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Bikinis sicilianos desde hace 1.800 años
Los mosaicos romanos de villa Casale ilustran escenas cotidianas, cacerías o representaciones mitológicas
Detalle del mosaico de la Sala de las Diez Mujeres, Villa romana del Casale (Italia) (stevegeer / Getty Images/iStockphoto)
Fuente: SERGI RAMIS | LA VANGUARDIA
30 de julio de 2018
Justo en el centro de la isla de Sicilia, en el término municipal de Enna, al que solo se llega si uno está dispuesto a girar el volante del coche unos cuantos centenares de veces, se halla una villa romana de finales del siglo III singular se mire por donde se mire.
La villa Casale, que perteneció al coemperador Maximiano, es considerada por los arqueólogos un exceso incluso para los estándares del desenfreno romano. El complejo de cuatro edificios principales y muchos otros menores anexos cuenta con una superficie de mosaicos que sobrepasa los 3.500 m². En ellos se reproducen escenas de viajes y héroes, de dioses, de batallas y escenas cotidianas.
Uno de los mosaicos que impacta más es el conocido popularmente como de “las chicas en bikini”, aunque su denominación formal sea Sala de las Diez Chicas (Dieci Ragazze). Se ve en la escena a nueve jóvenes –una ha sido dañada y casi borrada por el paso de las centurias– exactamente vistiendo dos piezas de ropa interior como las actuales. Pero como están realizando diferentes ejercicios gimnásticos, a los expertos no les costó llegar a la conclusión de que se trataba de atletas entrenando para unas pruebas. Sorprende que mujeres formaran parte de eventos deportivos y que la indumentaria fuera tan parecida a la que se usa dieciocho siglos después.
Mosaico de la Sala de las Diez Chicas, Villa romana del Casale (Italia) (vladj55 / Getty Images/iStockphoto)
La Villa romana del Casale, como se la conoce, está pavimentada con los mejores y más grandes mosaicos de la época que se conocen. Uno de los que impacta más tiene 65 metros de largo y reproduce escenas de cacerías con los animales que solían importarse del norte de África como piezas exóticas: rinocerontes, leones, elefantes, antílopes o avestruces.
Los sorprendidos visitantes van pasando tiras de teselas enormes, estancias llenas de mosaicos gracias a las pasarelas elevadas instaladas a raíz de la gran restauración que finalizó en 2013. Quince años antes el complejo ya había sido declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Uno de los mosaicos que representan las cacerías, Villa romana del Casale (Italia) (vladj55 / Getty Images/iStockphoto)
Un corrimiento de tierras que sepultó la villa durante siete siglos es el responsable de que los mosaicos se hayan conservado en tan buen estado, con sus colores todavía refulgiendo y sin daños significativos en las piezas principales. Seguramente, si hubieran estado expuestos a los elementos y la acción humana se habrían deteriorado mucho más. Y, tal vez, alguien en un arranque puritano podía haber destruido tanto la pieza de las señoritas en bikini como las nada equívocas escenas de Eros y Psique en pleno fragor amatorio.
El complejo del Casale cuenta, además de las estancias de la familia de Maximiano, con unas termas, un gimnasio y un triclinio donde el mosaico principal representa los míticos 12 trabajos de Hércules.
Para llegar a Piazza Armerina (abierto todos los días de 9 h hasta una hora antes del anochecer) la localidad de referencia cercana al complejo arqueológico, hay que estar dispuesto a serpentear por carreteras estrechas de la montaña siciliana, pero la belleza de las obras de arte anónimas y milenarias que aguardan merecen la ingesta de una pastilla contra el mareo.
Vista panorámica de la ciudad de Piazza Armerina (Italia) (JannHuizenga / Getty Images/iStockphoto)
Piedras que sufren y sienten
Personas que se suben y usan sus sillares como papelera, palomas que anidan, vegetación que crece y muchos humos, principales amenazas del Acueducto de Segovia
Acueducto de Segovia – A. TANARRO
Fuente: ISABEL JIMENO – Valledolid | ABC
30 de abril de 2018
La imagen de un joven francés escalando por los arcos de la Acueducto para fardar de su «proeza» en las redes sociales es la última y más impactante imagen de los daños y amenazas que tiene que aguantar la bimilenaria obra. Declarado ya Monumento Nacional en 1884 por Alfonso XII y aupado al más alto reconocimiento por la Unesco en 1985, cuando entró en lista de bienes Patrimonio de la Humanidad, no todos son conscientes de que esos 20.400 sillares de granito colocados sin argamasa alguna por los romanos también sienten y padecen la acción exterior. Un impacto sobre las piedras en las que a los efectos naturales se suma la dañina mano del hombre. No sólo alguna que otra pintada han llorado sus muros, por los que los más osados se atreven a trepar.
