Posts tagged ‘Bética romana’

Cádiz batalla con el Louvre por el primer texto en latín

Alcalá de los Gazules pretende recuperar la inscripción romana más antigua de Hispania, el Bronce de Lascuta

Placa de bronce con el resumen de un decreto pretoriano en latín, que data del año 189 a. C. – ABC

Fuente: Soraya Fernández – Cádiz  |  ABC Andalucía
19 de agosto de 2018

La provincia de Cádiz dará la batalla para recuperar parte de su historia y de su patrimonio. Lo hará nada más y nada menos que ante el prestigioso Museo del Louvre de París por El Bronce de Lascuta, una pieza datada en el año 189 a. C. Se cree que se trata del documento en latín más antiguo de toda España. De hecho está escrito en latín arcaico.

Se trata de una pieza desconocida para la mayoría de los andaluces pero que podría comenzar a acaparar titulares después de que la Diputación Provincial de Cádiz aprobara el pasado mes de julio por unanimidad una moción del PSOE para rescatar esta parte del patrimonio histórico de la provincia tras haber hecho lo propio el Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules.

La institución provincial pedirá al Ministerio de Cultura y Deportes, así como a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que inicien las gestiones oportunas para recuperarla, ya que en la actualidad es propiedad del parisino Museo del Louvre. El objetivo es que ambas administraciones trabajen de la mano en la consecución de este objetivo «y poder rescatar, de este modo, una pieza arqueológica clave de la historia de la provincia».

La Diputación se ha propuesto, por tanto, rescatar esta valiosa pieza para exponerla en el museo de Alcalá de los Gazules o, en su defecto, en el Museo provincial de Cádiz.

El Bronce de Lascuta es uno de los documentos escritos más importantes que acreditan la presencia del imperio romano por primera vez en la provincia de Cádiz. La pieza fue hallada en Alcalá de los Gazules y tiene como referencia en el inventario del museo parisino la denominación B.R. 4085, dependiente del Departamento de Antigüedades Griegas y Romanas.

Se trata de una placa de bronce con una anilla en un lateral. Mide 22,4 x 14 x 0,2 centímetros, el tamaño de una mano, y contiene el resumen de un decreto pretoriano en latín. Según los historiadores, el hallazgo de esta pieza se produjo entre 1866 y 1867 a seis kilómetros de la actual localidad de Alcalá de los Gazules, dentro de la antigua Bética romana.

Para la doctora Ana María Vázquez, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), esta pieza es el documento escrito más antiguo datado en Hispania con una inscripción en latín en la que se explica que se considera a los habitantes de esa zona como hombres libres, mientras el Senado de Roma así lo determine. Menciona a unos siervos hastienes, que podrían ser de habitantes de Asta Regia.

La traducción es la siguiente: «Lucio Emilio, hijo de Lucio, procónsul, decretó que los siervos de los Hastenses, que habitaban en la Torre Lascutana, fuesen libres. Ordenó que tuvieran la posesión y conservaran los campos y el núcleo urbano que hubieran poseído hasta ese momento, mientras quisieran el pueblo y el senado romano. Dado en los campamentos a doce días de las kalendas de febrero (19 de enero)».

Iglesia de San Jorge

Las investigaciones más recientes, realizadas por el historiador Ismael Almagro, arrojan que El Bronce de Lascuta no se habría encontrado en la Mesa del Esparragal, como tradicionalmente se afirma, sino que apareció en la iglesia parroquial del Mártir San Jorge de la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules cuando se procedió a realizar el ensanche de las capillas del Baptisterio y del Santo Entierro, en un terreno obtenido en 1863, siendo párroco Francisco de Paula Castro y Moreno.

Tras el hallazgo, la pieza pudo ser vendida, según la hipótesis principal, al ingeniero polaco Ladislas Lazeski, quien, más tarde, negoció con el Museo del Louvre, donde se conserva hasta ahora.

Para el PSOE, ante la ausencia de una prueba fehaciente de esta última hipótesis, debe prevalecer la noticia refrendada por el propio ingeniero, quien comunicó de forma oficial la noticia en París y ofreció detalles del lugar de las «pequeñas excavaciones» en las que apareció, cerca de una mina y de un campo con ruinas antiguas, «a seis kilómetros de Alcalá de los Gazules».

Éste no será el primer intento de recuperar esta importante parte de la historia de Cádiz. Ya se hizo en la década de los años ochenta, aunque sin éxito, según explica a ABC el alcalde de Alcalá de los Gazules, Javier Pizarro, quien, no obstante, está decidido a insistir.

Pizarro asegura que «el no ya lo tenemos. Ahora esperamos que el Ministerio de Cultura y la Consejería de Cultura se interesen para, al menos, intentarlo. Los vecinos están muy ilusionados. En los ochenta, el Louvre nos mandó una copia exacta de la pieza pero queremos recuperar el original». «Creemos que es de justicia porque apareció en Alcalá de los Gazules. Para ellos no es importante tenerla allí y para nosotros, sí. Es algo único», ha resaltado.

En el caso de recuperar la pieza arqueológica, el Ayuntamiento gaditano pretende exponerla en la Torre del Homenaje de Alcalá de los Gazules, una pequeña torre que se ha restaurado «y que vamos a musealizar. Entendemos que es su sitio», asegura el alcalde de la localidad.

