Los celtas, entre la realidad y el mito

La arqueología durante el siglo XIX ha permitido aclarar la visión de Julio César sobre estas tribus

Castro celta Porto do Son, A Coruña – ABC

Fuente: Eugenia Miras   |  ABC Historia
9 de agosto de 2018

Los celtas conformaron una serie de pueblos -no uno solo, como se cree de manera extendida- que provenían de la zona del río Istro (Danubio), como aseguraba el historiador Herodoto (siglo V a.C.). Este colectivo se asentó en su mayoría en el noroeste europeo desde la última etapa de la Edad de Hierro hasta la Edad Media en la Península ibérica.

El legado de estas tribus ha disputado la legitimidad cultural entre las «siete naciones»: Bretaña, Gales, Cornualles, Escocia, Irlanda, Isla de Man y Galicia donde moraban los herederos de Breogán. Y aunque el legado celta se ha extendido en buena medida al centro de Europa, en esas tierras ya mencionadas es donde ha pervivido y trascendido con mayor fuerza la tradición de los pueblos del Danubio.

Poco antes de iniciarse la conquista romana (fines del siglo III a.C.) la Península gozaba de un crisol civil entre iberos y celtas, donde los segundos se habían adueñado del centro, oeste y norte. Y cuando los nuevos invasores observaron su desenvoltura es probable que vieran en ellos un obstáculo para iniciar su empresa. Pero al no existir una tradición escrita por parte de los celtas los estudiosos únicamente disponían de las fuentes romanas. Esta carencia se ha prestado durante las distintas investigaciones para múltiples interpretaciones en los estudios historiográficos, y de manera inevitable la confusión.

_____________________________________________________________________________________

El legado de estas tribus ha disputado la legitimidad cultural entre las «siete naciones»: Bretaña, Gales, Cornualles, Escocia, Irlanda, Isla de Man y Galicia donde moraban los herederos de Breogán

_____________________________________________________________________________________

Sin embargo con los inicios de la arqueología durante el siglo XIX, las excavaciones han permitido revelar gran parte del enigma céltico. ¿Vienen todos de la misma matriz étnica? ¿Eran nuestros ancestros los celtas como los romanos dejaron constancia?.

Estas mismas cuestiones sucedieron tanto a la exacerbación nacionalista de los distintos territorios herederos, como a la creación de un sinfín de mitos que dieron lugar al desarrollo de una cultura paralela cuasi mística. Pero es ese halo romántico con olor a bosque y mar envuelto en la magia lo que permitió la creación de una de las leyendas más apreciadas por todos: los celtas.

La propaganda romana

Durante el período «prerromano» -como bien lo dice el término, antes de la llegada de los mismos tanto la Península como el resto del norte de Europa- las costas sufrieron diferentes oleadas migratorias de las distintas tribus procedientes de la zona del Danubio, entre las cuales destacaron los celtas.

_________________________________________________________________________________________

Los celtas no tenían ningún interés en conquistar el mundo, pues bastante tenían en mantener la paz entre ellos mismos.

_________________________________________________________________________________________

Por derecho de antiguedad aquellas gentes pálidas de cabellos claros tenían una mayor influencia sobre las áreas que habitaban, y ante aquella realidad los romanos se mostraron muy incómodos. ¿Pues cómo iba a efectuarse la empresa expansionista con aquellos grupos cómodamente asentados? De esta manera, muy hábiles en la tradición escrita -a diferencia de los celtas quienes por cuestiones religiosas decidieron legar la Historia a través de la memoria oral a las siguientes generaciones- iniciaron una terrible propaganda contra el enemigo.

Los romanos los describieron como bárbaros y primitivos -cuando dominaban el trabajo de los metales como nunca se había visto antes, pues para su tiempo eran pioneros en la fabricación de armas. Tenían una cultura artesanal muy delicada, de la que ha quedado constancia en el extraordinario trabajo visto en fíbulas, torques, escudos ceremoniales etc. Asimismo gozaban de una estructura social muy organizada. No obstante el Imperio romano trataría de mermar la fuerza de aquellos pueblos, levantando falsos testimonios. Entre aquellos discursos aseguraban que los celtas eran crueles y que buscaban la hegemonía de su poder mediante la más violenta expansión.

Artesanía celta – C.C

Al final la misión propagandística romana sí causaría el efecto deseado por los mismos, porque las falsedades continuaron en la posterioridad, pues aún miles de años después todavía se cree que eran los más terribles salvajes despiadados.