Hay quien no resiste la tentación de subirse allí donde los arcos son más bajos para llevarse una irrepetible fotografía, que a la vez que queda guardada en su recuerdo también lo hace en los sillares del Acueducto. Un práctica prohibida, como recuerda un cartel -en varios idiomas- colocado hace un par de años por el Ayuntamiento de la ciudad, empeñado en acabar con la «banalización y falta de respeto» que suponen estas conductas.
El Acueducto se duele cada vez que alguien pone un pie encima de esas moles de granito, que con dos mil años de servicio -hasta hace sólo unos decenios siguió cumpliendo con su primigenia función de llevar agua de la sierra de Guadarrama a la ciudad- también sufren los achaques de la edad. Todo un «atentado» para los segovianos, para quienes, aunque muchas veces pase desapercibido en su día a día y no reparen en la magnitud de la obra, es su seña de identidad. «El Acueducto nos ocupa y nos preocupa», reconoce la concejala de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos, para quien uno de los primeros pasos para su protección pasa por «hacer consciente a la gente» de que es una «obra única» que va más allá de ese kilómetro monumental y visible, y también por eso «más frágil».
«Mejor contemplación»
Sujeto al amparo y protección de la Ley de Patrimonio, el Ayuntamiento quiere ir más allá y ultima una ordenanza en la que tipifica «con detalle» esas acciones «que suponen una agresión», para las que prevé un régimen sancionador que quieren que entre en vigor a partir del verano. Subirse, pintar, las eyecciones de los perros, dejar objetos en este «muro de las lamentaciones» en el que se acumulan papeles, bolsas, latas e incluso botellas a gran se contemplan en ese texto como señaladas como infracciones.
También se pretende regular el uso del entorno de este kilómetro 0 y centro de gravedad de la ciudad, en torno al que gira la vida y el tráfico. Así, incluirá regulación sobre terrazas, cartelería, contenedores, circulación, celebración de pruebas y eventos… «Hay que ganar espacio para su contemplación», dejando unos «20 ó 25 metros» libres a ambos lados, defiende Claudia de Santos, quien avanza que se persigue una protección «mucho más amplia» de la ya lograda con el alejamiento de vehículos del Acueducto hace unos meses y que se suma al gran paso dado en 1992, cuando se prohibió el tráfico bajo sus arcos. Entonces, ya supuso todo un cambio incluso en el día a día de una ciudad que tiene en el Acueducto un punto de atracción, devoción y admiración. Coches, camiones y autobueses enhebraban sus ojos con pericia mientras los humos de sus tubos de escape bañaban las piedras.
La contaminación es uno de los principales agentes fruto de la mano del hombre que no existían cuando los romanos levantaron la obra de ingeniería, pero también de las más complicadas de atajar. Junto a ella, el ruido y las vibraciones, sobre los que el Ayuntamiento tiene encargados estudios para determinar hasta qué punto deberían alejarse.
Reparación de daños de la Virgen del Acueducto -A. TANARRO
Junto a esos daños con huella humana, los que deja la naturaleza. Uno, el inexorable paso del tiempo. Aunque no se nota del mismo modo en todos los puntos. Depende del tipo de granito, pues la erosión no es igual en los sillares que tocan el suelo o en los que están a más altura. «Es muy diversa», apunta la concejala, quien incide en que las arenizaciones, escamaciones… que se dan en el granito «son normales y no afectan a la estructura» del monumento.
También se notan diferencias entre la parte original levantada por los romanos hace dos milenios y la que tuvo que ser recuperada en época medieval por orden de los Reyes Católicos tras ser destruida por los árabes en el siglo XI, pues la «técnica constructiva es muy inferior a la romana», señala De Santos. Sus piedras ya eran más redondeadas y es ahí donde se necesitaría una intervención «con más urgencia».
