Archive for septiembre, 2015
«Carteia ofrece al visitante una visión histórica muy amplia, que va desde el siglo IV a.C. hasta mediados del siglo XX»
ENTREVISTA A MANUEL JAÉN, COORDINADOR DEL ENCLAVE ARQUEOLÓGICO DE CARTEIA
Manuel Jaén nos habla sobre este importante yacimiento romano y nos adelanta las futuras actuaciones de conservación y difusión del lugar que se llevarán a cabo combinando la iniciativa de la Junta de Andalucía y el patrocinio de Cepsa
Manuel Jaén Candón, coordinador del Enclave Arqueológico de Carteia
Por Josep Maria Casals. Director de Historia National Geographic. Historia NG
El yacimiento de Carteia, en el actual término del municipio gaditano de San Roque, se encuentra en uno de los parajes más bellos y llenos de contrastes de la geografía española: el estrecho de Gibraltar. El Peñón preside el horizonte que se contempla desde la antigua ciudad que antaño dominó la bahía de Algeciras. Es una vista espectacular, sobre todo en los días claros, cuando la costa africana se confunde con la europea. Desde la más remota Antigüedad, las leyendas y la mitología han estado presentes en este mágico lugar donde el mar Mediterráneo se une con el océano Atlántico. Aquí surgió Carteia hace casi tres mil años, como punto de encuentro y cruce de caminos: un puerto donde los marinos se hallaban a resguardo de vendavales y corrientes.
Hablamos con Manuel Jaén Candón, la persona que mejor nos puede explicar qué es Carteia y cuáles son los valores que la acreditan como uno de los lugares de visita obligada en Andalucía. Licenciado en Bellas Artes y conservador-restaurador de bienes culturales, lleva casi treinta años dedicándose a la conservación y difusión del patrimonio. Desde enero de 2010 ocupa el puesto de coordinador del Enclave Arqueológico de Carteia, aunque su relación con este imponente yacimiento empezó en el año 2001, cuando se abrió al público y él empezó a trabajar aquí como conservador.
Además de las funciones de dirección y conservación, Manuel Jaén diseña los proyectos destinados a acercar el pasado de Carteia al público. Nos explica que, desde 2006, la compañía Cepsa tiene suscrito un convenio de colaboración con la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, titular del yacimiento, para realizar actuaciones de conservación y difusión. Esto se ha traducido en mejoras en la señalización, la edición de planos guía o la próxima apertura al público del nuevo circuito de visitas que incluirá el teatro romano, una gran noticia para la divulgación de nuestro patrimonio.
Sabemos que Carteia es muy antigua, pero ¿cuándo nació la ciudad?
Efectivamente, Carteia es una de las poblaciones más antiguas de la península Ibérica. Sus raíces se hunden en el tiempo hasta el siglo VII a.C. Fue entonces cuando los fenicios, unos navegantes arrojados y emprendedores, instalaron una factoría en la zona cercana de Cerro del Prado. Ya en el siglo IV a.C., los cartagineses, descendientes de los fenicios, se instalaron en el emplazamiento actual, de gran valor estratégico. Pero el esplendor de Carteia llegó en época romana. En el año 171 a.C. fue nombrada Colonia Libertinorum. Esto significa que se había convertido en la primera colonia latina de Roma fuera de Italia. Es decir, fue la primera ciudad fundada por los romanos fuera de la península Itálica que utilizaba el derecho latino –el de Roma–, lo que era todo un honor. En tiempos de la República, Carteia llegó a ser una de las ciudades más importantes de Hispania: no sólo era una base de la flota romana, sino que se convirtió en el principal puerto comercial del estrecho de Gibraltar. Es decir, era una escala muy importante en los circuitos comerciales de la Antigüedad.
La escalinata monumental que conducía al templo de Carteia
Pero la importancia militar de Carteia llega hasta hoy mismo, como quien dice.
Desde luego. Carteia fue testigo directo de la llegada de los musulmanes hacia el año 711, puesto que desembarcaron en esta zona. Y en esta área levantaron un castillo que controlaba la bahía y estuvo en poder del Islam hasta mediados del siglo XIV; es la torre Cartagena, que ahora se encuentra en las instalaciones vecinas de Cepsa. Carteia jamás perdió su importancia militar: en el siglo XVI, muy cerca de la muralla romana, que incluye una torre de época cartaginesa, se levantó una torre de vigilancia para proteger a las poblaciones costeras de los piratas berberiscos procedentes del norte de África. Es la torre del Rocadillo, uno de los símbolos de Carteia, y fue un encargo de Felipe II al ingeniero Juan Pedro Livadote. La segunda guerra mundial constituye una prueba evidente de la importancia estratégica de este lugar, pues entonces se construyeron en la zona varios búnkeres militares. Precisamente lo más singular de Carteia reside en que ofrece al visitante una visión histórica muy amplia, que abarca desde el siglo IV a.C. hasta mediados del siglo XX.