 

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19 agosto 2018 at 10:06 am Deja un comentario

Cuando el Templo Romano de Córdoba era una ecuación imposible de resolver

Hace 60 años el arqueólogo Antonio García y Bellido fue capaz de adivinar el sentido de los restos hallados

Excavaciones en el Templo Romano de Córdoba en los años 50 – ARCHIVO MUNICIPAL

Fuente: Rafael Verdú – Córdoba  |  ABC de Sevilla
22 de julio de 2018

A mediados de la década de los 50 del pasado siglo XX, nadie sabía a ciencia cierta qué eran todos aquellos restos que estaban apareciendo en el solar sobre el que se edificaría el antiguo Ayuntamiento de Córdoba. Durante siglos, aquella zona había sido utilizada como cantera arqueológica para otros monumentos, aprovechando los arquitrabes, basas, losas de mármol y hasta enormes sillares de piedra labrados. Pero las obras del Consistorio de aquella época -ese edificio ya no existe; fue derribado para construir el actual- sacaron a la luz los cimientos profundos de una construcción gigantesca que no se dejaba interpretar. Eran los restos del Templo Romano, pero por entonces nadie lo sabía.

Probablemente aquellas piedras, «enormes terrones de azúcar» como los llamó el arqueólogo Antonio García y Bellido, fueran vistas como un engorro, una pus de la historia supurante entre los muros de los edificios más modernos. Y quizás hubieran corrido la misma suerte, o parecida, que el yacimiento de Cercadilla, arrasado sin remedio para levantar encima la estación del AVE.

Hallazgos en la excavación del Templo Romano de Córdoba – ARCHIVO MUNICIPAL

Pero en el otoño de 1958, hace ahora 60 años justos, se produjo un hecho fortuito que cambió el futuro del Templo Romano y permitió que hoy pueda ser objeto de deleite para cordobeses y foráneos. De no haber sido por una extraordinaria coincidencia, quizás hoy no se levantarían esas esbeltas columnas romanas -una reconstrucción, eso sí- junto al actual Ayuntamiento. En esa fecha, García y Bellido (1903-1972) viajó a Córdoba para estudiar un maravilloso sarcófago romano hallado en la Huerta de San Rafael que hoy puede verse en el Alcázar. Y fue entonces cuando el alcalde, Antonio Cruz Conde, aprovechó para rogarle al reputado arqueólogo que dedicara su tiempo a investigar las ruinas de la calle Capitulares para «despejar en lo posible el enigma», tal como recordaba el investigador en un artículo de ABC de Sevilla en marzo de 1960.

García y Bellido ya se había asomado a las ruinas antes, pero como tantos otros terminó aburrido del puzzle. «Aquella colosal y laberíntica acumulación de sillares no se dejaba interpretar por más que subía y bajaba por su accidentada topografía, buscando o ensayando una interpretación que pusiese un orden lógico en aquel desorden. Ello hizo que, desanimado, acabase con disgusto desinteresándome de ellas». En poco tiempo, las excavaciones ordenadas en la zona ofrecieron a los investigadores nuevos hallazgos que confirmaron la hipótesis de García y Bellido. «Pude ver pronto que aquel conjunto indescifrable de cimientos, muros irregulares de sillería, frogones [fraguas] de hormigón, hondonadas cúspides ilógicas no eran otra cosa que el resto de un gran templo», decía el arqueólogo.

En un principio el Ayuntamiento quería crear una gran plaza arqueológica desde allí hasta Orive

En un principio, la intención del Ayuntamiento era construir en ese punto de encuentro una plaza arqueológica en la que se ubicarían, si no todos, buena parte de los hallazgos de la zona. Incluso estaba previsto abrir una nueva avenida entre las actuales calles San Pablo y Rodríguez Marín, aprovechando espacios por entonces en desuso como la actual Delegación de Cultura y los jardines del Palacio de Orive. Ya en los años 60, el arquitecto Félix Hernández (1889-1975) propuso el alzado de las seis columnas del frontis, totalmente reconstruidas; también se había previsto colocar encima el arquitrabe y el friso hasta donde se pudiera, una idea que sería recuperada en varias ocasiones pero que nunca llegó a ejecutarse.

Construcción de las columnas actuales – ARCHIVO MUNICIPAL

La falta de recursos económicos lastró las obras. En 1960, Antonio Cruz Conde anunciaba que el Ayuntamiento cargaría con los gastos de la restauración del Templo Romano, lo que resultó una falsa promesa; el Consistorio no tenía el dinero suficiente para eso. En 1963, el Ministerio de Educación Nacional concedía la «friolera» de 150.000 pesetas; no debían tener mucho interés en el Templo los gerifaltes del Movimiento, porque aquello daba para comprar un par de Seat 600. En 1968 aún no habían terminado. Tras una década de trabajos, finalmente se liberaron los andamios de las columna para que el Templo Romano ofreciera el aspecto que ahora tiene, o muy parecido.

La siguiente intervención arqueológica tardaría en llegar 15 años. Entre 1985 y 1987, coincidiendo de nuevo con la construcción del Ayuntamiento actual, el arquitecto José Luis Jiménez Salvador dirigió unas excavaciones que sacaron a la luz nuevos muros y partes de la cella y el posticum, además de determinar a ciencia cierta que el Templo Romano se hallaba extramuros. Ahora, el monumento afronta su última gran intervención para hacerlo visitable. Eso ocurrirá, si no hay más retrasos, a finales de este mismo año.