Inspección anual
Una ITV anual mantiene bajo vigilancia otros agentes naturales que utilizan como «casa» el Acueducto. Una «ocupación» que deja secuelas. Entre los enemigos, las palomas, por sus nidos y corrosivos excrementos. La lucha contra estas perniciosas aves se intensificó desde la intervención llevada a cabo en 2014, cuando se decidió introducir trozos de granito «muy similar» al original en los huecos más grandes para impedir el anidamiento sin «alterar» la visión. «Pero las palomas siguen escarbando», lamenta De Santos, quien señala que en la última inspección (el 23 de abril), se detectó un nuevo asentamiento que tienen bajo vigilancia.
A la lupa de la inspección anual también se somete a la vegetación. La más «peligrosa», y que se retira para evitar que se instale allí su hogar y se reproduzca, es la que aprovecha la suciedad que se acumula en el canal superior para enraizar. Un ejemplo, las zarzas. Hay otras plantas, menos alarmantes, pero sí muy vistosas que suponen «más un problema estético». Son especies de ciclo corto, con poca raíz, como las conocidas orejas de fraile («umbilicus rupestris»), que cuando se mueren, se caen.
Y precisamente el elemento que alumbró su construcción, el agua, es ahora uno de sus enemigos. Las piedras lloran el líquido que se cuela. La eliminación en 2014 del canal de plomo ha ayudado a mitigar las filtraciones casi al 90 por ciento, defiende la concejala. Aunque hay fisuras que provocan humedades en una zona puntual (a la altura de la calle de Almira) que están bajo vigilancia.
Y entre los últimos sucesos de alerta, el desprendimiento de un pequeño fragmento del pie de la imagen de la Virgen de la hornacina donde el Acueducto alcanza su altura máxima (28,50 metros). Una talla en caliza de 1520 que también está «viejecita». El Ayuntamiento estudia consolidarla o una opción algo larga y cara: bajar la pieza, restaurarla y sustituirla por una réplica.
El Acueducto de Segovia es de la época de Adriano
Los arqueólogos refuerzan su hipótesis de que la edificación fue posterior al año 117, después de la muerte de Trajano
De izquierda a derecha, los arquitectos municipales Esther Trilla y Manuel Marcos, y los arqueólogos Santiago Martínez y Víctor Cabañero. / ANTONIO DE TORRE
Fuente: MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ > Segovia | El Norte de Castilla
17 de octubre de 2017
La cronología sigue en cuestión. Datar la construcción del Acueducto de Segovia aún es una cuestión controvertida, aunque los arqueólogos tratan de poner luz sobre los estratos del terreno que acogió la cimentación de la monumental obra hidráulica, a partir de los restos cerámicos y otros materiales encontrados en la excavación de 1998. Si ya el año pasado los folletos que edita el área municipal de Turismo cambiaron para situar la construcción en el siglo II, después del año 112, en la primera ponencia de las segundas Jornadas dedicadas por el Ayuntamiento al Acueducto los arqueólogos Santiago Martínez Caballero, director del Museo de Segovia, y Víctor Cabañero, doctor de la UVA, dejaron clara una conclusión, que las arcadas centrales de la plaza del Azoguejo fueron edificadas después de ese año 112, al final del gobierno del emperador Trajano, pero «con mucha mayor probabilidad» es posible que las obras empezaran tras el 117, ya en tiempos del otro emperador hispano, Adriano. Las hipótesis están servidas, y harán falta otros estudios para tener un mayor nivel de certeza. Pero los dos arqueólogos concluyeron que datarlo en la época de Adriano sería lo más acertado.
Las II Jornadas Acueducto de Segovia, que tienen el título de ‘Una ciudad por y para un monumento’, comenzaron este lunes en el Aula de San Quirce con las dos primeras ponencias, precedidas de la presentación del libro que recoge las de 2016 y una introducción de la alcaldesa, Clara Luquero. El objetivo, dijo, es «sensibilizar y ahondar en el respeto y la conservación desde el conocimiento».
