Posts tagged ‘Parque Arqueológico de Selinunte’

Selinunte: Una cámara térmica descubre la estructura de una ciudad sepultada

Descubiertos ambientes de hace 2.700 años

Fuente: Rai News
16 de enero de 2018

Gracias a una cámara térmica, los geólogos han descubierto ambientes naturales y antrópicos que datan de hace 2.700 años bajo el yacimiento arqueológico de Selinunte, en Trapani. Los resultados del descubrimiento han sido revelados por todo el equipo de investigadores, incluyendo al director del Parque Arqueológico de Selinunte, Enrico Caruso, superintendente interino de Bienes Culturales de Trapani, y Gilberto Pambianchi, presidente nacional de Geomorfólogos y coordinador del Grupo de Investigación de la Universidad de Camerino.

«Es como si hubiéramos descubierto una antigua Pompeya anterior a la que vemos hoy en día y pudiéramos visitarla – ha explicado Pambianchi- porque en Selinunte hemos conseguido filmar con la cámara térmica en esencia los ambientes naturales de los primeros asentamientos, una realidad que aún no ha salido a la luz, pero que está debajo».

Selinunte fue fundada en la segunda mitad del siglo VII a.C. por colonos griegos procedentes de Megara Hiblea, una de las primeras colonias griegas de Sicilia. La ciudad fue destruida por primera vez en el año 409 a.C. por los cartagineses, luego por segunda vez por los romanos en el año 250 a.C.; sin embargo, continuó habitada hasta aproximadamente el siglo XIII, cuando el progresivo abandono la ocultó bajo un grueso manto de sedimentos de arena de naturaleza eólica y bajo la densa vegetación costera. Fue redescubierta en 1551 por un monje dominico, Tommaso Fazello, que comenzó a buscarla siguiendo las indicaciones del historiador Diodoro Sículo.

 

 

 

17 enero 2018 at 10:15 pm Deja un comentario

El legado de Grecia en Sicilia

Columnas dóricas, teatros, dioses de mármol… En la mayor isla del Mediterráneo los colonos griegos construyeron algunas de las más hermosas edificaciones de su civilización

Agrigento. Acragas (siglo VI a.C.) fue una de las mayores ciudades griegas. El templo de la Concordia es el que mejor se conserva de los que se alzan en el Valle de los Reyes. Foto: Ylli Lamaj / Age fotostock

Fuente: ALEJANDRO LUQUE  |  NATIONAL GEOGRAPHIC
29 de mayo de 2017

En la Antigüedad se llamó Magna Grecia al territorio del sur de la península itálica y de Sicilia donde se establecieron los colonos griegos. Hoy sus vestigios pueden competir con los de Atenas o el Peloponeso: columnas rematadas en capiteles dóricos y frontones, teatros esplendentes, deidades esculpidas según los cánones… La isla italiana propone un viaje único a través del tiempo, hasta tal punto de que en cualquier momento al visitante le resultará difícil saber en qué momento histórico se halla.

El templo de Segesta se alza en lo alto de un monte tapizado de vegetación, solo 50 kilómetros al oeste de la capital siciliana, Palermo. Esta edificación inacabada del siglo V a.C. ha llegado a nuestros días en un magnífico estado gracias a su aislamiento de los núcleos urbanos. Ante él se entiende, como en pocos lugares, por qué los griegos relacionaban la armonía dórica con la calma del espíritu. El escritor y viajero Guy de Maupassant (1850-1893) afirmó que, al acercarse a esta campiña, tuvo la convicción de que «no cabía colocar allí nada más que un templo griego, y que era aquel el único sitio en que cabía colocarlo». Pero su mejor perspectiva se halla un poco más arriba, cuando remontando otro cerro –a pie o en microbús– se alcanza un teatro griego con capacidad para tres mil personas. Las gradas superiores, las más afectadas por el paso del tiempo, brindan una magnífica vista de todo el valle, y hasta del Mediterráneo al fondo.