 

22 julio 2018 at 10:51 am Deja un comentario

Porcuna retoma la exhumación de su gran anfiteatro

El Ayuntamiento monumentalizará los restos y pide colaboración para recuperar el coliseo, similar al de Mérida

Restos del anfiteatro de Obulco exhumados durante la primera fase del proyecto – ABC

Fuente: Javier López – Jaén  |  ABC de Sevilla
5 de julio de 2018

El Ayuntamiento de Porcuna acometerá en septiembre la segunda fase de exhumación de su anfiteatro. Tras el hallazgo del coso, similar en tamaño al de Mérida, el consistorio ha asumido en solitario la recuperación de esta infraestructura, aunque el alcalde del municipio, Miguel Moreno, confía en que contribuya económicamente la Junta de Andalucía por la gran relevancia del monumento, acorde con la que tuvo durante la etapa de dominación romana la ciudad de Obulco.

La inversión prevista por el Ayuntamiento servirá para monumentalizar los restos hallados, a fin de preservarlos de la intemperie y el expolio, factores que inciden negativamente en otras zonas arqueológicas de Porcuna, como las viviendas y calzada romana descubiertas en el sector de San Benito, de propiedad privada, lo que obstaculiza la intervención pública y, en consecuencia, facilita la labor de quienes buscan piezas arqueológicas con detectores de metales.

Aunque hasta ahora los restos de anfiteatro descubiertos no han sufrido episodios de expolio, el consistorio pretende evitarlos con la recuperación del espacio, si bien el coste aproximado de la exhumación superaría los 3 millones de euros, cantidad de la que no dispone la administración local, que ha librado una partida de 165.000 euros para llevar a cabo la segunda fase de los trabajos, que servirán para apuntalar la estructura.

El proyecto requiere de la cooperación del conjunto de las administraciones públicas, dado que, a juicio del regidor, es un gran hallazgo, como acredita que los muros descubiertos, en buen estado de conservación, tengan más de 6 metros de altura. A partir de este dato, los arqueólogos deducen que es uno de los mayores coliseos construidos en Hispania, lo que revela la importancia de Obulco en la época de dominación romana, cimentada en su respaldo a Julio César en la guerra contra Pompeyo.

Con todo, la exhumación del coliseo de Obulco resultará compleja porque una parte del mismo esta bajo una serie de viviendas. También existen por esta causa problemas para la recuperación de la cisterna de La Calderona, uno de los mejores exponentes de este tipo de infraestructura en la Península Ibérica. En concreto, tres viviendas se alzan sobre esta magnífica obra de ingeniería, que abastecía de agua a una parte de la población, para cuya recuperación el Ayuntamiento ha solicitado fondos a cargo del programa 1,5% cultural del Ministerio de Fomento.

El anfiteatro, las casas romanas del sector San Benito, la necrópolis de Cerrillo Blanco y la cisterna aclaran que Porcuna es una de las poblaciones de España con más restos arqueológicos de la época romana. Así lo acredita también las numerosas piezas procedentes de la excavaciones pendientes de catalogación que se almacenan en depósitos municipales, equivalentes algunas de ellas en valor a la que se exponen en la torre de Boabdil y en una galería del Ayuntamiento.

 

5 julio 2018 at 6:47 pm Deja un comentario

Descubren un podio romano junto al arco de Augusto

La Universidad de Jaén cree que es el basamento de un edificio de culto o el pedestal de una gran escultura

Fuente: ABC de Sevilla
29 de junio de 2018

El Instituto de Arqueología Ibera de la Universidad de Jaén ha descubierto junto al Arco de Augusto un podio de grandes dimensiones, de más de 2.000 años de antigüedad, que oficiaba de basamento de una gran escultora o de un edificio de culto. Para Juan Pedro Bellón, director del proyecto de la excavación, que se lleva a cabo en el municipio de Mengíbar, resulta lógico que junto al monumento que delimitaba la entrada a la Bética se alzara un monumento de estas características.

Ambas construcciones forman parte de un mismo proyecto arquitectónico”, asegura Bellón, quien aclara al respecto que mientras el arco oficia de frontera entre la Tarraconense y la Bética en el marco de la vía Augusta, el pedestal, de ocho metros de largo por cinco de ancho, revela que sobre él alzó un monumento, también relacionado, al parecer, con el primer emperador romano.

El hallazgo ofrecerá previsiblemente información sobre el proyecto del arco, ya que éste fue desmontado casi en su totalidad. El director de la excavación, tras resaltar que faltan elementos ornamentales e inscripciones, ha mostrado su confianza en encontrar restos que aclaren al menos la función del monumento que se alzaba junto al mismo. Siempre, puntualiza, que su departamento no tenga que abandonar la excavación por falta de medios económicos.

Los Investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Íbera de la Universidad de Jaén han hallado el podio tan sólo un mes después de descubrir la puerta de entrada a la nueva provincia romana de la Bética sobre la principal vía de comunicación de la Hispania romana, la vía Augusta. En mayo, la Universidad expuso que la localización del arco disipará incógnitas sobre el pasado romano de Andalucía y ayudará, como punto de referencia, a resolver aspectos de la geografía antigua.

En concreto, el arco, según Bellón, “monumentaliza una frontera, un camino, establece un punto cero y resalta la importancia que el alto Guadalquivir tenía para Roma en ese momento, al igual que otras zonas como Iliturgi y Cástulo”. En este sentido, aclaró, la constitución de esta nueva provincia Bética estaría asociada a la idea de dotarla de unos límites propios y también una concepción propia del espacio provincial. Por este motivo, la principal vía de articulación de toda Hispania, la Vía Augusta, fue el lugar idóneo para emplazar el monumento.

El arco, situado en el inicio de la provincia Bética, tal y como revelan los miliarios era el punto de arranque para contar la distancia de la vía Augusta en todo el territorio bético. Se trata, según la Universidad, del único caput viae, es decir, final de camino, que es citado en la documentación epigráfica viaria, relacionado estrechamente con la propaganda que Augusto quiso hacer, no sólo en este punto concreto, sino en el conjunto de la provincia.