Uno de los aspectos más sorprendentes del yacimiento es que parece un auténtico oasis natural en un entorno de lo más industrializado.
¡Sí! Éste es uno de los aspectos de Carteia que me gusta destacar. El yacimiento está situado en uno de los mayores polígonos industriales de Andalucía –como os decía, somos vecinos de la refinería de Cepsa–, pero constituye un verdadero oasis natural en esta zona tan alterada por la mano del hombre. En una treintena de hectáreas conviven multitud de especies vegetales y animales, lo que confiere a Carteia un gran valor natural más allá de la arqueología. Ahora que hemos entrado en el otoño, por ejemplo, lo primero que asombrará a los visitantes en los días húmedos de la estación son unas espectaculares setas que crecen asociadas al álamo blanco y que llegan a los treinta centímetros de diámetro.
¿Qué destacaríamos de la Carteia romana?
En primer lugar, las termas, parecidas a cualquier spa actual, con sus salas de vapor –hoy las llamaríamos sauna–, baños de agua fría, templada y caliente, una palestra para realizar ejercicios físicos, salas de masajes… y letrinas, que para los romanos eran comunitarias. Ellos no tenían nuestro sentido de la privacidad. Otro de los iconos de Carteia es la escalera monumental construida en tiempos de Augusto, el primer emperador de Roma, que nos lleva hasta la plataforma sobre la que se levantaba el templo de la ciudad. Junto a la escalera se situaban tiendas, que los romanos llamaban tabernae –de ahí le viene el nombre a nuestra «taberna»–. Y allí, junto a las escaleras, también se encuentran las estancias inferiores de un gran edificio cuya función aún se desconoce. El templo fue construido antes que la escalinata monumental. Data del siglo II a.C., en plena época republicana. Pero el lugar donde se erigió ya se consideraba sagrado desde mucho antes: el templo se asienta sobre un antiguo altar de época púnica. Y ese mismo valor sagrado o religioso perduró hasta después de la caída del Imperio romano: a los pies de la escalinata y por sus alrededores se extiende una necrópolis visigoda.
Termas de Carteia
¿Cuál crees que es el edificio más significativo de Carteia?
Sin duda, el teatro romano. Sus dimensiones y su forma son muy parecidas al de Mérida. Ya aparecía en un grabado de 1771 que el viajero inglés Francis Carter incluyó en su obra Viaje de Gibraltar a Málaga. El teatro está situado en la zona más alta de la ciudad, desde donde se puede disfrutar de unas magníficas vistas sobre la bahía de Algeciras. Hasta ahora ha estado aislado del resto del circuito de visitas, pero muy pronto se integrará en él. Un estudio geofísico muy reciente, que hemos puesto en marcha desde el propio Enclave Arqueológico, ha permitido localizar con precisión las estructuras del teatro, que hasta ahora se situaban de manera imprecisa. Hemos comprobado los límites del edificio y también hemos verificado qué partes se encuentran todavía bajo tierra, aunque relativamente conservadas. Igualmente, hemos podido constatar la existencia de una plaza porticada tras el edificio escénico. Para este estudio hemos utilizado lo que llamamos “técnicas de prospección no invasivas”, lo que significa que no hace falta excavar para conocer lo que hay bajo el suelo. Para que los visitantes puedan interpretar estos restos invisibles hemos recurrido a un método muy sencillo, pero muy eficaz: sobre el terreno, hemos señalizado con balasto –es decir, con grava gruesa– las líneas principales que definen la estructura del edificio, lo que facilita su comprensión.
El teatro romano, con las líneas arquitectónicas trazadas mediante balasto
Seguro que lo que más choca al público es el búnker que incluye la visita.
¡Desde luego! En el yacimiento hay dos búnkeres. Están junto a la torre de Rocadillo, en primera línea de playa. Se construyeron durante la segunda guerra mundial para garantizar la integridad del territorio español frente a un hipotético ataque aliado, y también como apoyo a los alemanes en el caso de que intentasen la conquista de Gibraltar. En las inmediaciones hemos identificado un sistema de trincheras y pozos de tiro. Sus constructores debieron de llevarse una buena sorpresa al excavar el terreno ya que tropezaron con el aljibe de una vivienda romana, que a buen seguro sirvió de almacén y refugio a la guarnición española. Uno de los búnkeres se ha musealizado y abierto al público. De hecho, es la única instalación con este equipamiento en Andalucía. Este búnker defendía la desembocadura del río Guadarranque, y aunque nunca fue utilizado en acción militar sí que estuvo guarnecido, como demuestran las huellas dejadas en el hormigón por el armamento: un cañón contracarro y dos ametralladoras tipo Hotchkiss de 7 mm. Una curiosidad: las paredes y el techo de las tres salas de tiro del búnker están revestidas con placas de corcho. Estas placas cumplían una doble función. Por una parte, amortiguaban el sonido de las detonaciones de las armas que disparaban los defensores del búnker; por otra, servían para protegerse de las esquirlas de hormigón que pudieran salir despedidas tras el impacto de un proyectil. El búnker ha exigido un trabajo muy importante de restauración y de impermeabilización ya que la profundidad a la que fue construido, junto con la proximidad del mar y la existencia de corrientes de agua subterráneas, provocaban inundaciones en su interior, sobre todo en época de lluvias. Dentro del búnker los visitantes se sumergen por completo en los años cuarenta: pueden ver la reproducción fidedigna de una sala de tiro con su ametralladora y el paisaje costero de hace más de setenta años, pueden escuchar noticias y música de la época ¡e incluso oler a pólvora!