Recordó la alcaldesa que, en esta tesitura, el Ayuntamiento trabaja en la actualidad en la elaboración de la ordenanza que regule el uso del entorno y en ampliar la zona peatonal de la plaza de Artillería, para alejar el tráfico y hacer posible que los turistas puedan admirarlo sin la cercanía de los coches. «Se trata de dar pasos con modestia, con lo que tenemos», porque «el Ayuntamiento no puede abordar ahora un proyecto de envergadura», pero «tenemos la responsabilidad de conservarlo», añadió, porque «el Acueducto nos identifica y está en nuestra mirada cotidiana».
Cronología
Santiago Martínez Caballero y Víctor Cabañero han profundizado en esta línea de investigación en los últimos doce meses, desde que presentaran su hipótesis en el congreso sobre ciudades romanas que acogió Segovia el año pasado, aunque iniciaron sus estudios en 2013 a partir de los materiales que se custodian en el Museo de Segovia procedentes de las excavaciones de 1998 y ya presentaron unas conclusiones preliminares en 2014, en el Congreso Internacional de Arqueología Clásica de Mérida, donde expusieron que la probabilidad más alta sobre la fecha de construcción del Acueducto la situaría al final del gobierno de Trajano o a partir del 117, ya con Adriano. También en Mérida se presentó la conclusión de que «el debate sobre la lectura de la cartela del sotabanco no es un tema zanjado».
Para ambos arqueólogos, las líneas de investigación emprendidas hasta ahora relacionadas con la técnica constructiva de la obra hidráulica o con el contenido de la cartela no estaban demasiado claras, y sus conclusiones no han sido admitidas de forma unánime por toda la comunidad científica. Ni siquiera la interpretación que consideran solvente, la del epigrafista austriaco Geza Alföldy, que situaría la edificación a finales del siglo I.
Para su estudio, Martínez y Cabañero han utilizado «datos materiales tangibles» a partir del registro arqueológico y una estratigrafía «muy clara» para presentar sus hipótesis, con «argumentos sometidos a muchas variaciones», que llevan a «reconsiderar» el contenido de la cartela y la datación de los arcos de la zona monumental. Pero siempre con la premisa de que «la cronología del Acueducto es un tema espinoso».
Santiago Martínez expuso que el primer relato «mítico» sobre la datación es de mediados del siglo XIII, lo relaciona con Hércules y se mantiene hasta 1637 con Diego de Colmenares. Después, a partir del siglo XVI ya aparece, aunque sin demasiado rigor, la atribución al emperador Trajano, que se mantiene hasta el siglo XX. A partir de 1960, análisis más científicos estudiaron la similitud de la técnica constructiva (por los sillares de acabado almohadillado) con la del Aqua Claudia, el acueducto de Roma construido por Claudio, y ya con más rigor, el estudio de la cartela desde 1968 por varios autores ha aportado atribuciones a Nerva, Domiciano o Trajano. Entre 1992 y 1997, el epigrafista Geza Alföldy planteó la hipótesis, basándose en la interpretación de los huecos del sotabanco que alojaron las letras de la cartela, que el Acueducto fue «restituido» o restaurado en el año 98 por Trajano, con lo que sería incluso anterior, y aunque es la «hipótesis más solvente», la epigrafía española ha considerado que la lectura «no es segura».
El estudio de los ponentes está basado en los restos de cerámica, del sestercio de la época de Trajano y el sillar encontrados en las excavaciones de 1998 de las bases de las pilas 115 a 117. Su conclusión es que las cerámicas más avanzadas, del siglo II, serían contemporáneas de la construcción, «con mayor probabilidad durante el gobierno de Adriano» porque Segovia era entonces una ciudad de importancia regional que permitía la construcción de edificios y obras públicas, que podría haber captado «la atención imperial» y, por tanto, la financiación por el emperador, pues Adriano financió muchos acueductos en todo el imperio.
La ciudad romana
El estudio de los dos arqueólogos también induce a reconsiderar las líneas de investigación no ya sobre el Acueducto, sino también sobre la ciudad romana. Víctor Cabañero declaró al respecto que sería bueno investigar «sobre la ciudad y sobre el siglo II también, porque queda siempre un poco al margen; el siglo I es el del esplendor, en el que todas las ciudades al sur del Duero adquieren la municipalidad romana, y sería bueno estudiar el siglo II porque puede aportar cuestiones importantes».