 

29 junio 2018 at 12:45 pm Deja un comentario

El yacimiento de Torreparedones de Baena ya tiene a la vista el anfiteatro romano

El yacimiento de Torreparedones de Baena ya tiene a la vista el anfiteatro romano

Trabajos de sondeo en el estudio – ABC

Fuente: Rafael A. Aguilar – Córdoba  |  ABC de Sevilla
13 de junio de 2018

El anfiteatro del yacimiento de Torreparedones, en la localidad de Baena de la provincia de Córdoba, está ya a la vista después de doce años de trabajos.

Después las labores de prospección aérea y geofísica que hacían presagiar su existencia, Torreparedones ya puede «ver y tocar» su anfiteatro. Por ahora, las excavaciones que se desarrollan desde mayo han sacado a la luz restos de muros del graderío y de un vomitorio principal de acceso a la arena de este espacio romano destinado a espectáculos, fundamentalmente combates de gladiadores, tal y como ha informado la Universidad de Córdoba (UCO).

Han hecho falta tres de los cuatro sondeos previstos para confirmar el hallazgo. Estos cuatro sondeos se han realizado en consonancia con los ejes teóricos del edificio, que coinciden con los puntos cardinales. En la actualidad sólo queda por realizar el sondeo en la zona de poniente. Justo en la zona de levante, se ha encontrado la secuencia entera del graderío del anfiteatro romano, con el muro del podio y el muro exterior del anfiteatro. El sondeo en el sur ha desvelado un muro que delimita con el que fuera el pasillo de acceso de los asistentes al anfiteatro y que presenta un gran derrumbe. En el caso del sondeo norte no se han encontrado restos, ya que se ha comprobado que se trata del lugar exacto del eje del vomitorio principal de acceso al anfiteatro.

Las dimensiones aproximadas del enclave

Los estudios de estos cuatro sondeos permitirán calcular las dimensiones aproximadas del anfiteatro, que según los trabajos realizados hasta el momento, oscilan en torno a los 70 metros de eje mayor y los 62 de eje menor, unas proporciones similares a los anfiteatros de Segóbriga, Saelices (Cuenca) o Contributa Iulia (Badajoz). Según por el profesor de la UCO y coordinador científico del proyecto Antonio Monterroso Checa, «confiamos en la hipótesis de datación de esta estructura en el siglo II d.C.». Los trabajos se desarrollarán hasta mediados del mes de julio y una vez culminados, explicó, «podremos aquilatar no sólo las medidas del edificio, sino también su cronología, evolución histórica así como, conocer su estado de conservación, así como las actuaciones de recuperación futuras».

Las excavaciones, que cuentan con la autorización de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, han corrido a cargo del grupo de investigación Antiguas Ciudades de Andalucía de la UCO, que dirige el profesor Carlos Márquez y han contado con la colaboración del propietario de los terrenos, Carlos León Vega, así como de los ayuntamientos de Baena y Castro del Río. El equipo de trabajo se completa con el director técnico de la excavación, el arqueólogo Santiago Rodero Pérez; el responsable de documentación fotogramétrica y codirector de la estratigrafía, Massimo Gasparini; y el encargado de la redacción de la documentación geomática, Juan Carlos Moreno.

 

14 junio 2018 at 8:36 am Deja un comentario

Hallado el kilómetro cero de las calzadas romanas en la Bética

Se trata del llamado Arco de Jano Augusto, que ha sido localizado en la localidad jiennense de Mengíbar

Una investigadora junto a restos del Arco Jano Augusto. UJA

Fuente: EFE  |  EL PAÍS
23 de mayo de 2018

El llamado Arco de Jano Augusto (Ianus Augustus), una estructura que se construyó en la Vía Augusta sobre el siglo II a.C. y suponía la entrada a la nueva provincia romana de la Bética, ha sido hallado en Mengíbar (Jaén) por arqueólogos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén.

Este arco, como explica el catedrático francés de la Universidad de Burdeos, Pierre Silliéres, principal investigador sobre el estudio de las vías de comunicación romanas en Hispania, nació como un hito monumental en la entrada a la nueva provincia romana Bética, sobre la principal vía de comunicación de toda Hispania, la vía Augusta.

Suponía el kilómetro cero, como la actual Puerta del Sol madrileña, el punto de inicio de la vía Augusta, desde donde se comenzaba a medir las distancias en milia pasuum. Se trata, por tanto, de un elemento constructivo tangible, asociado a la Vía Augusta, que ha generado un relevante debate historiográfico sobre su situación aproximada, según los investigadores.

Con este hallazgo, se confirma algo que ya se sabía, que el arco se encontraba en la provincia de Jaén. De hecho, el Instituto Arqueológico Alemán hizo en los años ochenta una serie de prospecciones muy cerca de donde se ha encontrado, pero no lo halló. «Su localización disipará muchas incógnitas sobre el pasado romano de Andalucía y ayudará, como punto de referencia, a resolver aspectos más o menos oscuros de la geografía antigua, entre otros campos», ha asegurado este martes en la presentación de este hallazgo la vicerrectora de Promoción de la Cultura y Deportes, María Dolores Rincón.

El investigador responsable del proyecto, Juan Pedro Bellón, ha explicado que el arco «monumentaliza una frontera, un camino, establece un punto cero y resalta la importancia que el Alto Guadalquivir tenía para Roma en ese momento, al igual que otras zonas como Iliturgi y Cástulo».