Lo cierto es que nuestros antepasados territoriales no tenían ningún interés en iniciar tan tediosa tarea de conquistar el mundo, pues bastante tenían en mantener la paz entre ellos mismos. Para sorpresa del lector no eran un solo pueblo, la razón de tanta disputa entre las tribus celtas de aquí y de allá.

Cuando Julio César habló del «pueblo celta»

Los responsables de la falsa creencia de que los celtas eran un todo indivisible se la debemos primero a los historiadores grecorromanos Hecateo y Heródoto. Por aquel tiempo, estos señores decidieron reunir a los distintos colectivos -pero que compartían la misma raíz lingüística y ciertas costumbres que se habían traspasado los unos a los otros- de aquellas gentes rubias bajo el término griego «keltics», para referirse a aquellos pobladores del noroeste europeo.

__________________________________________________________________________________

Julio César casaría a todas las tribus bajo «el pueblo celta» por los diferentes nexos culturales compartidos

__________________________________________________________________________________

Después Julio César contribuiría a esa vaga apreciación demográfica en sus «Comentarios sobre la guerra de las Galias». Aún enfrentados entre sí todos aquellos clanes, el célebre militar los casaría a todos bajo «el pueblo celta» por los diferentes nexos culturales que compartían. Y aunque todos aquellas tribus pasaban más tiempo enemistadas que proyectando visiones conjuntas, pasaron a la Historia como una sola manifestación social.

El legado arquitectónico celta

Gracias a los inicios de la arqueología en el siglo XIX han podido desmitificarse ciertas creencias sobre la infraestructura celta, entre los cuales se hacía mucho énfasis en la pobreza arquitectónica de estos pueblos. Es cierto que comparados con los grandes levantamientos romanos, los materiales de construcción empleados por aquellos clanes resultaban mucho más vulnerables al tiempo.

Castro de Santa Tecla, Galicia – ABC

Sin embargo, estos poblados -rescatados durante las excavaciones a lo largo de dos siglos- demuestran lo contario. Tanto en la Galia como Bretaña y nuestra Galicia existen pruebas de que los distintos pueblos celtas podían presumir de una organizada complejidad en su infraestructura para la defensa contra los invasores.

Sin irnos muy lejos tenemos un gran ejemplo en el castro de San Cibrán de Las (Ourense). Esta joya histórica de los fortificados pensinsulares -en la que todavía siguen trabajando los arqueólogos- disponía de tres murallas y fosos para proteger a los habitantes de aquel asentamiento.

Eso sí, los menhires -o el reconocido círculo de piedras de Stonehenge (Inglaterra) no son parte del legado celta. A diferencia de lo que equívocamente se cree el célebre monumento es anterior a estos pueblos. Según las diversas fuentes históricas es probable que pertenezcan a un grupo conocido como «protoceltas», quienes -originarios también de los alrededores del Danubio- levantarían las piedras durante el neolítico británico.

 

Anuncio publicitario

16 agosto 2018 at 5:06 pm Deja un comentario

La extraña hipótesis sobre por qué los emperadores romanos eran asesinados

De los 82 emperadores conocidos que tuvo el Imperio Romano el 20% fueron asesinados

Busto de mármol del emperador romano Trajano – Luis García

Fuente: ABC Cultura
9 de agosto de 2018

Si bien es cierto que el Imperio Romano fue muy poderoso en su esplendor, los golpes de estado por ostentar el poder se convirtieron en un contínuo. Durante más de 500 años el 20% de los 82 emperadores que gobernaron Roma fueron asesinados estando en el poder. De acuerdo a un nuevo estudio la culpa de todo esto lo tiene la lluvia.

Según ha informado «Live Science», los investigadores culpan de los asesinatos a las escasas precipitaciones. Han llegado a la conclusión que la falta de agua en la región afectaba a los campos de cultivo. Sin los productos de los agricultores las tropas del ejército romano se morirían de hambre. «Esta situación de sequía habría llevado al límite a los soldados para amotinarse», explicó el principal investigador de este estudio, Cornelius Christian. «Ese motín, a su vez, colapsaría el apoyo al emperador y por tanto sería más propenso a sufrir un ataque», concluyó Chistian.

Esta investigación forma parte de un nuevo campo de estudio que analiza cómo o hasta qué punto afectaron las condiciones climatológicas a las sociedades antiguas. Aunque hay que aclarar que no es el único factor que conduce al asesinato.