Más allá de su papel militar, Carteia destacó por su tradición conservera.
¡Así es! Los restos de una de las factorías de salazones de la ciudad están muy cerca del búnker. Se encontraba fuera de las murallas de la ciudad, junto a la playa de Guadarranque. Desde luego, no cuesta mucho imaginar los barcos llegando a la costa para descargar atunes, caballas, melvas, bonitos… Estos pescados, –los túnidos, como les llaman los naturalistas– eran un manjar muy apreciado en la época. Lo primero que se hacía con ellos era sacarles las vísceras, y luego se colocaban en capas alternas de sal dentro de las piletas de salazón. Aquí también se producía el garum, una salsa de pescado muy apreciada en el Imperio por su calidad. Una vez elaboradas, las salazones se envasaban en ánforas y ya estaban listas para la venta. Plinio el Viejo, en el siglo I d.C., nos habla de un pulpo enorme que acostumbraba a salir del mar y asolaba las factorías de salazones de Carteia. De ser cierta esta historia o leyenda, ahora mismo nos debemos encontrar allí donde ocurrió.
Factoría de salazones en la playa de Guadarranque
¿Cuáles son los próximos objetivos para Carteia?
En la actualidad estamos trabajando para conservar, interpretar y recuperar los elementos que ya han salido a la luz tras las campañas arqueológicas que se han ido sucediendo desde hace más de sesenta años. Para ello contamos tanto con los recursos de la Junta de Andalucía como con la colaboración de Cepsa, cuyo apoyo ha facilitado, por ejemplo, la musealización del búnker. Ése es nuestro objetivo: que todos los ciudadanos puedan disfrutar de un patrimonio común y casi tres veces milenario.
El Mosaico de Noheda, cada vez más cerca de ser visitable
El mosaico figurativo de Noheda, uno de los más importantes del arco Mediterráneo y de unos 300 metros cuadrados, será visitable en breve.
El espectacular mosaico hallado en Noheda. Foto: Lugares con historia (clicar en la imagen para ver con más detalle)
Fuente: ABC / CUENCA 30/09/2015
Los trabajos de protección permanente y mejora de acceso a la villa romana, en el término municipal de Villar de Domingo García, marchan «a buen ritmo», según dijo ayer el alcalde de la localidad, Javier Parrilla, quien es también diputado provincial de Acción Territorial y Servicios. El objetivo es contar con este recurso «cuanto antes» para solicitar a la viceconsejería de Cultura del Gobierno regional su apertura al público. La obra la ejecuta la empresa Cobe Construcciones, S.L., por un importe de 785.000 euros y se enmarca dentro del Plan de Mejora de las Infraestructuras Turísticas (Plamit) de la Diputación Provincial de Cuenca.
Los trabajos han sufrido algunos retrasos por los últimos descubrimientos en este yacimiento, descubierto de manera fortuita por primera vez en 1984.
De momento, ya se ha colocado la cubierta metálica de protección del yacimiento, que abarca una superficie total de algo más de 1.000 metros cuadrados.
Una estructura especialmente diseñada que permite que el espacio expositivo sea totalmente diáfano y no haya columnas o pilares que puedan entorpecer la visión de estos restos romanos, entre los que se encuentra un mosaico figurativo único por sus dimensiones, calidad estilística y estilo narrativo en unas excelentes condiciones de conservación. Este proyecto de protección también contempla un cerramiento alternando vidrio y paneles, que permiten la entrada de la luz del sol, pero sin dañar los restos arqueológicos.
Paneles que estarán a su vez recubiertos con tablas de madera de pino de la Fábrica de Maderas del Ayuntamiento de Cuenca.
En su interior, totalmente diáfano, se tienen proyectadas una serie de pasarelas tipo Tramex, sujetas a la cubierta y sin puntos de apoyo en el suelo, permitiendo la visita del yacimiento con el menor impacto posible sobre los restos al no estar apoyadas en ellos.
La obra la ejecuta la empresa Cobe Construcciones, S.L., por un importe de 785.000 euros y se enmarca dentro del Plan de Mejora de las Infraestructuras Turísticas (Plamit) de la Diputación Provincial de Cuenca.