Se sabe que era un arco sencillo, aparentemente en decoración, de gran porte y el más antiguo de los que se construyeron en España. Era uno de los principales cruces de caminos de la antigüedad y de la Península.

La vía Augusta se convirtió en el principal eje de comunicación a partir del siglo I d. C. en Hispania, siendo la calzada romana más larga de la península, con una longitud aproximada de 1.500 kilómetros. Su trazado discurría desde los Pirineos hasta Cádiz y sus etapas, distancias y mansiones quedaron grabadas en los célebres Vasos de Vicarello, en los que fueron grabados los nombres y millas de estos, partiendo de Gades hasta finalizar en Roma.

Además, esta vía rinde homenaje a su impulsor, el primer emperador de Roma, Octavio Augusto, plenamente consciente de la importancia de la red viaria como infraestructura vital para el desarrollo imperial de Roma en Hispania. La creación de la nueva provincia Bética estaría asociada a la idea de dotarla de unos límites propios y también una concepción propia del espacio provincial.

Por ello, la principal vía de articulación de toda Hispania, la vía Augusta, será el lugar idóneo para emplazar el célebre Ianus Augustus, que pudo haber tenido seis o siente metros de alto, situado en el inicio de la provincia Bética, y como salida de la Tarraconensis. Se trata del único caput viae, es decir, final de camino, que es citado en la documentación epigráfica viaria, relacionado estrechamente con la propaganda que Augusto quiso hacer, no sólo en este punto concreto, sino a nivel provincial.

Los investigadores localizaron en primer lugar los cimientos de uno de los pilares del arco al lado del denominado Camino de los Romanos, en el municipio jiennense de Mengíbar. Mediante las excavaciones, han podido corroborar que se encuentran los cimientos y la vía.

«Obviamente no se conserva entero y tenemos la hipótesis de que pudo ser utilizado en la construcción, como base, de la Torre de Mengíbar», ha asegurado Juan Pedro Bellón. Durante las excavaciones, los arqueólogos han podido encontrar molduras y otros restos arquitectónicos, que aportan información suficiente como para restituir la estructura del arco.

«Con este material tan fragmentado vamos a ser capaces de conocer aproximadamente cómo era la estructura. Podemos saber el estilo, el orden, las proporciones y los módulos que tenía. En cuanto a su volumetría, calculamos que tendría un alzado de entre seis y siete metros», ha explicado el investigador responsable del proyecto. A los trabajos de excavación se sumarán ahora otros con georrádar para determinar si junto al arco pudo ubicarse un templo.

 

23 mayo 2018 at 5:25 pm Deja un comentario

Arqueólogos de la UJA hallan en Mengíbar el Arco de Jano, puerta a toda la Bética romana

Los restos de este histórico hallazgo serán presentados hoy por el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica

Fuente: JOSÉ M. LIÉBANA – Jaén  |  Ideal
22 de mayo de 2018

Desapareció en torno al siglo X y llevaban más de cien años intentando localizarlo, generado mucha literatura a lo largo de la Historia y mucha controversia. Y los arqueólogos de la Universidad de Jaén lo han encontrado en Mengíbar. Se trata del Arco de Jano, una puerta en su día monumental que era el acceso obligado a la provincia romana de la Bética, pues fue construida en la Vía Augusta, principal vía de comunicación en Hispania, y por mandato del emperador Augusto.

Del Arco de Jano, que separaba las provincias Tarraconense y Bética, se tenían noticias de autores clásicos y otros, y aunque se sabía que podía estar en las inmediaciones de Mengíbar, la antigua Iliturgi, no se habían encontrado restos. Y lo que ahora han encontrado los arqueólogos son los cimientos, de los que esta mañana informarán en detalle en rueda de prensa en el edificio del Rectorado, en el Campus de Las Lagunillas, junto a los responsables de la UJA y del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica. También asistirá la delegada territorial de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, Pilar Salazar, debido a la relevancia histórica del hallazgo, pues la puerta es una referencia simbólica para la provincia de Jaén, construida en el momento en el que el mundo ibérico se empieza a diluir al final del proceso de romanización y se crea la Roma de Augusto.

El arco lleva el nombre de Jano, que en la mitología romana es el dios de las puertas, de los comienzos, de los portales, las transiciones y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año y se le invocaba públicamente el primer día de enero, mes del que derivó de su nombre. Jano suele ser representado con dos caras, mirando cada una al lado contrario. Es la doble cara que tiene toda puerta o arco, que según como se mire es de entrada o de salida.

Uno de los pocos arcos romanos que se conservan en la actual Roma es un monumental Arco Jano cuádruple, realizado en mármol y de 16 metros de altura por 12 de ancho. Se cree que se construyó a principios del siglo IV, sustituyendo probablemente a otro levantado en el mismo lugar, el Foro Boario. No era un arco de triunfo sino más bien para indicar los límites de dicho foro. Una función delimitadora, de frontera, que en el caso del arco de Mengíbar sería entre las dos provincias en las que Roma dividió administrativamente el territorio de Hispania.

Mengíbar da resultados

Mengíbar es objeto de atención arqueológica en los últimos tiempos por parte de la UJA. Los investigadores del Instituto de Arqueología Ibérica Juan Pedro Bellón, Miguel Ángel Lechuga y María Isabel Moreno trabajan en el proyecto de excelencia ‘Iliturgi: conflicto, culto y territorio’, documentando este ‘oppidum’ íbero de los siglos IV y III a. n. es en el Cerro de la Muela, en Mengíbar.

