y de brujería durante sus ritos nocturnos

Artículo de Pedro Ángel Fernández Vega. Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, Historia NG nº 113

procesión-báquica-Alma-Tadema

A principios del siglo II a.C. vivía en Roma un joven llamado Ebucio, perteneciente a la clase de los caballeros. Su padre fue un combatiente de caballería que posiblemente murió durante las guerras contra el cartaginés Aníbal, por lo que quedó bajo la tutela de su madre. Ésta contrajo segundas nupcias con Tito Sempronio Rútilo, otro caballero, y ambos administraron a su antojo los bienes que correspondían al joven por herencia. Cuando Ebucio se acercó a la mayoría de edad, el conflicto familiar por una tutela irresponsable parecía inevitable. Fue entonces cuando la madre, para cumplir la promesa que había hecho a Baco cuando su hijo había estado enfermo, pensó en iniciarlo en el culto a esta divinidad, una práctica religiosa muy popular en esos años.

Entró entonces en escena una liberta llamada Híspala Fecenia. Su nombre podría indicar que era de origen hispano, más concretamente de Hispalis (Sevilla), y sin duda era una cortesana de cierta reputación que había seguido ejerciendo su oficio incluso después de adquirir la libertad a la muerte de su dueño. Ebucio e Híspala se hicieron amantes, y su relación fue tan lejos que ella lo nombró su único heredero. Pero cuando el joven le dijo que se ausentaría durante unas noches para iniciarse en el culto a Baco por deseo expreso de su madre, Híspala se desesperó. Para convencerlo de que desistiera le reveló que, siendo esclava, había sido iniciada en el culto por su dueña y sabía que entrañaba toda suerte de bajezas morales. Le aseguró que la única intención de sus padres era buscar su ruina y quedarse con sus bienes. Cuando, persuadido por su amante, el joven volvió a casa y comunicó a sus padres que no participaría en las bacanales, éstos lo echaron. Ebucio se refugió en casa de su tía paterna, una respetable anciana llamada Ebucia, que le aconsejó denunciar el caso al cónsul Espurio Postumio Albino.

Un culto bajo sospecha

El caso llegó entonces a instancias oficiales. Postumio era un patricio y seguramente pensó que este asunto era una oportunidad para recuperar el honor familiar, ya que su padre había muerto en una humillante derrota de las legiones romanas frente a los galos. Secundado por su suegra Sulpicia, matrona de intachable reputación, Postumio investigó el caso. Tras una primera reunión con Ebucia, citó a Híspala. La escena de la confesión, según la relata el historiador Tito Livio, fue dramática: Híspala se debatió entre la obediencia debida a la máxima autoridad de Roma y su compromiso de guardar secreto sobre el culto, ya que lo contrario comportaba el castigo divino. Al final, el cónsul le prometió protección e Híspala decidió confesarlo todo.

La liberta contó que antiguamente el culto de Baco estuvo reservado a las mujeres, que se reunían tres días al año. Pero Pacula Annia, una sacerdotisa de Campania, introdujo varias reformas bajo inspiración divina: habría sido la primera en iniciar a hombres, a sus propios hijos, y habría multiplicado las ceremonias, que habrían pasado a cinco por mes y se celebraban por la noche. «Desde que los ritos eran promiscuos y se mezclaban hombres y mujeres –resume Tito Livio–, no había delito ni inmoralidad que no se hubiera perpetrado allí; eran más numerosas las prácticas vergonzosas entre hombres que entre hombres y mujeres. Los reacios a someterse al ultraje eran inmolados como víctimas. Los hombres, como posesos, hacían vaticinios entre frenéticas contorsiones corporales; las matronas, ataviadas como bacantes, con el cabello suelto, corrían hasta el Tíber con antorchas encendidas y las sacaban del agua con las llamas intactas porque contenían azufre vivo y cal. Era una multitud muy numerosa, y entre ellos algunos hombres y mujeres de la nobleza». Se captaba sólo a los menores de veinte años, los «más permeables al engaño y la corrupción».

Postumio decidió intervenir de inmediato. Expuso primero el caso ante el Senado, agitando los fantasmas de la juventud ultrajada y de las matronas desinhibidas y emancipadas, y los senadores, «presa del pánico», aprobaron un senadoconsulto (decreto) sobre la materia. El propio Postumio anunció las medidas ante la asamblea de los ciudadanos romanos. Denunció la «impía conjura» de los adeptos a esos «cultos extranjeros», «hombres enteramente afeminados, corrompidos y corruptores, embrutecidos por las vigilias, el vino, el ruido y los gritos nocturnos». Se cifró en unos siete mil el número de implicados en Roma. La persecución, por ello, fue implacable y se convirtió en una caza de brujas, la primera conocida en la historia de Europa.

Una sociedad convulsa

Se ofrecieron recompensas a quienes delataran a los adeptos; Ebucio e Híspala recibieron cada uno cien mil ases de bronce. Los sospechosos fueron citados y, si no acudían, eran considerados en rebeldía. Todos los que hubieran profanado sus cuerpos eran reos de pena capital. Las mujeres eran entregadas a sus familias para que las eliminaran discretamente, dentro de casa, en el seno familiar.

Resulta muy complejo determinar hasta qué punto eran ciertas las informaciones que transmite Tito Livio sobre las prácticas de magia, crímenes rituales, sexo mixto y sodomía en estas ceremonias báquicas. La información sobre los ritos mistéricos, por su propia naturaleza, es escasa, y las declaraciones atribuidas a Híspala podrían haber sido un montaje para justificar la persecución.