La UIMP de Cuenca ‘viaja’ a la antigua Roma con un curso sobre el ‘lapis specularis’
Fuente: UIMP 30/09/2015
Cuenca.– Presentar una visión actualizada de la investigación sobre el patrimonio histórico, arqueológico y geológico de la minería romana del ‘lapis specularis’ en España. Ese es el objetivo del curso-congreso El ‘lapis specularis’ en el mundo romano. Un recurso patrimonial, turístico, geológico y medioambiental que organiza la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Cuenca los días 1,2 y 3 de octubre.
Este congreso, dirigido por María José Bernárdez, Enrique Gozalbes, Chiara Guarneri y Juan Carlos Guisado, combinará las ponencias impartidas por destacados especialistas a nivel internacional de los diversos ámbitos multidisciplinares de estudio, investigación y de la gestión cultural.
El lapis specularis o espejuelo es un tipo de piedra de yeso traslúcida. Fue uno de los minerales más apreciados de la antigua Roma y su principal uso fue para la fabricación de ventanas e incluso invernaderos y recubrimientos o elementos ornamentales.
«Mi papá es gladiador»
A Jesús Hernández le gustaría recrear una lucha de cazadores con fieras en el Anfiteatro
Jesús, maestro de gladiadores, el pasado viernes. / Brígido
Fuente: J. R. Alonso de la Torre > Mérida | Hoy Digital 29/09/2015
Jesús tiene 10 años y vive en Mérida. Cuando su señorita le pregunta en clase a qué se dedica su padre, Jesús responde muy orgulloso: «Mi papá es gladiador». Y es verdad. Jesús Hernández (el padre se llama como el hijo) es gladiador ‘profesional’ desde hace dos años. Antes de saltar a la arena, fue conserje municipal y auxiliar de topografía, pero en cuanto pudo hacer realidad sus sueños historicistas, acabó tirando por la calle de en medio y ganándose la vida como gladiador.
El entorno de Jesús es más canónico: esposa funcionaria de la Junta, amigos emeritenses de toda la vida y, eso sí, una pasión por su ciudad que lo ha convertido en un auténtico romano. Llega a la cita cargando con un casco de gladiador de más de cinco kilos, que le ha hecho un artesano rumano en Alemania por 600 euros, y con una gladius o espada. Ambas piezas son reproducciones exactas de época y están tan bien recreadas que hasta tienen sangre.
«Empecé a practicar la recreación histórica y la arqueología militar con mi hermano, entramos en contacto con científicos especializados y acabé montando en 2013 la escuela de gladiadores ‘Emeritae Ludus Gladiatorum’, que actualmente cuenta con 18 alumnos», recuerda.
En su empeño, lo acompañaron miembros del consorcio de la ciudad monumental de Mérida como su director científico, Miguel Alba, su conservadora, Pilar Caldera, y también historiadores como Miguel Carranco, que, además, es propietario de una casa rural romana. Enseguida se plantearon celebrar recreaciones históricas de gladiadores en el anfiteatro romano emeritense. Desde el principio, fueron un éxito y el próximo 10 de octubre se celebra la séptima edición de las Jornadas Gladiatorias de Mérida.
Cada uno de los seis eventos en el anfiteatro ha sido espectacular, con llenos de 700 espectadores y un centenar o más quedándose en la calle. Cobran 10 euros y la recaudación la dedican a restauración de monumentos romanos y a mejoras de atrezzo y de la escuela. Jesús vive de un museo de gladiadores, que ha tenido abierto cinco meses (1.600 visitantes) en Mérida, de las exposiciones itinerantes que realiza y de los talleres de gladiadores que imparte a los niños. Pero quiere más.
Si tuviera un patrocinador, traería un tigre para recrear una venatio o lucha de cazadores con fieras. Alquilar el felino amaestrado cuesta 5.000 euros. Está en Sevilla, su dueño es el mismo del león que sale en el anuncio de Generali. «Sería espectacular», sueña mientras la ‘gladiadora’ Eva hace fotos para subirlas al Facebook Gladiatorum (18.000 amigos).
«Estoy negociando un espectáculo con cuadrigas en las plazas de toros de Don Benito y Olivenza. Aunque mi sueño es Nimes. En sus ‘Arènes’ romanas, un empresario organiza tres días de recreaciones históricas con elefantes y la caída de Troya. Cobra 15 euros y mete a 30.000 personas», disfruta imaginando.
Lo que se verá en el anfiteatro romano será lo que veían los emeritenses entre el 58 y el 68 después de Cristo en tiempos de Otón, gobernador de la Lusitania al que Nerón mandó a Emerita Augusta para poder liarse con su bella esposa. Otón se suicidó a los 37 años, curiosamente, la misma edad que tiene Jesús. «Los gladiadores romanos eran como los deportistas de élite de hoy, como Cristiano Ronaldo o Nadal. Tenían sus fans, se hacían publicidad y movían a la multitud», compara.