Y el año pasado se presentaron los resultados de la investigación, que confirmaron que los restos hallados corresponden a la Iliturgi íbera, destruida y abandonada tras el asedio militar romano y situada frente al cerro Maquiz, en donde después los romanos construyeron otra Iliturgi.

 

22 mayo 2018 at 4:39 pm Deja un comentario

Investigadores de la UCO: «Torreparedones conserva termas con muros hasta el techo»

El profesor de Arqueología Carlos Márquez lidera una investigación sobre la vida cotidiana de los íberos y romanos

El catedrático de Arqueología Carlos Márquez, en la facultad de Historia – ÁLVARO CARMONA

Fuente: R.C.M. – Córdoba  |  ABC Córdoba
16 de abril de 2018

¿Cómo era el planeamiento urbanístico de ciudades íberas y romanas? Un estudio de investigación de la Universidad de Córdoba que encabeza el catedrático de Arqueología Carlos Márquez, bajo el título «Antiguas ciudades andaluzas» lo muestra. Este trabajo de investigación está dando a conocer formidables grupos escultóricos, edificios y complejos edilicios que estaban en su interior. Aparte y, «sobre todo», el investigador precisa que «estamos conociendo y explicando el motivo por el que se hacía cada uno de esos elementos, quién los hacía, el porqué y para qué se hacía. En resumen, dejarlo bien claro para todo aquel que quiera acercarse al tema de cómo era la vida cotidiana de una ciudad de la época.

Márquez, al que le gusta aclarar en todo momento que pese a ser el portavoz sólo es uno más del grupo, profundiza en sus objetivos, muy básicos en su concepción y complejos en el análisis. Los 16 investigadores que trabajan en el proyecto tratan de «recuperar la imagen y la sociedad de diversas ciudades de época íbera y romana que hoy se ubican principalmente en la provincia de Córdoba». Cita, por ejemplo, los casos de Torreparedones, Ategua y Mellaria, aparte de otros yacimientos nacionales e internacionales. De ese modo los miembros del grupo son capaces de reconstruir el devenir diario de dichas ciudades en la antigüedad tratando de «explicar la función y sentido de todos y cada uno de los restos más o menos monumentales conservados».

Actualmente esta labor investigadora se encuentra en un punto medio. Como lo explica el propio profesor de la UCO está «avanzada» en el caso de Torreparedones, en la propia Córdoba, «incipiente» en el de Ategua y en el de Mellaria, además de «concluida en aquellas investigaciones que realizamos en Roma y sus alrededores».

Pero, ¿qué hay antes de llegar a «Antiguas ciudades andaluzas»? El profesor Márquez apunta a la tesina y la tesis, realizadas sobre temas tan dispares como la cerámica romana y la decoración arquitectónica. Todo ello le permitió conocer argumentos del mundo romano tan importantes como la cerámica y la arquitectura romanas.

El grupo está aportando mucho en este capítulo, con especial hincapié en la monumentalidad y riqueza de las ciudades de la Bética. El profesor destaca así la «singularidad de sus edificios, por ejemplo, Torreparedones destaca por el estado extraordinario de conservación; termas con muros hasta el techo conservados; foro con el suelo casi intacto y la curia perfectamente legible…». Pero también se encuentra estudiando la fauna y flora que formaban parte de su ambiente, completando de este el panorama no solo arqueológico sino también ambiental.

 

16 abril 2018 at 5:33 pm Deja un comentario

El ‘AVE Madrid-Barcelona’ de la época romana pasaba por Córdoba

El descenso del nivel de los pantanos de Puente Nuevo y Sierra Boyera ha sacado a la luz nuevos tramos perfectamente conservados de la vía romana entre Córdoba y Mérida. Esto ha premitido que se recupere el patrimonio romano del Alto Guadiato, ya que la falta de precipitaciones ha dejado ver varios tramos de esta infraestructura por la que le llegaba a Córdoba más riqueza que a ninguna otra ciudad de la Andalucía romana.

Imagen de la vía romana / UCO

Fuente: Universidad de Córdoba  |  Agencia SINC
27 de febrero de 2018

El ‘AVE Madrid-Barcelona’ de la época romana pasaba por el Alto Guadiato. Era la vía entre Corduba y Emérita Augusta, las capitales más relevantes de la Hispania junto con Tarragona. En concreto, varios tramos de esta vía estratégica, la única por aquel entonces que permitía comunicar dos capitales provinciales hispanas y conectar el Valle de Guadalquivir con el del Guadiana, acaban de ser hallados por un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba.

La sequía actual está favoreciendo la recuperación del patrimonio romano del Alto Guadiato, puesto que la falta de precipitaciones está dejando a los investigadores profundizar y poder prolongar en tiempo los trabajos en dicho espacio, especialmente, en los pantanos del Alto Guadiato, Puente Nuevo y Sierra Boyera.

La relevancia de esta vía reside en que por ella se organizaba el comercio de todo el mineral que Roma extraía de la comarca de los Pedroches y el Alto Guadiato

La relevancia de esta vía, una de las calzadas más amplias del toda la Hispania romana, reside en que por ella se organizaba el comercio de todo el mineral que Roma extraía de la comarca de los Pedroches y el Alto Guadiato en época romana.En concreto, por ella circulaba el cobre cordobés de Cerro Muriano y del Alto Guadiato –famoso en la Roma del siglo I. d. C–, la plata y el plomo de las minas de Los Pedroches o el preciado mercurio y minio de las minas de Almadén.