En Segesta se pone de manifiesto el exquisito gusto de los griegos al seleccionar enclaves, pero es solo un primer aviso. Más al sur, sin salir de la provincia de Trapani, se encuentra Selinunte. Una gran playa de arenas rubias y aguas de un azul metálico se extiende a los pies de este parque arqueológico, compuesto por varios templos dóricos y santuarios. «La primera impresión es de gran soledad y melancolía», escribió sobre este lugar Lawrence Durrell (1912-1990) en su amena obra Carrusel siciliano. Pero, de nuevo, el aislamiento de las ciudades –aunque sea gracias a colinas artificiales– resulta confortante: la brisa del mar se confunde con el aroma de los pinos y refuerza la sugestión de estar en perfecta comunión con la naturaleza.

Al ser imposible determinar a qué divinidades estaban consagrados, los templos de Selinunte han sido designados con letras del abecedario. Aquellos que lucen en pie, como el E, fueron objeto de un concienzudo trabajo de rehabilitación, pues hace mucho que la ciudad fue destruida cuando los segestinos, tal vez envidiosos del esplendor de Selinunte, se aliaron con Cartago hacia el 409 a.C. y comenzaron un asedio que arrasó la ciudad. Lo que quedó en pie fue demolido por los seísmos que se han abatido sobre Sicilia a lo largo de la historia. No obstante, el tamaño de las columnas, tanto de las erguidas como de las yacentes, es impresionante. Caminando hacia el mar asoma la Acrópolis, con restos de seis templos y otras edificaciones menores, junto al degradado santuario de Malophoros, dedicado a Deméter, diosa de la agricultura.

La brisa del mar se confunde con el aroma de los pinos y refuerza la sugestión de estar en perfecta comunión con la naturaleza

Muy distinta es la impresión que transmite el Valle de los Templos, a una hora y media de carretera de Selinunte. Aquí resulta ineludible la visión de la ciudad, Agrigento, que aparece como una cortina tras las ruinas. En cambio, estas se hallan muy bien restauradas. Tras pasar ante el descomunal altar donde en su día se sacrificaban animales, aparece el templo de Zeus Olímpico, de más de 100 metros de largo y columnas de más de 18: tal vez el mayor de la Antigua Grecia.

Templos para los dioses

A continuación aparece el templo de Cástor y Pólux, los héroes mellizos hijos de Zeus, junto a restos de otros cuatro templos y varios altares. Completan la familia, entre otros vestigios, el templo de Hércules, el más antiguo; el templo de la Concordia, de singular elegancia, también consagrado a Cástor y Pólux; y el templo de Juno Lacinia, del que solo resisten en pie 25 columnas de algo más de seis metros. En todo caso, es el conjunto lo que produce un poderoso efecto escenográfico, que multiplica su belleza al atardecer, cuando las últimas luces del día tiñen de naranja sus piedras.

El periplo puede concluir en la costa oriental. En la isla Ortigia, comunicada por un puente con Siracusa, se halla una catedral cuya portada, como una máscara barroca, da paso a un espacio que antaño fue templo griego para mayor gloria de Atenea y que todavía conserva las columnas dóricas del siglo V a.C. En las afueras de Siracusa, además, se abre un Parque Arqueológico en el que destaca un espléndido teatro griego. También puede verse allí el Ara de Gerón y las latomias, canteras de piedra calcárea que fueron usadas también como cárcel para los prisioneros atenienses en tiempos del tirano Dionisio.

Más al norte, en Taormina, otro gran teatro insiste en la perfecta armonía de lo griego con el paisaje circundante: desde sus gradas más altas se divisa la costa de la Península Itálica, así como la mole humeante del Etna. La primera crónica de su actividad eruptiva procede, cómo no, de un historiador griego, Diodoro Sículo.

Scala dei Turchi. La playa de Scala dei Turchi, al oeste de Porto Empedocle, tiene unos espectaculares acantilados de marga. Foto: Luca Mancuso / Age fotostock

 

Segesta. Este templo dórico se conserva bien gracias a su aislamiento y a que no llegó a ser concluido –carece de techo y las columnas, de estrías–, ni por ello saqueado. Foto: Martin Stoiser

 