Sus recreaciones incluyen luchas, ajusticiamientos, reparto de panes (pan y circo), entrada del gobernador o espectadores vestidos de época en las gradas (si un ladrón romano les roba algo, no se apuren, al instante será detenido y ejecutado en la arena). Los espectadores aprenden que la vida no se daba o se quitaba con el pulgar hacia arriba o hacia abajo, sino con las palmas de las manos abiertas (misus: vida, otra oportunidad) o haciendo el gesto de cortar la yugular (iugula, muerte). Aprenden, en fin, que en el siglo XXI hay papás como Jesús que se ganan la vida como gladiadores.
Los pompeyanos de hace 2.000 años tenían dientes perfectos por comer sano
Los habitantes de la Pompeya de hace 2.000 años, los que perecieron por la destrucción que causó la erupción del Vesubio en el 79 d.C, tenían dientes perfectos fruto de una alimentación sana, aunque huesos débiles debido al exceso de flúor en las aguas de los manantiales de los que bebían
(Foto: Stefano Renna)
Fuente: EFE | LA VANGUARDIA
Fotos: Stefano Renna, La Repubblica
Roma, 29 sept.- Estos son los primeros sorprendentes detalles comunicados hoy de una investigación sin precedentes, después de que se hayan sometido a tomografías axiales computerizadas (TAC) cerca una treintena de los cuerpos encontrados en las excavaciones de Pompeya y que quedaron conservados en los moldes de yeso con los que fueron tratados.
(Foto: Stefano Renna)
El proyecto comenzó el pasado agosto, en el marco de la restauración de algunos de los llamados calcos de Pompeya, pero sobre 30 de ellos se concentrarán arqueólogos, antropólogos, radiólogos, odontólogos e ingenieros expertos en los escáner.
Las tomografías se realizan a los moldes de yeso que aprisionan los restos de los habitantes de Pompeya que murieron por la erupción del Vesuvio y con su resultado se pueden conocer detalles de su vida, costumbres, ocupación o su clase social.
(Foto: Stefano Renna)
Los primeros resultados de estos exámenes que fueron comunicados hoy en una rueda de prensa han determinado que la mayoría de los habitantes de Pompeya tenían dientes sanos, gracias a una alimentación sana, con pocos azúcares.
(Foto: Stefano Renna)
Aunque en algunas de las dentaduras se pueden observar imperfecciones que indican que el pompeyano utilizaba los dientes para romper o cortar.
Por ejemplo, los primeros análisis en un hombre han revelado un problema en los huesos debido a la excesiva presencia de flúor en las faldas acuíferas vesubianas.
(Foto: Stefano Renna)
Los análisis acaban de comenzar pero los responsables del proyecto explican que con estos exámenes se es capaz de reconocer además de datos normales, como la edad y el sexo, también si era «un fumador de pipa, un músico que tocaba la flauta, así como el origen geográfico o la condición socio económica».
La maquinaria utilizada es una moderna TAC de 16 cortes capaz de hacer un examen de todo el cuerpo en 100 segundos, explican los responsables del proyecto.
(Foto: Stefano Renna)
El gran problema es «la densidad del yeso utilizado, pues es muy parecida a la densidad de los huesos y por ello ha sido necesario recurrir a la alta tecnología de una TAC de 16 cortes», explicó hoy el superintendente de Bienes Culturales de Pompeya, Massimo Osanna.
(Foto: Stefano Renna)
Los calcos de Pompeya se deben a la intervención del arqueólogo italiano Giuseppe Fiorelli, quien después de hallar una cavidad hueca en torno a los restos óseos decidió inyectar yeso y de esta manera logró obtener una copia exacta de las víctimas de la erupción cubiertas por las capas de ceniza y detritos.
El MNAT, la Wikimedia y estudiantes de arte recrean vestigios romanos
El Museo Nacional Arqueológico de Tarragona (MNAT), la Wikimedia y estudiantes de arte han recreado vestigios romanos con criterios científicos, como la imagen de una esclava muerta a los 18 años a partir de una estela funeraria, informa el MNAT
Representación de una esclava romana a partir de la inscripción funeraria de Melpomene, datada a finales del siglo I dC, procedente de Tarraco. Dibujo realizado por Yana Sidarchuk dentro del proyecto “Dones de Tàrraco, con el asesoramiento científico del MNAT / WIKIMEDIA
Fuente: EFE | LA VANGUARDIA 29/09/2015
Tarragona, 29 sept.- Los trabajos se ofrecen en la Wikimedia y pueden usarse gratuitamente siempre que se cite al autor y se respeten los términos de la licencia.
Así, se ha representado una esclava romana a partir de la inscripción funeraria de Melpomene, fechada a finales del siglo I dC procedente de Tarraco.
La joven era esclava de Lucius Minicius Rufus, que probablemente le dedicó este epitafio donde se informa que murió a los 18 años.
También se ha representado jugando a una niña cristiana a partir de otra inscripción funeraria procedente de la Necrópolis Paleocristiana de Tarragona, en la que se refiere su muerte a los cuatro años de edad.