Se trata de la vía que permitió, como dicen los textos clásicos, que la tierra de Córdoba “nunca dejase de ser de oro” y la que ayudaría a explicar el destacado desarrollo urbano de Mellaria, por donde transcurría en dirección Lusitania. Todas esas mercancías se reorganizaban en Córdoba desde donde se embarcaban con destino a Roma, aprovechando la navegabilidad del río Baetis. De este modo, Córdoba actuaba de verdadero centro intermodal de comunicaciones.

Según apunta el director del proyecto de investigación Alto Guadiato Arqueológico-Ager Mellariensis de la Universidad de Córdoba (UCO), Antonio Monterroso Checa, “la capital de la Bética nunca hubiera sido tan rica sin esta vía de comunicación, verdadero cauce de riqueza y administración de la mayoría de su territorio, la Sierra, que estuvo articulado así por uno de los viarios económicos más importantes de toda la Hispania Romana y, sin duda, el primero de toda la Bética”.

Monterroso explica que de esta vía romana solo se conocían varios tramos muy bien conservados, entre Cerro Muriano y Córdoba. Según detalla, fue el profesor de la UCO Enrique Melchor quién había detectado otros sectores más en La Granjuela, El Vacar o Espiel. Sin embargo, no se conocían los tramos, kilométricos y perfectamente conservados, que ha dejado a la luz el embalse de Puente Nuevo, o algunas readaptaciones de la vía en épocas posteriores en el de Sierra Boyera, entre Peñarroya, que han detectado los investigadores que integran este proyecto.

“Si Córdoba tuvo los monumentos que tuvo fue porque por esta infraestructura le llegaba más riqueza que a ninguna otra ciudad de la Andalucía romana”, dice Monterroso

Sin embargo, los nuevos tramos documentados en Puente Nuevo llegan a tener hasta doce metros de ancho, ocho metros para la superficie de tránsito y dos más, a cada lado, para los bordillos y cunetas. La composición del firme se realiza mediante un elevado terraplén terrizo sostenido por muros laterales teniendo un firme de grava como superficie final de rodadura, lo que permite a la vía seguir un recorrido rectilíneo aislándola de arroyos e impidiendosu encharcamiento.

Por tanto, en las zonas más llanas del valle del Alto Guadiato podían circular carros en doble dirección, haciendo más seguro y ágil el tránsito de las mercancías que por ella discurrían.

El director de este proyecto indica que el hallazgo de esta calzada romana entre Córdoba y Mérida “hace justicia con la suma importancia que el Alto Guadiato y Los Pedroches tuvieron para Córdoba y Roma en la Antigüedad. Fueron dos territorios estratégicos, directamente administrados por las oligarquías de la Córdoba romana en tutela de la administración imperial”. A juicio de este experto, “si Córdoba tuvo los monumentos que tuvo fue porque por esta infraestructura le llegaba más riqueza que a ninguna otra ciudad de la Andalucía romana”.El Proyecto Alto Guadiato Arqueológico-AgerMellariensis cuenta con la autorización de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivirpara proceder al estudio de estos tramos documentados.

Referencia bibliográfica:

Antonio Monterroso Checa; Massimo Gasparini., «Aerial Archaeology and Photogrammetric surveys along the roman way from Corduba to Emerita. Digitalizing the ager Cordubensis and the ager Mellariensis», en SCIRES.IT. 2016-2, pp. 175-188. DOI: http://dx.doi.org/10.2423/i22394303v6n2p175.

 

27 febrero 2018 at 2:48 pm Deja un comentario

La arena en la que murió Germano

Excavación. Un epitafio hallado en Cádiz en 1932 por la muerte de un gladiador samnita apunta a la existencia en la Gades romana de un gran anfiteatro. Andalucía cuenta con grandes edificios aún bajo tierra

Fuente: ALBERTO CABELLO > Sevilla  |  El Correo de Andalucía
21 de febrero de 2018

Adoptado en el 97 d.C. por el emperador Nerva, Marco Ulpio Trajano se convirtió, al año siguiente, en el primer hombre de Roma tras la muerte de su padre. Cuentan las crónicas que para celebrar su ascenso al poder, se celebraron grande fastos a lo largo de todo el Imperio, y en especial en la provincia de la Baetica, pues el nuevo emperador había nacido en Itálica. Pelayo Quintero Atauri, director del Museo de Bellas Artes de Cádiz (desde 1918), y delegado de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, halló, durante una excavación organizada en 1932, un epitafio latino, que formaba parte de un columbario descubierto cerca de la gaditana Fábrica Nacional de Torpedos, la misma en la que el 18 de agosto de 1947 se produjo una explosión que causó más de 150 muertos y miles de heridos.

En 1960, Antonio García Bellido elabora un estudio de la inscripción, que interpreta las abreviaturas del texto y lanza una hipótesis sobre las letras que faltaban en alguna palabra incompleta. A partir de este trabajo, y según apunta el profesor de Filología Latina en la Universidad de Cádiz, Eduardo del Pino González, en un trabajo de investigación, el profesor Pablo Piernavieja Rozitis ofrece la siguiente traducción: «Germano, samnita, del ludus Iulianus, luchó catorce veces. Era de nación griega y tenía treinta años. Aquí está enterrado».

La inscripción hallada por Quintero Atauri ofrece una pista para determinar que la Gades romana contó con un anfiteatro, pues Germano el samnita fue un gladiador. Los luchadores se formaban en escuelas llamadas ludus, en la que se entrenaban tanto los aprendices como los más famosos. El primer ludus del que se tiene noticia es el de Capua, sí el mismo en el que acabó por revelarse Espartaco. Estaba ya en funcionamiento en el 105 a.C., cincuenta años después el ludus pasa a ser propiedad de Julio César, quien organizó un cuerpo de 5.000 secutores, un tipo de gladiador equipado con espada corta, escudo y casco esférico. La escuela de Capua empezó a ser conocido como ludus Iulianus y sus luchadores eran conocidos como iuliani.

