Descubierto el Arsenal de Trajano

Excepcional descubrimiento entre Ostia y Fiumicino de un gran edificio de al menos 145 metros de largo; se trata probablemente de las atarazanas, también conocidas como el Arsenal de la ciudad de Trajano. Debía tener bóvedas de 12 metros de altura, y está situado entre el antiguo Puerto de Claudio, inaugurado por Nerón y después abandonado dado que se cubría de arena a menudo, y la dársena hexagonal del Puerto de Trajano, construida entre los años 110 y 117. Ha sido identificado por arqueólogos de la Universidad de Southampton y la British School de Roma, en colaboración con la Superintendencia Arqueológica de Roma: están a punto de iniciar su quinta campaña.

Hasta el momento ha salido a la luz una primera nave del edificio (al parecer fueron ocho, construidas en paralelo), de 12 metros de ancho por 58 metros de largo, y algunos pilares de ladrillo, rectangulares, de dos metros por uno y medio. Las naves estaban abiertas al Puerto de Claudio, iniciado en el año 42 y terminado en el 64, y al de Trajano. Se cree que en el edificio se construían barcos, y durante el invierno se llevaban a cabo él reparaciones. El descubrimiento será presentado mañana (por hoy), pero fue anunciado ayer.

Cerca de allí se encuentra el palacio de época imperial: recientes excavaciones llevadas a cabo por el profesor Simon Keay, que ha identificado en la zona un anfiteatro de 42 metros de largo y 38 de ancho, sugieren que constituyó la residencia de un funcionario, responsable de coordinar el movimiento de las naves y de las mercancías en el puerto. El edificio ahora encontrado se trataría de algún tipo de astillero, como dan a entender algunas inscripciones sobre piedra encontradas en la zona: citan un «collegium» de «fabri navales portuensis», y otro de «fabri navales ostensium»; una corporación, tal vez, de libertos.

Pero no sólo los espectaculares edificios hacen que sea probable que el Puerto, la ciudad construida en la cuenca, fuera el astillero imperial durante gran parte del siglo II d.C., y no sólo un lugar de almacenamiento, como se pensaba hasta ahora; tal vez guardaba también relación con la famosa flota de Miseno, en el golfo de Nápoles, cuyas naves podrían haberse refugiado y haber sido reparadas aquí: también en este caso así lo sugieren las inscripciones de los propios marineros, halladas bien en la ciudad, bien en el lugar mismo de las excavaciones.

La vista del edificio era ciertamente impresionante: similar al de las análogas naves del Mercado de Trajano en Roma, de su misma época. Para encontrar algo similar, tendríamos que ir a las orillas del Tíber, donde 300 años antes estaba el Porticus Aemilia, cuyas ruinas todavía son visibles desde el monte Testaccio: 487 metros de largo, 50 naves de 60 metros, de casi ocho metros y medio de altura. Los pilones encontrados indican que las naves, abiertas a los dos puertos, terminaban en sus extremos en arcos imponentes: los pilares de los extremos son de hecho más grandes, de hasta tres metros de ancho. Pero ahora, será la nueva campaña de excavaciones, que tendrá lugar en octubre, la que aportará más luz. Por qué la nave descubierta cambia de aspecto y de función en sus usos sucesivos: primero, se construyeron una serie de estancias contiguas, entre finales del siglo II y principios del III; en el siglo V se convirtieron en graneros; y en la primera mitad del VI, durante las guerras entre bizantinos y ostrogodos, fueron demolidas.

Además de por los arqueólogos ingleses, que los han llevado a cabo, todos estos importantes descubrimientos han sido estudiados por colegas italianos de la Superintendencia de Roma, bajo la dirección de Annamaria Moretti y de Angelo Pellegrino, su fiduciario en el lugar: reconstruir los acontecimientos del «puerto de mar» de Roma (el fluvial estaba en el Tíber, junto al Testaccio), es fundamental y no es fácil. En primer lugar, había una escala en Ostia; después, el puerto de Claudio, terminado en tiempos de Nerón; finalmente el puerto hexagonal de Trajano, que, a pesar de los esfuerzos, el Estado no puede recuperar: sigue siendo privado, de los Sforza Cesarini, emparentados con la familia Torlonia.

El puerto mide 358 metros a cada lado y tiene una diagonal de 716; tenía al menos cinco metros de profundidad, y podía alojar 200 barcos y quizás más; se cree que fue obra de Apolodoro de Damasco. A su alrededor han salido a la luz numerosas construcciones; este Arsenal (no lejos del aeropuerto) es solamente el último de ellos, pero sin duda uno de los más importantes.

Fuente: Il Messaggero |Discoperto l’arsenale di Traiano: grandi navate e pilastri del II secolo d.C.

Imagen: Reconstrucción del antiguo faro y del arsenal, desde la web Portusproject.org dell’Università di Southampton