A partir de una placa del claustro de la Catedral de Tarragona, fechada en el siglo II dC, se ha recreado a Antonia Clementina, una rica propietaria de Tarraco.
Entre otros, los estudiantes también han dibujado un atrio y una piscina a partir de los restos conservados del edificio de los baños de la villa romana de Els Munts (Altafulla, Tarragona) de los siglos II-III dC.
El proyecto forma parte del WikiArs (acrónimo del movimiento wiki, dedicado a difundir el conocimiento, escuela y arte) y han participado diez estudiantes de la Escuela de Arte y Diseño de la Diputación de Tarragona.
El MNAT ha propuesto los temas y ha tutelado la parte científica de su ejecución, con documentación y trabajo de campo sobre los restos y elementos interpretar.
El proyecto se ha desarrollado entre los cursos 2013-2014 y 2014-2015 y el pasado mes de agosto recibió el galardón Carles Miralles y Solà de los Premios Auriga.
Las imágenes ya se han usado para ilustrar varios artículos científicos en diversas lenguas, para actividades educativas del MNAT y para una exposición.
El controvertido romance homosexual que persiguió a Julio César toda su carrera
Los rivales políticos del dictador romano usaron siempre los rumores de que en un viaje diplomático había mantenido relaciones homosexuales con Nicomedes IV, Rey de Bitinia, para erosionar la autoridad del dictador romano
Retrato moderno de Cayo Julio César / ABC
Fuente: CÉSAR CERVERA > Madrid | ABC 29/09/2015
En la política romana, las referencias a la vida privada de los senadores eran algo habitual e incluso se veía como legítimo que se ridiculizaran los defectos físicos de los rivales políticos dentro de los debates. Julio César, conocido en su vida privada por sus numerosas aventuras sexuales con mujeres, fue un excelente abogado y un orador brillante que parecía inmune a las bajezas de esta peculiar forma de hacer política, salvo en lo tocante a su supuesto romance con el monarca de Bitinia durante su juventud. La acusación le persiguió hasta sus últimos días con la intención de socavar su autoridad.
La homosexualidad en la Antigua Roma, sin ser un crimen penal –aunque lo era en el ejército desde el siglo II a.C.–, estaba mal vista en todos los sectores sociales, que la consideraban, sobre todo en lo referido a la pederastia, una de las causas de la decadencia griega. Como recuerda el historiador Adrian Goldsworthy en el libro «César, la biografía definitiva» (La Esfera de los libros, 2007), «aquellos senadores que tenían amantes varones solían hacerlo con discreción, a pesar de lo cual con frecuencia los opositores políticos les ridiculizaban públicamente». En este sentido, los romanos hacían una importante diferenciación sobre quién ejercía el papel de activo y quién el de pasivo en la pareja, tanto a nivel sexual como social. Y esa fue siempre el principal problema de los rumores contra Julio César, que era apodado por sus enemigos como «la Reina de Bitinia».
Corrompido por la depravación oriental
Los opositores a Julio César usaron siempre los rumores de que en un viaje diplomático había mantenido relaciones homosexuales con Nicomedes IV, Rey de Bitinia, para erosionar la autoridad del dictador romano. Así, Julio César fue destinado a una misión diplomática durante su primer servicio militar con 19 años en el extranjero, concretamente en la costa norte de Turquía, con el propósito de reclamar el apoyo militar de Bitinia, un reino aliado de Roma, en un inminente ataque a Mitilene. El anciano rey de Bitinia recibió a César con mucha efusividad en recuerdo de su amistad con el padre de éste, también llamado Cayo Julio César. El joven romano, que apenas había salido hasta entonces de su entorno familiar, fue acusado de alargar su visita más de lo razonable y de verse entretenido por el lujo asiático, fuertemente influido por la tradición helenística que tanto admiraba una parte de la aristocracia latina.
El caudillo galo Vercingétorix depone sus armas a los pies de César / ABC
Con el tiempo, las especulaciones sobre el retraso adquirieron connotaciones sexuales. Comenzaron a circular versiones que presentaban a Julio César como un amante servicial y pasivo, que había quedado sometido tanto sexualmente como políticamente por Nicomedes. Un relato muy repetido aseguraba que en una ocasión los ayudantes del soberano, en presencia de comerciantes romanos, condujeron al joven patricio hasta el dormitorio real, donde fue vestido con ropajes púrpuras y le dejaron reclinado en un diván dorado esperando a Nicomedes. El hecho de que César hubiera ejercido así un papel pasivo significaba una actuación completamente inadecuada incluso para un esclavo en Roma; y le situaba inmerso en un escenario –las cortes asiáticas– considerado propicio para la depravación sexual y las intrigas políticas.
Los rivales del futuro dictador de la República romana emplearon la historia a modo de arma arrojadiza en una infinidad de veces sin que les importara mucho que el relato fuera cierto o no. En un ambiente político exageradamente difamatorio, los rumores dieron lugar al apodo de «Reina de Bitinia» y a la definición de que Julio César era el «marido perfecto de toda mujer y la esposa de todo hombre». No en vano, también los propios soldados usaron el rumor para burlarse de su comandante en varias situaciones, sin que por ello disminuyera el enorme respeto que sentían por él.