Cornelius Christian no es un arqueólogo, es un profesor de economía en la Universidad de Brock en Ontario, Canadá. Realizó este descubrimiento cruzando varios datos. Por una parte utilizó los datos climáticos de un estudio publicado en 2011 donde los investigadores analizaban las precipitaciones de los últimos 2.500 años gracias a los troncos fosilizados de los árboles alemanes y franceses. Por otra parte, investigó los archivos que describían motines militares y asesinatos a los emperadores Romanos. Conectó ambos números en una sola fórmula y descubrió que «una menor cantidad de lluvia se traducía en una mayor posibilidad de que se produjeran estos asesinatos, dado que a menor cantidad de lluvia, menos comida había para todos».

«Aunque la lluvia pudo haber jugado un papel importante en los asesinatos, también influyeron otros factores», explicó Jonathan Conant, profesor de historia de la Universidad de Brown que no formó parte del estudio. Conant explicó que, por ejemplo, «la mayoría de los asesinatos de Roma sucedieron en el siglo III d.C. duante una inflación masiva, brotes de enfermedades y guerras externas, todo lo cual afectó a la estabilidad del Imperio».

Para Conant la hipótesis de la lluvia «agrega otra capa de complejidad y matiz a nuestra comprensión de la historia política del Imperio Romano, especialmete en el siglo III». Pero no llega a resultar concluyente.

 

16 agosto 2018 at 1:20 pm 1 comentario

Intercatia, el heroico pueblo que resistió las embestidas romanas podría estar en Palencia

Los estudios y excavaciones que se desarrollan desde hace más de una década en Paredes de Nava avanzan en su demostración de que la ciudad vaccea mencionada por Plinio estuvo en Tierra de Campos

Excavaciones de la asociación cultural en «Busca de intercatia» – ABC

Fuente: ABC Cultura
8 de agosto de 2018

Los estudios y excavaciones que se desarrollan desde hace más de una década en el yacimiento arqueológico de La Ciudad, en Paredes de Nava (Palencia), avanzan en demostrar que la mítica ciudad vaccea de Intercatia, mencionada por Plinio, estuvo en este paraje palentino de Tierra de Campos.

«Nosotros creemos desde hace mucho tiempo que puede estar en Paredes casi con seguridad», ha afirmado José Herrero Vallejo-Nájera, director de las excavaciones y miembro de la Asociación En Busca de Intercatia, creada en 2007 con el objetivo de encontrar la ciudad que conquistaron los romanos en el año 150 A.C y que llamaron Intercatia.

Los vacceos eran un pueblo prerromano que se asentaron en la cuenca del río Duero, junto a otras culturas celtas de la península ibérica, dedicados a la agricultura cerealista y a la ganadería trashumante. Y que pasaron a las Historia por su heroica resistencia ante el ataque de las legiones de Roma. Plinio destaca esta labor ante la ambición de Lúculo, en donde llegaron incluso a establecer temporalmente un pacto con los romanos para mantener la independencia.

El hallazgo de cuatro teseras de hospitalidad (documentos de bronce de carácter jurídico por el que se establecían pactos y relaciones entre distintos pueblos) y de otros restos arqueológicos afianzó aun más la teoría de que la famosa ciudad, citada por Plinio como una de las principales ciudades vacceas, junto con Palantia, Cauca y Lacobriga, estuvo en Paredes de Nava, en el pago de La Ciudad.

Al hilo, Javier Pérez, director de las excavaciones, ha recordado que el asentamiento más antiguo en el yacimiento arqueológico de La Ciudad se remonta al siglo VIII a.d.C. con una pequeña aldea de la Primera Edad del Hierro. Posteriormente todas las aldeas que rodeaban la laguna de La Nava, se concentran, en torno al s.V a.d.C en el enclave y fundan la ciudad vaccea que después fue colonizada por los romanos y que puede ser Intercatia.

«En el siglo I d.C. da la sensación de que el sistema defensivo se arrasa y se crea un núcleo romano mucho más pequeño que la ciudad vaccea que ocupaba 50 hectáreas, y en torno al siglo VI desaparecería coincidiendo con la fundación del actual núcleo de Paredes de Nava», ha resumido.

«Espero que en unos años podamos demostrar que aquí estuvo la ciudad de Intercatia», ha agregado José Herrero, ya que situar esa ciudad serviría para desvelar otras muchas incógnitas relacionadas con el pueblo vacceo.

