Redescubriendo la cuna de Teseo
22 enero 2010 at 12:16 am Deja un comentario
Cuenta la leyenda que Trecén fue el lugar donde Etra, hija del rey Piteo, se acostó la misma noche con Poseidón y Egeo, rey de Atenas, y quedó embarazada del gran héroe griego Teseo. Antes de regresar a Atenas, Egeo dejó sus sandalias y su espada bajo una gran roca en Trecén, y pidió que cuando el niño fuera capaz de mover la roca se le revelase el secreto de su paternidad, calzase las sandalias y la espada de su padre e iniciara viaje a Atenas para ser reconocido como hijo del rey.
Trecén (Τροιζήν, actualmente Troizina o Trizina) es una pequeña ciudad al noreste del Peloponeso, en la Prefectura de El Pireo, que en la antigüedad formaba parte de la Argólida.
Situada en un lugar idílico a una distancia de 3 km. del mar, Trecén es un enclave de gran valor arqueológico. Sin embargo, el peligro en el que se encuentran las ruinas es grande. El agua estancada ha causado la erosión y desintegración de algunos de los edificios más importantes del yacimiento. La presión de la tierra en los cimientos de algunos monumentos ha provocado su hundimiento, mientras que en otros los daños vienen ocasionados por las raíces de los árboles. Si a todo esto añadimos que el recinto está abierto al público al no estar organizado el acceso, tenemos como resultado una gran pérdida de bienes arqueológicos que convenía detener con urgencia.
Ahora se va a tratar de solucionar estos problemas con un proyecto de intervención que ya ha sido aprobado por el Consejo Arqueológico Central de Grecia. El plan prevé entre otras obras la restauración de las ruinas del templo de Asclepio, la retirada de la tierra y vegetación que está dañando los restos y la construcción de un sistema de evacuación de aguas que evite su erosión. Como complemento se procederá al vallado del recinto y a la habilitación de una red de caminos a fin de que los visitantes no pisen los restos antiguos.
Además de ser el lugar de nacimiento de Teseo, Trecén es también el escenario donde Eurípides sitúa su tragedia Hipólito. Hipólito, hijo de Teseo, veneraba a Artemisa, diosa de la caza, y en cambio detestaba a la diosa del amor Afrodita. Esta, ofendida por el desprecio del joven, suscitó una terrible pasión por él en el corazón de Fedra, segunda mujer de Teseo y por lo tanto madrastra de Hipólito. Y así, estando Teseo ausente, Fedra se le ofreció, mas este la despreció. Entonces la mujer despechada se ahorcó dejando una nota inculpatoria en la que decía que Hipólito había tratado de violarla. Al regresar Teseo, y ver lo ocurrido, clamó venganza al dios del mar, Poseidón, que envió un monstruo marino a Hipólito mientras cabalgaba en su carro. Hipólito fue aplastado por sus propios caballos. Artemisa rogó a Asclepio que resucitara al joven, que fue transportado por la diosa a su santuario de Aricia, en Italia.
En torno a la leyenda de Hipólito se generó un culto en la antigua Trecén y así por ejemplo era tradición que las niñas le dedicaran un mechón de su cabello antes del matrimonio.
La antigua ciudad también posee una fuente, supuestamente en el lugar en que el caballo alado Pegaso vino una vez a tierra.
Fuente de la información y de la imagen: Το Βήμα
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