Hoy en día, la veracidad de la historia sigue puesta bajo cuestión, aunque Julio César se afanó en negarla en todo momento hasta el extremo de ofrecerse a jurar ante testigos que se trataba de una mentira. Su firmeza y el hecho de que no se conozcan otras supuestas relaciones homosexuales en su biografía ha hecho suponer a la mayoría de los historiadores que realmente se trataba de una difamación con el objetivo de despertar la cólera de César. ¡Y tanto que lo hacía! Con el paso de los años, el asunto se convirtió en una de las pocas cosas que podían hacerle perder los estribos en público.
Cleopatra y César, pintura de 1866 de Jean-Léon Gérôme / WIKIPEDIA
Paradójicamente, si por algo es conocida la vida sexual de Julio César es por su apetito insaciable con el género femenino y por la falta de moderación en sus aventuras extramatrimoniales, en muchos casos con las mujeres de otros senadores. César se desposó por primera vez a los 16 años con Cornelia –la hija de Lucio Cornelio Cina, uno de los principales líderes del partido de Cayo Mario– a quien trató con mucho respeto para los estandartes de la época como demuestra el hecho de que se negara a divorciarse como le ordenó Cornelio Sila con el cambio de régimen, pero que no se libró de las infidelidades. En cualquier caso, las relaciones fuera del matrimonio eran comúnmente aceptadas en la sociedad romana para satisfacer los deseos más vergonzosos que una esposa romana, la encargada de asegurar la siguiente generación de activos familiares, no debía padecer.
César, un hombre que vestía de forma llamativa y cuidaba mucho su aspecto físico –la calvicie fue una preocupación persistente en su vida–, tuvo un elevado número de aventuras fuera del matrimonio. El historiador clásico Suetonio relata que a menudo pagó precios muy altos por prostitutas de lo que hoy llamaríamos de «lujo», y que era «dado a los placeres sensuales y manirroto para conseguirlos», incluso con «mujeres de la nobleza» como Cleopatra. En total, Suetonio enumera que fueron al menos cinco las relaciones con esposas de senadoras, entre ellas Servilia, mujer de Marco Junio Bruto y posiblemente su amante favorita. La relación, de hecho, fue la que más se prolongó en el tiempo. «Amó como a ninguna a Servilia», afirma Suetonio sobre una relación que los años demostraron de alto voltaje. Así, el hijo de Servilia, también llamado Marco Junio Bruto, fue el famoso senador que dio una de las últimas y más dolorosas puñaladas a Julio César el día del magnicidio en el Senado. Para más coincidencia, el hermanastro de la aristócrata romana era Catón «el Joven», uno de los opositores políticos más encarnizados de César, que estuvo dispuesto a extraerse los intestinos con sus propias manos antes que a rendirse al ejército del dictador.
Ostras y lujo romano en Huerta Varona
Los restos de marisco encontrados en el yacimiento desvelan un elevado nivel de riqueza de los colonizadores romanos
Trabajos de excavación en el yacimiento. Foto cedida por Jesús Torres
Fuente: C. V. G. – ICAL > Palencia | El Norte de Castilla 28/09/2015
La veintena de miembros del grupo de expertos que durante las últimas tres semana excavó en el yacimiento de Huerta Varona, en Aguilar de Campoo (Palencia), sabía que cualquier resto hallado iba a constituir todo un descubrimiento porque se trata de un tipo de asentamiento apenas estudiado en el norte de la Península, una granja ejemplo del modelo de colonización romana a través de la agricultura. Lo que no llegaron a imaginar es que entre los vestigios encontrarían ostras en cantidades tan importantes que llenaron varias bolsas. «Los pobladores eran romanos con nivel de riqueza bastante importante que consumían intensamente ostras, un artículo de lujo que llegaba vivo desde la costa a Huerta Varona», desvela Jesús Francisco Torres, director de la excavación y arqueólogo del Instituto Monte Bernorio de Estudios de la Antigüedad del Cantábrico (Imbeac).
Además de las ostras, la riqueza se evidencia en restos de cerámica, vasijas y utensilios
Torres explica que para poder hacer llegar el molusco en condiciones para su consumo tuvieron que existir caminos transitables que permitieran ir bastante rápido con carros cargados con barriles de agua salada en los que llevarían las otras vivas procedentes de la costa, con lo que las comunicaciones eran muy buenas. Precisa que, a la vista de la gran cantidad de restos de marisco encontrada en solo siete catas no muy extensas, se puede asegurar que era un alimento que los pobladores de la granja pusieron sobre la mesa de forma continua e intensa. Además de las ostras, la alta calidad de la cultura material hallada, como restos de cerámicas, vajillas y otros utensilios y de los materiales utilizados en las edificaciones, avalan el elevado nivel de riqueza de los romanos que ocuparon Huerta Varona tras la conquista del territorio.