Los datos conocidos, con el estudio de los restos del foro –que estaría en el entorno de la actual plaza de Guevara, la plaza de la Rubia, la iglesia de la Trinidad y la plaza del Potro– y otras construcciones como las termas en el subsuelo cercano a la iglesia de San Martín, permiten indicar que cuando se construye el Acueducto la ciudad tiene ya una monumentalidad y la obra de ingeniería es el final del proceso de entrada de agua.
Siempre se ha dicho que habría que excavar más en Segovia para conocer mejor su pasado romano. Pero no es fácil. Martínez Caballero señaló que «en cualquier sitio donde se haga una intervención arqueológica es susceptible que aparezcan restos». Porque la ciudad romana tendría unas 40 hectáreas y estaría en funcionamiento desde el siglo I antes de Cristo «y la culminación de lo que es un paisaje típicamente romano, de lo que es su municipalización, es la construcción de su grandioso Acueducto en el siglo II». Y si fue edificado a partir del 117, hasta dentro de cien años no se podrá celebrar el bimilenario.
Italia toma la delantera a Cuenca para declarar Patrimonio de la Humanidad las minas de Lapis Specularis
El Ministerio de Cultura italiano ha presentado la candidatura ante la Unesco para solicitar la declaración de Patrimonio de la Humanidad para sus minas de espejuelo, a pesar de que, a nivel patrimonial, las minas de Cuenca son superiores
Interior de la mina de Lapis Specularis de Torejoncillo del Rey (Cuenca). / Turismo de Castilla-La Mancha
Fuente: Cadena SER | Cuenca
12 de octubre de 2017
Italia toma la delantera a Castilla-La Mancha en la solicitud del título de Patrimonio de la Humanidad para las minas de Lapis Specularis. Y eso que los arqueólogos italianos se han basado en el ejemplo de las minas de Cuenca para elaborar su informe.
En octubre de 2015, el presidente regional Emiliano García-Page presentaba en el Plan de Turismo para Cuenca y provincia en el que se incluía la intención de promover la declaración de Patrimonio de la Humanidad para las minas de Lapis Specularis de esta provincia.
Estas minas fueron explotadas por la civilización romana, hace 2.000 años, de donde extraían el espejuelo, también conocido como ‘el cristal de los romanos’. En la actualidad estas minas se han recuperado como recurso turístico a través de distintas inversiones de la Diputación Provincial y de los Ayuntamientos donde están ubicadas.
La mina de Torrejoncillo del Rey fue la primera en recuperarse para el turismo. / Turismo de Castilla-la Mancha.
Italia ha tomado la delantera y aprovechó el marco del III Congreso Internacional de Lapis Specularis, que se celebró el pasado mes de septiembre en Bolonia, para presentar su candidatura. A esta cita acudieron arqueólogos españoles como Juan Carlos Guisado, que ha trabajado en la recuperación de las minas de Lapis Specularis de la provincia, y quien asegura que “a nivel patrimonial las minas de Cuenca son muy superiores a las italianas”.
Además, mientras que aquí se lleva trabajando en estas minas desde hace 25 años, en Italia llevan como mucho quince. De hecho, Guisado asegura que “las minas italianas estaban abandonadas porque allí pensaban que eran explotaciones modernas” y fueron los conquenses los que les instruyeron y demostraron que procedían de la época romana.
Sin embargo, a nivel de apoyos institucionales y de gestión turística, “Italia es muy superior”, según Guisado, “en sólo diez años, basándose en el modelo conquense, han sido capaces de elaborar una candidatura, que abandera el Ministerio de Cultura italiano, para ser reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad”.
Exterior de la mina de Lapis Specularis de Saceda del Río, en Huete (Cuenca). / Juan Carlos Guisado
La provincia de Cuenca cuenta en la actualidad con varias minas romanas abiertas a las visitas turísticas en localidades como Torrejoncillo del Rey, Torralba o Saceda del Río. Respecto a estas últimas, Guisado ha destacado “el número de visitas que recibió el pasado mes de agosto y que ha superado a las registradas durante todo el año 2016”. Un ejemplo que ha servido para inspirar a los italianos.