Por tanto, Germano el samnita perteneció a esta escuela y, probablemente, murió en la arena del anfiteatro de Gades. Cerca de la zona en la que se halló la inscripción, Quintero Atauri sacó a la luz figuras de terracota que representaban a gladiadores.

Además de la inscripción, otras fuentes clásicas apuntan a la existencia del edificio, pero no hay evidencia material que lo demuestre. Si hubo anfiteatro, aún está bajo tierra, en la zona de las Puertas de Tierra, según mantienen algunos estudiosos.

Las primeras noticias en las fuentes clásicas de manera indirecta sobre el anfiteatro aparecen en Lucio Junio Moderato Columela, que en su De Re Rustica habla que a mediados del siglo I d.C. se llevaban hasta Gades animales para los juegos que allí se celebraban. Además utiliza el término munera que designa en sentido genérico a los combates de gladiadores, ejecuciones y venationes. También Asinio Polión, hablando de la crueldad de Balbo el Menor, menciona que un soldado de Pompeyo, de nombre Fadio, había combatido dos veces en la arena y Balbo le pidió que lo hiciera otra vez a lo que el soldado se negó refugiándose en el público que lo apoyó, aunque no le sirvió pues fue apresado y enterrado de medio cuerpo en el lodo para ser luego quemado ante todos.

Los Balbo desarrollan su importante labor en el siglo I antes de Cristo. Lucio Cornelio Balbo el menor construyó un puerto, un acueducto, el teatro y todo hace indicar que el anfiteatro. Intentó establecer en Gades la fisionomía que Augusto planteaba para Roma. La decadencia de los espectáculos de gladiadores en el Bajo Imperio dejó al anfiteatro de Cádiz en ruinas. Parece ser que el primer duque de Cádiz, Rodrigo Ponce de León, usó las piedras del mismo para construir el castillo de la villa. El paisajista flamenco Anton Van Wyngaerde pinta en 1567 un grabado de la ciudad en la que aparece el anfiteatro. Agustín de Horozco, también a finales del siglo XVI, aporta datos sobre la construcción, que llevan a pensar que la arena midió unos cien metros de largo por unos 38 de ancho.

La pista de los epitafios de gladiadores hallados en Hispania lleva hasta Córdoba. En la antigua Corduba se han encontrado casi la mitad de estas inscripciones, y todas en una misma zona: el entorno del camino antiguo de Almodóvar. La ciudad andaluza es la segunda ciudad del Imperio en epitafios después de Roma.

Como en el caso de la inscripción hallada en Cádiz, aparecen luchadores extranjeros, que pertenecen también al ludus Iulianis. El profesor Piernavieja Rozitis apuntó a una conmemoración especial la causa de la estancia masiva de gladiadores en Córdoba (de nuevo aparece la hipótesis de los festejos relacionados con el ascenso de Trajano como emperador en el 98 d.C.). Incluso apunta a la posibilidad de que Germano el samnita, el gladiador fallecido en la arena del anfiteatro de Cádiz hubiese estado instalado en primera instancia en Corduba para después desplazarse a pelear a la arena de Gades.

Con estas evidencias, era muy probable que en Córdoba existiera un anfiteatro importante en la ciudad, que era la capital de la provincia Betica.

En la zona de la antigua Facultad de Veterinaria, unas catas arqueológicas ofrecieron en el año 2003 las primeras pistas de un edificio de enormes dimensiones. Las proyecciones demostraron que bajo el suelo se hallaba un anfiteatro, datado en el siglo I d.C., con una capacidad de entre 30.000 y 50.000 espectadores. Se trata de la mayor construcción de la Hispania romana y el tercero de todo el imperio, sólo superado por el Coliseo de Roma y Cartago. Fueron hallados unos muros concéntricos y otros radiales cuyos ángulos no apuntaban a un centro común. Con ello se descartó la estructura circular típica del circo y comenzó a tomar forma la elipse del anfiteatro.

Pero la mayor parte del recinto en el que se dejaron la vida muchos gladiadores sigue bajo tierra, sólo un cinco por ciento está ya en la superficie. Los arqueólogos apuntan a que el anfiteatro fue cristianizado y algunos creen que allí fuer martirizado San Acisclo, patrón de Córdoba. A partir del siglo IV, los gladiadores perdieron mucha reputación y sus espectáculos dejaron de ser seguidos como en centurias anteriores. El emperador Constantino acabó por prohibirlos. Con posterioridad, y debido a la buena calidad de los materiales empleados, este lugar sufrió importantes expolios durante la época califal (siglo X) en la que se construyó un arrabal aprovechando los materiales existentes.

Las excavaciones han destapado hasta el momento la parte que ocupaba la fachada del anfiteatro hasta el podio que marcaba el inicio de la explanada de arena. De las tres plantas que le otorgaban una altura inicial de unos 15 o 20 metros, sólo se conservan unos cuatro metros.

El anfiteatro, que estuvo rodeado por un barrio residencial, contaba con la distribución habitual que rige este tipo de espacios: la arena (o zona central en la que se desarrollaban los espectáculos), el graderío (en el que se disponían los asistentes) y el podio (que separaba las anteriores).

 

22 febrero 2018 at 6:34 pm Deja un comentario

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