Palermo y sus museos. Entre los museos de Palermo donde se recoge la huella de Grecia en tierras sicilianas destaca el Museo Arqueológico Regional Antonio Salinas, ubicado en el convento de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri y levantado en torno a tres acogedores claustros. Junto a piezas fenicias, etruscas y cartaginesas, sobresalen las obras de arte griego: capiteles, sarcófagos, magníficas metopas, un fragmento del friso oriental del Partenón y estatuas de deidades, así como monedas y enseres domésticos. Por su parte, el Museo de Arte y Arqueología Ignazio Mormino acoge obras de Selinunte, como este bajorrelieve de Perseo cortando la cabeza de Medusa, mientras evita mirarla directamente para no quedar petrificado por el horror. Foto: Age Fotostock

 

Taormina. A partir del vino de Marsala se elabora el vino de almendras, un producto de Taormina. Foto: Salvo Olimpo / 500px

 

Dioniso Yaco. En 1882 un niño de Castelvetrano halló esta estatua en bronce del siglo V a.C., conocida como el Efebo de Selinunte, que parece representar a Dioniso Yaco. En 1962 fue robada y se recuperó en 1968 gracias a una operación policial. Tras exhibirse en el Museo A. Salinas de Palermo, retornó a Castelvetrano en 1997. Foto: Age Fotostock

 

Taormina. Una perla con vistas al Etna. Esta ciudad situada sobre una terraza del monte Tauro –del que deriva su nombre– es uno de los enclaves más atractivos de la costa oriental de Sicilia. El ferrocarril que la unía a Mesina desde 1866 convirtió Taormina en un gran destino turístico, donde la burguesía finisecular de media Europa festejaba su amor al Mediterráneo y al legado griego. Su gran teatro de más de 100 metros de diámetro, con la silueta del Etna al fondo, acabaría siendo un escenario romano, en el que la catarsis de las tragedias daría paso a luchas de gladiadores. El recinto y la ciudad que lo envuelve enamoraron a Goethe, André Gide, Thomas Mann, Jean Cocteau o Tennessee Williams. Woody Allen rodó en el teatro escenas de Poderosa Afrodita (1995). Foto: Antonino Bartuccio / Fototeca 9×12

 

Placa de terracota, Museo Paolo Orsi, Siracusa. Foto: Fototeca 9×12

 

Cerámica de Selinunte, Palacio Branciforte, Palermo. Foto: Fototeca 9×12

 

Sarcófago del Valle de los Templos, Museo Nacional de Agrigento. Foto: Fototeca 9×12

 

Los telamones de Agrigento. El templo de Zeus Olímpico o de los Gigantes, en Agrigento, contaba con diversos telamones o atlantes, unas figuras masculinas colosales, de 7,5 metros de altura, con los brazos doblados por encima de los hombros y que servían como columnas, de modo similar a las cariátides. La que se ve en la imagen se halla en el Museo Nacional de Agrigento, una de las ciudades más poderosas en la edad de oro de la Magna Grecia (siglos VI y V a.C) y cuna del filósofo Empédocles. Su Valle de los Reyes –Patrimonio de la Humanidad– posee algunos de los edificios más antiguos y mejor conservados fuera de la propia Grecia. Foto: Claudio Cassaro / Fototeca 9×12

 

Una vuelta a Sicilia en seis etapas

1. Palermo. La gran capital siciliana posee rincones llenos de encanto y un gran patrimonio artístico.

2. Cefalú. Además de su playa, este pueblo de pescadores tiene tres imponentes edificios religiosos.

3. Taormina. La ciudad más aristocrática y glamurosa de la isla.

4. Etna. Varios caminos remontan sus laderas y se acercan al cráter.

5. Agrigento. Un conjunto de templos fascinantes próximo al mar.

6. Prizzi y Corleone. En estos pueblos que coronan promontorios, y cuyos nombres ha inmortalizado el cine, late la Sicilia más genuina.

 

29 May 2017 at 8:38 pm 2 comentarios

Revelan el enigma de Selinunte, la ‘Pompeya griega’

Los arqueólogos están resolviendo el enigma de la antigua ciudad de Selinunte, una ‘Pompeya griega’ que quedó prácticamente intacta tras perder trágicamente toda su población hace casi 2.500 de años.