Reabre el complejo Championnet en Pompeya
Integra también la Casa de los Mosaicos Geométricos
Fuente: ANSA Latina
Fotos: La Repubblica
POMPEYA, NAPOLES, 22 SET – Todo un barrio residencial que se levanta al sur del Foro y la Basílica de Pompeya, entre la terraza del Santuario de Venus al oeste y las Termas del Sanro al sudeste, fue abierto hoy al público en la ciudad italiana destruida por el Vesubio en el año 44.
Se trata del Complejo Championnet, del que forma parte también la Casa de los Mosaicos Geométricos. Son más de 100 ambientes finamente decorados, que se asoman al mar sobre unos 4.100 metros cuadrados.
Se abrió a las visitas también la Casa del Marinero, restaurada gracias a una obra conjunta realizada en el ámbito del Gran Proyecto Pompeya. También esta «domus» se halla en una zona panorámica de la ciudad antigua, en las cercanías del Foro, y al entrar se admira una de las dos fuentes de mármol presentes en las excavaciones: la Fuente del Gallo.
El complejo Championnet representaba un barrio exclusivo de la antigua Pompeya por ser muy próximo al Foro, la plaza central, donde se desarrollaba la vida civil, religiosa y económica.
Allí habitaban, por lo tanto, solo familias influyentes que habían realizado grandes viviendas articuladas sobre terrazas con escaleras, rampas, logias y criptopórticos, con vista panorámica sobre el golfo hacia las islas de Capri e Ischia.
En esta obra de restauración se utilizó, por primera vez en arqueología, el material llamado Corian, que proporciona una cobertura liviana y muy adaptable, poco invasiva de aquello que está destinado a proteger.
Desde la casa de Championnet es posible acceder a los hipogeos, un piso subterráneo de la «domus» (vivienda) que era utilizado para los servicios.
En su interior, visible gracias a barras luminosas de led, fueron colocados utensilios de la época para dar al visitante el sentido de utilidad de estos ambientes.
En la Casa del Marinero se visita una pequeña instalación termal que equipaba la morada, junto con una amplia panadería subterránea que representa algo único en el panorama doméstico pompeyano.
La casa conjuga, en efecto, las características de una elegante «domus» de la época, que utiliza depósitos de carácter comercial y productivo.
Las cocinas en los hipogeos
El atrio de una de las domus del complejo Campionnet
Ambientes recubiertos de mosaicos con formas geométricas
El director de las excavaciones de Pompeya Massimo Osanna (izq.) junto a Massimo Curatoli, director del Gran Proyecto Pompeya, y la arqueóloga Caterina Cicirelli, responsable de los trabajos en el complejo ahora abierto al público
Vista de los Montes Lattari desde el complejo Championnet
Ambientes exteriores del complejo Championnet
Atrio con mosaico en el complejo Championnet
Hipogeo bajo una domus en el complejo Championnet
Vista en el complejo de la Insula 2 de la Regio VIII
El Vesubio desde la Casa del Marinero
Casa del Marinero
Restos de mosaico en el pavimento del atrio de la Casa del Marinero
Casa del Marinero
Termas de la Casa del Marinero
Casa del Marinero, atrio
Mosaico del tablino de la Casa del Marinero
Mosaico con formas geométricas
Acueducto: un monumento con demasiados humos
El Ayuntamiento de Segovia ultima una ordenanza para alejar más el tráfico y fomentar un uso menos «banal» y restringido del entorno
La imagen de coches aparcados esperando junto al Acueducto es habitual – A. TANARRO
Fuente: ISABEL JIMENO > Segovia | ABC
18 de septiembre de 2017
Estoico, aguanta en pie el paso del tiempo, aunque sufre los achaques de su edad, y eso que los últimos estudios han rejuvenecido unos 20 años la partida de nacimiento del Acueducto. Junto a él, la vida pasa, pero también el progreso supone una amenaza a la que tiene que enfrentarse. Situaciones y elementos desconocidos cuando los romanos, hace unos dos mil años decidieron emprender semejante obra de ingeniería.