Hay motivos para sospechar que la persecución contra las bacanales fue una reacción de los sectores dominantes contra las alteraciones producidas en Roma en los últimos treinta años como consecuencia de las guerras contra Aníbal. En efecto, un factor que abrió la puerta a los cultos extranjeros fue el terror provocado por las sucesivas derrotas ante Cartago. Masas de población rural que huían de los cartagineses se habían refugiado en Roma y la plebe se había tornado una masa heterogénea que bullía; no es casual que el culto a Baco prendiera en territorio plebeyo, el Aventino, en el bosque de Estímula, situado a los pies de la colina.

También debe tenerse en cuenta otra cuestión: el papel de la mujer en la sociedad romana. En los años de guerra, las mujeres, mientras sus maridos combatían o al quedar viudas, aprendieron a actuar con independencia, a administrar sus bienes y a ejercer la autoridad sobre los hijos, como hizo la madre de Ebucio. Se atrevieron incluso a reclamar sus derechos: en 195 a.C. se manifestaron para conseguir que se derogara la ley Opia, que restringía la indumentaria, las joyas y los carruajes que las mujeres romanas podían mostrar en público; lograron su objetivo, pese a la oposición de Catón el Viejo y de los tradicionalistas.

Fantasmas masculinos

El escándalo de las bacanales del año 186 a.C. se explica, de este modo, como un intento de restablecer de nuevo el viejo orden romano. Las influencias extranjeras, especialmente griegas, se vieron proscritas. La represión golpeó con fuerza sobre todo la mitad sur de Italia, tierras donde el culto báquico había arraigado con fuerza y que habían desempeñado un rol ambiguo o procartaginés durante los años críticos de la guerra. Los ritos del pueblo quedaron bajo la estrecha vigilancia de las autoridades. El horror ante las supuestas prácticas homosexuales en las bacanales manifestaba la voluntad de reafirmar los tradicionales valores de virilidad y espíritu marcial de los romanos. Y las mujeres quedaron de nuevo totalmente sometidas a la autoridad patriarcal del pater familias, al que se invitaba incluso a ejecutar en secreto a las hijas culpables.

Para saber más

Historia de Roma. Tito Livio. Libros XXXVI-XL. Gredos, Madrid, 2001.

11 junio 2013 at 12:55 pm Deja un comentario

Llíria recupera una piscina climatizada del Imperio Romano única en España

La intervención arqueológica en las termas de Mura descubre una ingeniería hidráulica más innovadora que las de Pompeya, contemporáneas a las de la antigua Edeta

termas-LlíriaLa intervención arqueológica para consolidar, restaurar y poner en valor el complejo del Santuario Oracular y las Termas Romanas de Mura de Llíria ha puesto de relieve algunos hallazgos y novedades de gran calado, según explicó el arqueólogo municipal, Vicent Escrivá a Levante-EMV. Uno de los aspectos más novedosos es que el conjunto termal edetano, datado en el siglo I d.c., cuenta con la primera piscina climatizada y cubierta de la Hispania de la época imperial. Escrivá explicó que es la primera vez que en la Hispania del Imperio Romano se acredita una piscina climatizada «de unas características técnicas tan avanzadas», de hecho, el recinto de baño edetano es «80 años anterior a las Termas de Nerón que también tienen otra instalación similar».

En segundo lugar, el también director del Museo Arqueológico Municipal de Llíria subraya que las termas romanas valencianas «constituyen el conjunto termal más importante de toda Hispania y por tanto de la Península Ibérica, porque para su época, la del Imperio, son más avanzadas incluso desde el punto de la vista de la ingeniería hidráulica que las de Pompeya». Si se miran con los ojos actuales, además, las termas de Edeta, «destacan por su buen estado de conservación y por su valor didáctico ya que son muy accesibles al público y fáciles de explicar, además de conservar elementos de lectura muy claros como grandes muros de sillería de 1,20 metros de ancho».

La intervención del conjunto termal está concluida en su primera fase, casi al 90 por ciento. De hecho, desde fuera del entorno vallado de los 5.000 m2 que componen el parque arqueológico romano, se puede ver el centro de visitantes, que servirá para explicar la importancia de los vestigios así como el proceso de excavación, consolidación y puesta en valor de los mismos. Tal como explicó Vicent Escrivá, hace un año que las obras están paradas por la afectación del colegio Francisco Llopis a la intervención arqueológica. No en vano, el patio del centro escolar está integrado en la gran explanada de Mura por lo que ha sido necesario paralizar la obra en las termas y centrarse en habilitar un gran sótano arqueológico de unos 500 m2, que podrán disfrutar los alumnos del centro escolar así como el resto de ciudadanos. En este momento, Conselleria de Cultura y la empresa adjudicataria tienen que retomar las obras una vez lleguen a un acuerdo económico, tras elevarse el coste del presupuesto previsto -un millón de euros para la primera fase- por la aparición de estos nuevos hallazgos en el subsuelo del colegio.

Precisamente, la integración de estas ruinas romanas en el entramado urbano de Llíria, con la correspondiente urbanización y la adecuación de los accesos que se desarrollará en la tercera fase del plan, «le proporcionan un valor añadido a este complejo termal único en la Península Ibérica», afirma Escrivá. La segunda fase de rehabilitación se centrará en las denominadas termas menores, las que acogían a las mujeres. No en vano, la primera fase de la obra se ha centrado en el primer edificio del complejo: la termas mayores o masculinas.

Fuente: J. M. Vigara | Levante-emv

11 junio 2013 at 6:48 am 1 comentario


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