Los monumentos de Roma y la alineación de los planetas

Un eje orienta los monumentos de Roma según la alineación de los planetas el 21 de abril del 753 a.C.

Es la sugerente teoría del superintendente Piero Meogrossi: el eje es el los siete planetas alineados al amanecer entre el Sol y la Luna.

Según Piero Meogrossi, de la Superintendencia Arqueológica de Roma y director técnico del Coliseo, nada en la antigua Roma estaba dispuesto al azar. Mas bien al contrario, todo estaba orientado sobre la base de un «eje» que atravesaba toda la estructura antigua de la ciudad proporcionando una orientación a las construcciones. Un eje de tipo geomántico.
La idea es atractiva y ha sido dada a conocer por Meogrossi hace unos días en una multitudinaria conferencia celebrada en el Museo Romano de Palazzo Massimo que contó también con la presencia del exsuperintendente Adriano La Regina, quien elogió la investigación comparándola con la de Piranesi.
Un eje por tanto orienta Roma. Según la reconstrucción de Piero Meogrossi este eje es el que imita la apariencia en el cielo del 21 de abril de 753 a.C. de los siete planetas alineados al amanecer entre el Sol y la Luna.

Meogrossi explica: «Estudios de topografía antigua, relatos arqueológicos y de la antigüedad, diseños solo en apariencia visionarios, toman como medida los nodos topográficos relativos a la fundación de Roma, un encuentro de la colonización griega del siglo VIII a. C. con los pobladores de Alba Longa, que supieron poner en equilibrio el conocimiento geoastronómico más antiguo. Las lecturas de los lugares históricos deben centrarse en la orientación entre la tierra y el cielo, una realidad urbana entendida como una unidad que más alla de los monumentos individuales permite articular de otro modo los niveles físicos del tiempo y de la historia y que es capaz de recomponer los muchísimos datos arqueológicos todavía desaparecidos y a veces desconocidos en el trabajo de la academia».
Y llegamos al eje. «Este código de referencia – continúa Meogrossi – está determinado simbólicamente por el Axis Paliliae subordinado a la aparición en el cielo de todos los planetas alineados entre sí en el cielo del fatídico 21 de abril del 753 a.C. El área arqueológica central de Roma, el monte Palatino y el valle del Coliseo, en particular, pero también otros monumentos dispersos en la ciudad moderna deben ser reinterpretados de nuevo dentro de un marco articulado».

El eje atraviesa el Coliseo, después el Sacellum Streniae, pasa por el Templo de Júpiter Stator, llega al Laberinto Octogonal (en el que está el Mundus), pasa por la Domus Flavia, después se dirige hacia el Templo de Apolo… En perpendicular al eje Paliliae partiendo del Laberinto Octogonal se encuentra el Templo de los Dioscuros. Una cuadrícula exacta, al parecer.
Todo esto, según Meogrossi, también tiene consecuencias para el presente. «Ahora los ciudadanos de la Roma capital del tercer milenio de Occidente – sostiene el investigador – podrán evaluar los proyectos futuros no sólo en función de la protección y mejora de su inmenso patrimonio, también podrán promover de otra manera un territorio caracterizado por el diseño axiomático que surge de esta investigación». En resumen, los chinos con su feng shui taoísta, la geomántica sobre la base del viento y el agua, no han inventado nada nuevo. Pero, ¿sabrá la Roma de hoy tener esto en cuenta?

Un asse orienta i monumenti, come i pianeti del 21 aprile 753. Artículo de Paolo Brogi en el Corriere della Sera