Es la joya de la corona en una Segovia también Patrimonio de la Humanidad y hacia la que siempre se dirigen las miradas, de curiosidad, de admiración y de alerta. Como un bebé, siempre necesitado de cariños. Y la contaminación también es para él uno de los grandes agresores. Por eso, el Ayuntamiento de Segovia ultima una ordenanza con la que quiere aumentar la protección. Una ardua tarea, nada fácil por la propia configuración de una ciudad que tiene el Acueducto como un centro de gravedad en torno al que gira la vida y la circulación. Ya se han soplado las velas de los 25 años desde aquel antes y después que supuso la restricción en 1992 del tráfico bajo sus arcos. Se dijo adiós a una imagen ahora prácticamente inimaginable, con coches e incluso camiones y autobuses enhebrando con pericia para cruzar entre los ojos más altos, donde alcanza hasta los 28,50 metros. Aunque supuso todo un cambio, pues no se concebía llegar a Segovia sin toparse frente al parabrisas con el Acueducto y dejó la ciudad dividida en dos, un cuarto de siglo después se valoran los beneficios.
«Pernicioso efecto»
Pero no ha sido suficiente para mantener a salvo al bimilenario monumento. Levantado uniendo sin cemento ni argamasa bloques de granito extraídos de la cercana sierra de Guadarrama, sus materiales también sufren. Nuevas voces hicieron levantar las alarmas este verano, asegurando que las piedra se «deshacen» y el monumento está en estado «crítico». Como «irresponsables» calificaron esas palabras el Ayuntamiento, reconociendo que hay achaques de la edad y otros agentes externos que lo afectan. Si las filtraciones que lloran la piedra son uno de los enemigos naturales cuyos daños se intentan mitigar y luchar contra los nidos y excrementos de palomas tampoco supone una empresa fácil, ahora se pone el punto de mira en otros elementos no naturales.
Y la contaminación de los coches figura en el primer lugar de los efectos «dañinos». Así, la ordenanza planteada por el Ayuntamiento, con el objetivo de «minimizar el efecto pernicioso del tráfico», propone desde la medida «inmediata» de la «restricción» de la circulación en determinadas vías del entorno a la «supresión del tráfico rodado». En los últimos días han hecho pruebas para ver cómo afectaría al tráfico alejar los tubos de escape de los pilares. La idea es que circulen algo más alejados por la zona oriental –la única por la que pasan–. Sin plazos para llevar a cabo la medida, la empresa es ardua, pues ahí confluyen varias vías, algunas de entrada a la ciudad. Supondría también que el clásico «te recojo en el Acueducto» deje de ser tan literal como ahora, con momentos día sí y día también en los que el enjambre de tubos de escape en marcha está a tan sólo unos metros.
Pero no sólo de los humos habla la ordenanza –a la que los ciudadanos pueden presentar alegaciones hasta el día 30–, en la que también se incide en «revalorizar» el entorno. Hay otra «contaminación» que afecta al monumento como es la «visual», fruto de elementos puestos a su alrededor «desordenadamente, de forma irracional, sin criterio». Señales, carteles, publicidades… se acumulan impidiendo la vista de un monumento que cada año atrae a miles de visitantes de todo el mundo.
Vibraciones
Y también aborda el «uso impropio» del entorno, con el fin de «erradicar» esas conductas que lo dañan, como los juegos en, contra y sobre los pilares o personas que se suben a hacerse una foto. Además, hace mención a otro de los aspectos más cuestionados: el uso para actividades y espectáculos. Musicales – en los conciertos de fiestas el escenario, con sus vibraciones acústicas, se sitúa a tres metros de los sillares–, culturales, deportivas, gastronómicas… Son un sin fin las acciones que eligen como marco inigualable el Acueducto, pero para el Ayuntamiento esto también puede suponer un uso «banal» que quiere controlar, de modo que plantea «regular» cuáles se podrán llevar a cabo allí, de tal forma que se «compatibilice» el «disfrute» de dichas actividades» con «el objetivo prioritario de conseguir la máxima protección».
Preocupación por el estado de conservación del acueducto de Segovia
El Ayuntamiento está recogiendo propuestas ciudadanas para buscar una solución
Los arcos del acueducto de Segovia. AURELIO MARTÍN / ATLAS
Fuente: ATLAS | EL PAÍS
13 de agosto de 2017
Hace 25 años se prohibió la circulación de vehículos bajo el Acueducto de Segovia, pero esta medida no es suficiente para su conservación. Los centenares de autobuses municipales que pasan constantemente a pocos metros, al igual que los conciertos que se realizan a los pies del monumento, emiten unas vibraciones que provocan el desgrane y rotura de la piedra.