Aunque la capacidad económica de los pobladores del enclave constituye uno de los descubrimientos más sorprendentes de la que es la segunda campaña de excavaciones en el yacimiento, que en estos momentos está en fase de laboratorio, el trabajo de campo ha dejado más sorpresas, como la amplia extensión del enclave, una calzada romana que transcurre paralela a la actual carretera de Burgos y la existencia de más edificaciones de las que en un principio se pensaba que acogía la finca.
Jesús Francisco Torres, satisfecho con los resultados del trabajo, asegura que las seis catas que se abrieron en esta nueva campaña, más otra que se amplió de la anterior, han arrojado resultados positivos. Añade que las catas se plantearon en la zona de la periferia de la finca, ubicada a seis kilómentros del Castro de Monte Bernorio que fue destruido y arrasado tras las Guerras Cántabras por su resistencia a Roma, con el fin de poder delimitar el asentamiento, cuyo origen parece situarse a finales del siglo I antes de Cristo, justo después de los enfrentamientos con los cántabros, que concedieron al emperador Augusto la victoria y el dominio de la Península.
Vías de paso
Lo que se ha localizado en las catas –restos de estructuras como muros, pavimentos y vías de paso– deja entrever que el asentamiento era mayor de lo que en principio se pensaba. De las dos hectáreas y media que conforman la finca, algo más de dos podrían haber formado parte de la villa rústica.
Otra de los hallazgos que deja la campaña, en la que participa un equipo formado por una veintena de personas desde arqueólogos hasta topógrafos, pasando por especialistas de la época romana, es la identificación en los aledaños de la finca de un trozo de calzada romana, lo que conllevará la ampliación del área protegida, para poder acometer en el futuro su estudio detallado.
Los materiales localizados han confirmado, como se barajaba inicialmente, que se trata de una ocupación romana que se prolongó desde finales del siglo I antes de Cristo hasta el III o IV de la nueva era, siendo el momento de mayor pujanza entre los siglos I y III. Aunque se han hallado restos de cultura material de ocupaciones posteriores como el Alto y Tardío Medievo, los asentamientos no tuvieron la importancia que en épocas anteriores.
Torres anuncia que con los resultados obtenidos se está elaborando un informe que será remitido en primera instancia al Ayuntamiento de Aguilar, administración que ha financiado esta campaña, y después a la Junta, en el que se planteará una intervención más amplia que suponga la apertura de catas más extensas para dar continuidad a los trabajos arqueológicos en los próximos cuatro o seis años. Defiende la importancia que tiene Huerta Varona para arrojar luz sobre el proceso inicial de colonización romana a través de la agricultura en el norte de la Península, periodo que, recuerda, es desconocido.
«Se han estudiado otro tipo de ocupaciones como centros mineros, que tiene su máximo exponente en Las Médulas (Ponferrada, León) y ciudades, pero no pueblos y granjas, por lo que es de gran interés poder documentar lo que aquí se conserva, que además está en condiciones bastante buenas, para poder obtener una información que va a ser preciosa», avanza el arqueólogo.
Además, podrían ser escasos los enclaves que sobre la época podrían localizarse para su estudio, ya que tras el abandono de los castros como consecuencia de la conquista romana los asentamientos rurales formados en las llanuras por orden del emperador Augusto podrían haberse creado en lo que ahora son pueblos y ciudades inaccesibles desde el punto de vista arqueológico.
Una danza orgiástica
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Fuente: NATIONAL GEOGRAPHIC
El pesquero Capitan Ciccio encontró la pierna izquierda de esta escultura de bronce en la primavera de 1997, mientras faenaba por el canal de Sicilia. En julio se exploró el fondo marino, pero sólo aparecieron algunos objetos metálicos anómalos. El Capitan Ciccio, de la flota pesquera de Mazara del Vallo, recuperó el resto de la escultura, o gran parte de ella, durante una noche de marzo de 1998, un año después del primer hallazgo. Los marineros se maravillaron al vislumbrar unos ojos de alabastro blanco entre la red de pesca e inmediatamente después se enfurecieron al perder un brazo durante el levantamiento de la estatua. El Instituto Central de Restauración, en Roma, se ocupó de reparar la pieza, que había permanecido más de 2.000 años sumergida, probablemente como consecuencia de un naufragio. El Sátiro Danzante es una escultura griega que ha sido fechada en torno al siglo IV a.C. y que ha sido atribuida a la escuela del gran Praxíteles. Representa a un sátiro, uno de los alegres y lujuriosos acompañantes de Dioniso, mientras realiza una danza orgiástica. Tiene las orejas puntiagudas, la boca entreabierta y la cabeza flexionada en un movimiento antinatural, de puro delirio, mientras efectúa un baile desenfrenado. La estatua se exhibe actualmente en el Museo del Sátiro de Mazara del Vallo.