 

16 agosto 2018 at 1:12 pm Deja un comentario

Nuevos hallazgos en la pequeña y deshabitada isla de Despotiko, en Grecia

Los trabajos arqueológicos han sacado a la luz numerosos restos de cerámica de las épocas arcaica y clásica de Grecia: vasijas, cuencos, botellas, lámparas, potes y ánforas

Excavaciones arqueológicas en Despotiko
Foto: Ministry of Culture and Sports, Greece / ΕΦΟΡΕΙΑ ΑΡΧΑΙΟΤΗΤΩΝ ΚΥΚΛΑΔΩΝ

Fuente: Alec Forssmann  |  National Geographic
8 de agosto de 2018

Del 28 de mayo al 6 de julio de 2018 se ha desarrollado una nueva campaña de excavaciones en la pequeña isla de Despotiko, situada en el archipiélago de las Cícladas (Grecia) y que hoy está deshabitada, aunque en tiempos antiguos su santuario consagrado al dios Apolo atrajo a numerosos peregrinos. Las excavaciones, dirigidas por Yannis Kouragios, han sido «particularmente esclarecedoras para el conocimiento de la topografía y organización del santuario arcaico», informaba el lunes el Ministerio de Cultura y Deporte de Grecia en un comunicado. Los trabajos arqueológicos han sacado a la luz numerosos restos de cerámica de las épocas arcaica y clásica de Grecia: vasijas, cuencos, botellas, lámparas, potes y ánforas. Se han encontrado, por ejemplo, más de 15 fragmentos de lámparas de aceite y 15 fragmentos de vasijas con inscripciones grabadas (CA, APOL), además de fragmentos de ánforas, de cráteras rojas y varios objetos metálicos, entre ellos una lanza de bronce y clavos.

Los hallazgos más importantes hasta la fecha son el santuario de Apolo, todos los edificios que lo rodeaban y numerosas antigüedades del periodo arcaico. Un gran espacio de 12 metros de largo y 3 metros de ancho ha sido parcialmente excavado este año: el suelo estaba hecho con tablas divisorias a gran escala y probablemente se trataba de un patio. La investigación de las diferentes fases constructivas del complejo también ha sido importante porque, bajo las salas más occidentales del mismo, han aparecido los restos de un antiguo edificio rectangular de dos plantas y de época anterior, del siglo VI a.C. Los suelos originales han sido excavados en muchas zonas del complejo y los umbrales de las entradas originales, que fueron selladas, también han sido detectados. «Resulta evidente que en esta zona del santuario los edificios estuvieron funcionando antes de la construcción del templo arcaico, a mediados del siglo VI a.C.», señala el comunicado. Destacan, entre otros, los siguientes hallazgos: un fragmento de una cabeza y un tobillo de un kuros (una estatua de un varón joven) y dos decoraciones en relieve, una que representa a un guerrero y otra que representa un espectáculo de danza.

 

Figuras en relieve
Foto: Ministry of Culture and Sports, Greece / ΕΦΟΡΕΙΑ ΑΡΧΑΙΟΤΗΤΩΝ ΚΥΚΛΑΔΩΝ

 

Fragmento de cerámica de figuras rojas
Foto: Ministry of Culture and Sports, Greece / ΕΦΟΡΕΙΑ ΑΡΧΑΙΟΤΗΤΩΝ ΚΥΚΛΑΔΩΝ

 

Representación de un guerrero
Foto: Ministry of Culture and Sports, Greece / ΕΦΟΡΕΙΑ ΑΡΧΑΙΟΤΗΤΩΝ ΚΥΚΛΑΔΩΝ

 

Alabastrón griego
Foto: Ministry of Culture and Sports, Greece / ΕΦΟΡΕΙΑ ΑΡΧΑΙΟΤΗΤΩΝ ΚΥΚΛΑΔΩΝ

 

Vasija de cerámica
Foto: Ministry of Culture and Sports, Greece / ΕΦΟΡΕΙΑ ΑΡΧΑΙΟΤΗΤΩΝ ΚΥΚΛΑΔΩΝ

 

Fragmento de cerámica con figuras
Foto: Ministry of Culture and Sports, Greece / ΕΦΟΡΕΙΑ ΑΡΧΑΙΟΤΗΤΩΝ ΚΥΚΛΑΔΩΝ

 

Restauración del santuario de Apolo
Foto: Ministry of Culture and Sports, Greece / ΕΦΟΡΕΙΑ ΑΡΧΑΙΟΤΗΤΩΝ ΚΥΚΛΑΔΩΝ

 

16 agosto 2018 at 1:08 pm Deja un comentario

La maldición de Pompeya

La próspera y monumental ciudad campana, residencia de grandes fortunas, fue azotada primero por un terremoto y posteriormente, por la erupción del Vesubio

Vista aérea de Pompeya, en «Ciudades del Mundo Antiguo». © Jean Claude Golvin

Fuente: Javier Gómez Valero – Desperta Ferro Ediciones  |  LA RAZÓN
7 de agosto de 2018

Culminando su larga evolución desde su fundación etrusca (a finales del siglo VI a. C.) y el desarrollo monumental experimentado en los períodos griego, samnita y romano, Pompeya, conquistada por Sila en el año 89 a. C., fue promovida al estatuto de colonia romana en 80 a. C. Protegida por sus murallas, cuyas puertas la ponían en comunicación con el mar y los núcleos vecinos, la ciudad albergaba lujosas residencias y era el lugar de veraneo de ricas familias terratenientes y rentistas, que mantenían en explotación amplios territorios gracias a la abundancia de la mano de obra servil disponible en Campania.

