Gladiatrices

Curioso el mundo de la moda. Si recientemente se nos informaba de que el prêt-à-porter de inspiración grecorromana iba a hacer furor esta temporada primavera-verano (recomiendo leer el artículo de Salva en El cinturón de Hipólita), una nueva noticia viene a reafirmar que la antigüedad clásica sigue siendo una fuente de inspiración inagotable para los gurus de la moda. Y es que como anuncia el National Post, las principales marcas de calzado están lanzando líneas de sandalias para mujer inspiradas en los antiguos gladiadores.

Pero, a propósito de esto, ¿existieron de verdad estas mujeres gladiadores o gladiatrices que pudieran haber llevado estas sandalias tan de moda actualmente?.

Pues parece ser que sí.  Unos pocos textos y unos pocos restos materiales (relieve de Halicarnaso) dan prueba de la presencia de algunas mujeres gladiadores en el Imperio Romano en los primeros siglos de nuestra era.

 El primer testimonio de la existencia de gladiatrices lo encontramos en el año 63, cuando Tácito escribe que un tal Patrobius organizó unos juegos en nombre de Nerón para honrar a Tiridates, el ex rey de Armenia; los juegos incluían espectáculos inusuales, incluido uno de mujeres guerreras.

Tácito, Annales 15.32.3
spectacula gladiatorum idem annus habuit pari magnificentia ac priora ; sed feminarum 
inlustrium senatorumque plures per arenam foedati sunt. 

En el Satyricon de Petronio, Echion muestra durante la cena de Trimalción su entusiasmo por el inusual certamen de gladiadores que está a punto de celebrarse, en el que van a concursar muchísimos libertos y una mujer en un carro de combate.

Petronio, Satyricon, XLV
Iam Manios aliquot habet et mulierem essedariam et dispensatorem Glyconis, qui
deprehensus est cum dominam suam delectaretur. Videbis populi rixam inter
zelot et amasiunculos. Glyco autem, sestertiarius homo, dispensatorem ad bestias
dedit. Hoc est se ipsum traducere. Quid servus peccavit, qui coactus est facere?
Magis illa matella digna fuit quam taurus iactaret.

Más tarde, el emperador Domiciano, no contento con asistir a los juegos que organizaba el pretor, ofreció juegos en su propio nombre; juegos que intentó popularizar introduciendo novedades, como la celebración de certámenes nocturnos o haciendo combatir a enanos gladiadores. Tres escritores dan testimonio de la presencia de mujeres en el programa de juegos de Domiciano: Suetonio, que menciona este hecho en su vida sobre Domiciano; Marcial, que escribió dos epigramas en dísticos elegíacos aludiendo a la mujer en la arena a propósito de la apertura del Anfiteatro Flavio; y Estacio, que destaca las proezas de la mujer guerrera en su poema épico Silvae.

Marcial, Liber De Spectaculis 6
Belliger invictis quod Mars tibi servit in armis,
non satis est, Caesar; servit et ipsa Venus!

Marcial, Liber De Spectaculis 6b
Prostratum vasta in valle leonem
nobile et Herculeum fama canebat opus.
Prisca fides taceat! Nam post tua munera, Caesar,
hoc iam femineo Marte fatemur agi.

Suetonio, Vita Domitiani 4.1
Spectacula assidue magnifica et sumptuosa edidit non in amphitheatro modo, verum et in circo,
ubi praeter sollemnes bigarum quadrigarumque cursus, proelium etiam duplex, equestre ac
pedestre, commisit; at in amphitheatro navale quoque. Nam venationes gladiatoresque et
noctibus ad lychnuchos, nec virorum modo pugnas sed et feminarum.

Estacio, Silvae 1.6.51-56
Hos inter fremitus novosque luxus
spectandi levis effugit voluptas:
stat sexus, rudis insciusque ferri,
ut pugnas capit improbus viriles!
credas ad Tanain ferumque Phasim
Thermodontiacas calere turmas.

Estos textos corroborarían pues el hecho histórico de la existencia de mujeres gladiadores. La tradición nos ha dejado el nombre de dos gladiatrices: Aquilia y Amazona. Ambas aparecen representadas en medio de un combate en un relieve encontrado en Halicarnaso ahora expuesto en el Museo Británico. 

 Es probable que Aquilia y Amazona lucharan descalzas en la arena; es posible que envolvieran como protección sus pies en una especie de fieltro. Sabemos que algunos gladiadores calzaban el tipo de sandalias de cuero que llevaban los gladiadores romanos. Lo que es menos probable es que Aquilia y Amazona hubieran pagado en su época de 1.000 dólares en adelante por unas sandalias de Balenciaga o de Dolce & Gabanna. Casi nada.

Imagen: Aquilia y Amazona. Relieve. British Museum

 Fuente bibliográfica: http://www.cnr.edu/home/sas/araia/Gladiatrices.html