La Concejalía de Patrimonio de Segovia justifica que se rigen por un protocolo interno y que los conciertos se realizan a una distancia de tres metros de los pilares. Defienden que el desgaste se debe a las características de la piedra y no de las vibraciones.
El Fondo Mundial de Monumentos incluyó en 2006 al Acueducto entre los cien monumentos del mundo en peligro. Actualmente el Ayuntamiento está recogiendo propuestas ciudadanas para buscar una solución.
Tarragona devuelve la magia a su anfiteatro con un viaje al pasado
La ciudad de los tres Patrimonios de la Humanidad ensalza el más importante: su conjunto arqueológico de Tarraco
Anfiteatro de Tarragona
Fuente: MÓNICA GAIL | ABC
11 de agosto de 2017
Antiguamente, la ciudad de Tarraco (Tarragona) fue una ciudad romana. Esta relación de Tarragona con los romanos tiene una historia singular y se remonta al siglo III a.C., época en la que se cree que los romanos se establecieron estratégicamente en este lugar. Según cuenta la leyenda, el dios Júpiter abandonó a su esposa, la mortal Tíria, al enamorarse de Tarragona, con la que quedó fascinado.
Ahora, Tarragona destaca por sus tres Patrimonios de la Humanidad declarados por la UNESCO: su Tarraco romana, los Castells y la Dieta Mediterránea. Y, esta vez, la ciudad ha ensalzado su patrimonio más importante: el conjunto arqueológico de Tarraco. Su Anfiteatro, con vistas al Mar Mediterráneo, quiere amenizar las noches veraniegas de los sábados para escenificar la obra «Historia Viva».
Representación de «Historia Viva»
Es la 6ª edición de «Historia Viva», una recreación histórica del pasado romano de Tarragona que este año presenta una gran novedad: la incorporación a la misma de las nuevas tecnologías digitales. Mediante ellas, se consiguen proyecciones en la arena del recinto que se combinan armónicamente con las recreaciones en vivo.
La intención es que el público viaje al pasado para conocer cómo vivían los romanos en aquella Tarraco, primer asentamiento del Imperio fuera de Italia. Con el nuevo formato, con la tecnología digital, su vida cotidiana y los combates de los gladiadores cobran fuerza sobre el escenario. Se ha conseguido combinar la imagen de diferentes proyectores como si fuera uno solo, al mismo tiempo que se coordina la luz y el sonido.
Este acto «pretende posicionar el relato y la marca de Tarragona ofreciendo al visitante una experiencia única y memorable en el Anfiteatro», afirma Inma Rodríguez, Concejala de Turismo del Ayuntamiento de Tarragona.
El proyecto ha sido impulsado por el Patronato Municipal de Turismo de Tarragona, con la participación de grupos de recreación histórica de la ciudad, Tarraco Lvdvs y Thaleia, de la empresa Digivisión, que junto a la empresa Imageen han creado la App de realidad aumentada Imageen Relivint Tarraco, que recrea los lugares históricos más importantes de la ciudad mostrándolos comparativamente tal y como eran hace 19 siglos, una iniciativa pionera en España.
Escena de la representación de «Historia Viva»
Fueron 700 las personas que asistieron a la sesión inaugural el pasado 15 de julio. La representación se prolongará hasta el 2 de septiembre y se hace cada sábado a partir de las 22.00 horas.
El precio de las entradas anticipadas es de 10 euros para adultos y 7,50 euros para niños entre cinco y 12 años, y mayores de 65 años. Los menores de cinco años tienen entrada gratuita. El precio en taquilla es de 15 y 10 euros, respectivamente. Además, hay una entrada familiar, para dos adultos y dos niños, a un precio único de 35 euros. La compra de estas entradas puede realizarse a través de la web del Patronato Municipal de Turismo, www.tarragonaturisme.cat, y también en las oficinas municipales de Turismo o en las taquillas del Anfiteatro, dos horas antes de la representación.