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Selinunte / wikipedia/bjs

Fuente: RT Actualidad    09/11/2015

Los científicos estudiaron las ruinas de la antigua ciudad griega de Selinunte, que se levantaba en la isla italiana de Sicilia y fue invadida por tropas cartaginesas en el siglo V antes de Cristo, para descubrir cómo era la vida cotidiana de sus habitantes, escribe el rotativo ‘The Independent‘.

El periódico establece paralelos con Pompeya al destacar que «toda la ciudad se mantuvo al menos parcialmente intacta, a pesar de la trágica pérdida de la mayor parte de sus habitantes».

«Literalmente de un día para otro, una bulliciosa ciudad se convirtió en un pueblo fantasma» cuando unos 5.000 hombres y miles de mujeres y niños fueron tomados como esclavos, precisa la publicación.

En los últimos 15 años, mediante el uso de técnicas geofísicas y excavación, los investigadores restauraron las calles de Selinunte, identificaron unas 2.500 casas, hallaron su puerto y su zona industrial. En particular, los arqueólogos encontraron los restos de comidas abandonadas por la gente de la ciudad y docenas de artículos de cerámica, como ollas y azulejos.

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Facebook/lavralin

Es la primera vez que los científicos han sido capaces de recrear un amplio plan detallado de una ciudad griega clásica. Este nuevo conocimiento ayudaría a los investigadores a entender algunas de las realidades económicas y demográficas (gracias al número de casas) de las antiguas urbes griegas.

Varios hallazgos atestiguan que Selinunte participaba activamente en el comercio. En algunos de los templos de la ciudad y las casas más ricas, los arqueólogos encontraron cerámica importada, vidrio y bronces de países como Egipto, Turquía, sur de Francia y norte de Italia.

Pero la ciudad también exportaba sus propios productos. Los historiadores estiman que en los años inmediatamente antes de su caída en el 409 antes de Cristo, la zona industrial de Selinunte producía unos 300.000 artefactos de cerámica al año, de los que no más de 20% se vendían en la propia ciudad.

10 noviembre 2015 at 2:50 pm 3 comentarios

Proyecto para reconstruir el Templo G de Selinunte

Sicilia parece haber sido hoy el centro de interés arqueológico…

«No sé si será posible reconstruir completamente el Templo G de Selinunte, sin duda la idea es fascinante. Pero hemos abrazado la idea del escritor Valerio Massimo Manfredi de devolver a su esplendor original uno de los monumentos más bellos de Sicilia y del Mediterráneo». Son palabras del presidente de la Región de Sicilia, Raffaele Lombardo, durante una inspección llevada a cabo en el Parque Arqueológico de Selinunte, en el curso de la cual ha sido lanzada la idea de reconstruir el templo más majestuoso del complejo monumental, derrumbado tras un terremoto hace 2500 años .

Con Lombardo y Manfredi, han participado en la inspección el consejero regional  de Bienes culturales y de la Identidad siciliana, Sebastiano Missineo, y el presidente de la Provincia de Trapani, Mimmo Turano, el director general del departamento de Bienes culturales, Gesualdo Campo, y el superintendente para los Bienes culturales de Trapani, Sebastiano Tusa. El proyecto ha sido promovido por el escritor Valerio Massimo Manfredi y financiado con 50.000 euros de fondos privados. El próximo mes de octubre – del 21 al 23 – arqueólogos y expertos internacionales de restauración se reunirán en Selinunte para decidir cómo proceder en los trabajos de reconstrucción.

«Mientras tanto, se realizará una maqueta de 75 cm – dice Valerio Massimo Manfredi – que hará visible el Templo G y los resultados de los estudios realizados hasta el momento por los técnicos. El área de Selinunte, único en el mundo por el escenario y el paisaje que se ofrece a la vista, debe ser valorado – concluye Lombardo – y puesto en conexión con la Cueva de Cusa, otro magnífico lugar del que dispone Sicilia.»

Fuente: perlacittà.it

31 agosto 2011 at 11:40 pm Deja un comentario


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Reunificación de los Mármoles del Partenón

"Hacemos un llamamiento a todos aquellos que en el mundo creen en los valores e ideas que surgieron a los pies de la Acrópolis a fin de unir nuestros esfuerzos para traer a casa los Mármoles del Partenón". Antonis Samaras, Ministro de Cultura de Grecia

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