Archive for 5 junio 2013
El vino francés tiene origen italiano
Un estudio que examinó objetos franceses antiguos utilizados para la fabricación y el transporte de vino sugiere que el líquido francés tenía origen italiano
Plataforma para prensar y drenar las uvas hallada en el sitio arqueológico costero de Lattara, cerca de la ciudad de Lattes, al sur de Montpellier
Los investigadores identificaron evidencias químicas que indican la presencia de vino en ánforas que se sabe fueron importadas de los pueblos etruscos de Italia alrededor del siglo VI antes de Cristo.
Además, una prensa de uvas identificada en la misma región del sureste francés evidencia que el líquido se hizo popular y que generó una industria local que eventualmente conquistaría el mundo.
El estudio, de un equipo estadounidense, fue publicado en el último número de la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Los científicos también hallaron evidencias de que los vinos contenían resinas de pino y de hierbas que posiblemente habrían ayudado a preservar el líquido durante el viaje marítimo de exportación.
Una historia con huecos
El conocimiento sobre la historia del desarrollo del vino es incompleto, principalmente porque el vino deja atrás escasos marcadores químicos que los arqueólogos puedan hoy en día adjudicarle definitivamente al preciado líquido y no a otros productos agrícolas.
Los ejemplos conocidos de producción vitícola más antiguos del mundo están en la región de lo que hoy en día es Irán, Georgia y Armenia.
Los investigadores creen que desde allí las técnicas de producción de vino se esparcieron lentamente hacia el oeste, hasta llegar a Europa.
En 2004, Patrick McGovern, de la University of Pennsylvania Museum, en Estados Unidos, lideró a un equipo de investigación que concluyó que en China tal vez se desarrolló un vino hecho con arroz a la vez o incluso un poco antes que en Medio Oriente.
Pero hay muchos interrogantes sobre los detalles de varias de las etapas de expansión desde Medio Oriente hasta Europa, incluida Francia.
Ahora, en este nuevo estudio, el doctor McGovern y su equipo esclarecieron un enigmático episodio de la historia del desarrollo del vino.
«Se podría argumentar que pudo llegar a Francia desde el norte del continente», indicó McGovern.
«Se podría decir que se extendió por Alemania desde Rumania, por ejemplo. Pero estos resultados realmente nos dan un cuerpo determinante de evidencias de que vino de Italia», le dijo a la BBC.
Historiadores de moléculas
Los historiadores creen que los estruscos, una civilización pre romana en Italia, aprendieron la cultura vitícola de los fenicios, que la expandieron por el Mediterráneo a partir de la edad de Hierro temprana, que en Europa fue alrededor del 700 antes de Cristo.
Estas conclusiones se basan en que ambos pueblos usaban ánforas de forma similar. Estos contenedores estaban especialmente diseñados para el transporte de líquidos y sólidos y permitían la colocación ordenada de carga en el casco de las embarcaciones.
Además, se sabe que los etruscos enviaban bienes al sur de Francia en estas ánforas. Lo que no se sabía hasta ahora era si estos contenedores portaban vino o no.
El equipo liderado por McGovern centró su investigación en objetos del sitio arqueológico costero de Lattara, cerca de la ciudad de Lattes, al sur de Montpellier, donde la importación de ánforas continuó hasta el periodo de 525-475 antes de Cristo.
Para el estudio los arqueólogos usaron una ténica de investigación de gran precisión llamada cromatografía de gases o espectrometría de masas, que puede proveer una lista de moléculas absorbidas por la cerámica de las ánforas.
Los resultados demostraron que sí contuvieron vino alguna vez, además de componentes de resinas de pino y hierbas.
La prensa, una sorpresa
Pero lo más sorprendente para el equipo de investigadores fue el hallazgo de una plataforma para prensar y drenar las uvas.
«En una ciudad amurallada como esta es insólito encontrar una prensa de vino de una época temprana», dijo McGovern.
«Encontrar la evidencia química de una prensa fue toda una sorpresa», declaró.
El hallazgo es congruente con un patrón observado en otros lugares: el vino se introduce desde el extranjero pero eventualmente una cultura vitivinícola local emerge que busca transplantar las uvas y cultivar un vino propio.
«A partir de ahí la fabricación del vino se extendió hacia el norte del río Ródano. Las vides domesticadas fueron transplantadas y se cruzaron con vides silvestres dando lugar a todo tipo de variedades cultivadas interesantes, que son las que se extendieron por todo el mundo», dijo McGovern.
«Todavía quedan muchas dudas por resolver, pero lo encuentro muy emocionante», declaró el investigador.
Los métodos utilizados para este estudio desafiaron los límites de lo que se puede saber a partir de investigaciones químicas de restos arqueológicos, como el de Lattara.
Regis Gougeon, del Instituto de la Vid y el Vino de la Universidad de Bourgogne dijo que el estudio es «sin duda un buen ejemplo de cómo la tecnología y la metodología van a la cabeza de la ciencia».
«Ya se sabía, en particular gracias al trabajo de Patrick McGovern, que la vinicultura pudo haber viajado desde Oriente Medio hasta la zona del Mar Mediterráneo sobre el 3.000 antes de Cristo», le dijo el doctor Gougeon a la BBC.
«Sin embargo, esta hipótesis etrusca es bastante nueva y arroja una luz interesante sobre la posible influencia de esta civilización culta y orientada hacia el arte», concluyó.
Fuente: Jason Palmer | BBC Mundo
El mayor campamento romano, ¿en Negreira?
Fotografías aéreas del ejército norteamericana tomadas en 1956 revelan una megaestructura rectangular que supondría el asentamiento más grande en Galicia
Peregrinos en el acceso a la aldea nicrariense de Cornado. Los árboles marcan la situación del campamento. – FOTO: M.M.
Fotografías aéreas del ejército norteamericano tomadas en 1956 revelan una megaestructura rectangular que bien podría corresponderse con el campamento romano de mayores dimensiones localizado en Galicia, en el monte de O Castro, en O Cornado (Negreira). Así lo afirma Manuel Gago, profesor de la USC, en su blog Capítulo 0. En el artículo Tralas pegadas da Lexión Oeste. Con la ayuda del arqueólogo Antón Malde, Gago profundiza sobre este recinto fortificado del que aún se conserva en su cara oeste un muro de 50 metros con un foxo. Los autores creen que la Legión Oeste, formada por unos 300 soldados, pudo estar poco tiempo allí. Su razón de ser estaría en la proximidad con Brandomil (Zas), importante asentamiento romano próximo a las minas de oro de la cuenca fluvial del Xallas.
Gago buscaba una fortaleza aparentemente vacía en su interior cerca de Brandomil, y la encontró en O Cornado, con su extraña forma rectangular «de naipe» y esquinas redondas en la parte alta del monte. Su hallazgo abre una vía no explorada que, según él, «obliga a repensar a historia de Galicia nesa época», y la posibilidad de que los romanos entrasen por el sur desde Tui.
La estructura de O Cornado, de una docena de hectáreas, está en el centro de la segunda zona con mayor número de epígrafes en toda la antigua Gallaecia. También consta en mapas de finales del siglo XIX la proximidad al norte con A Corna, un cruce relevante de caminos, y el hecho de que a los pies del monte pase el Camino de Fisterra.
Fuente: Emilio Forján | La Voz de Galicia
Procedencia de la imagen: El Correo Gallego