Sus edificios públicos y sus templos la dotaban además de una monumentalidad excepcional. La clemencia del clima, la fertilidad del suelo y la importancia de las fortunas de sus grandes familias auguraban a la ciudad un largo período de prosperidad.

Nada permitía presagiar los males que se iban a cerner brutalmente sobre ella. El 5 de febrero de 62 d. C., la ciudad experimentó un terrible terremoto que dañó gravísimamente sus monumentos. El capitolio, el anfiteatro, y en general todos los edificios, sufrieron importantes daños y los esfuerzos que hubo que invertir para restaurarlos fueron considerables. Los pompeyanos comenzaron a retirar las ruinas e incluso a construir nuevos edificios públicos, como las termas centrales; se emprendieron por doquier trabajos de consolidación, se reparó el anfiteatro y rápidamente se habrían borrado las últimas huellas de este primer siniestro si la ciudad no hubiera sido golpeada de forma definitiva por la más terrible de las catástrofes.

La tarde del 24 de agosto de 79 d. C., el Vesubio, cuya impresionante silueta se elevaba al norte de la ciudad, explosionó con un terrible estruendo. Durante once horas escupió una columna de humo, polvo y lapilli que alcanzaba los 20.000 metros de altura creando una nube «en forma de pino», como la describió Plinio el Viejo. Desafortunadamente, el viento soplaba en dirección sureste; las piedras y las cenizas cayeron sobre la ciudad, cuyos habitantes ya habían muerto asfixiados por los gases tóxicos, y todo quedó definitivamente enterrado bajo una capa negruzca de uno a ocho metros de espesor. La bella imagen de la ciudad próspera y feliz había desaparecido.

 

Para saber más

«Ciudades del Mundo Antiguo»

Jean Claude Golvin

Desperta Ferro Ediciones

192 pp.

29,95€

 

16 agosto 2018 at 1:02 pm 2 comentarios

Barcelona recupera su acueducto romano

La remodelación de una pared medianera pone en valor cuatro arcos del primer edificio público construido en la ciudad

Fuente: JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS EL PAÍS Cataluña
7 de agosto de 2018

Barcelona es fruto de la fundación ex novo de la colonia romana Iulia Augusta Paterna Faventia Barcino promovida el año 14 a.C. por el emperador Augusto en el marco de la reforma administrativa y viaria del sector noroeste de Hispania, provincia del nuevo imperio que no paraba de extenderse por todo el Mediterráneo. Lo primero que hizo Augusto y sus romanos fue construir las principales calles (el típico cardo y decumanus que se cruzaba en la plaza de Sant Jaume) y antes de rodearla de muralla levantó un acueducto de 13 kilómetros que abastecía de agua desde una fuente cercana al río Besós a los nuevos habitantes. Por eso, el acueducto de Barcelona es la primera obra pública de la ciudad, un edificio que se ha ido perdiendo con el tiempo; derribado por el avance y transformación de la ciudad o enmascarado bajo edificios más modernos.

Es lo que ha pasado con cuatro arcos que han permanecido en la pared medianera de un edificio del siglo XVIII de la plaza Vuit de Març, en el barrio gótico de Barcelona, que después de salir a la luz en 1988 ahora se someterán a una labor de rehabilitación y visualización para ponerlos en valor y dejen de pasar desapercibidos. Los trabajos, enmarcados dentro del Plan Barcino, que trabaja para rehabilitar los restos romanos de la ciudad, tienen un coste de 345.000 obtenidos a partir de las lonas publicitarias que cubren muchos de los edificios de la ciudad.

“Es una pieza clave de nuestra historia. Es el primer edificio público que se construyó con piedra de Montjuïc y estuvo en funcionamiento hasta el siglo VI y VII. El ciclo y reciclaje del agua parece que lo hemos inventado ahora, pero no es verdad. Tenía mucha importancia para romanos que lo primero que buscaban era un caudal de agua potable. Aquí se encontró en la zona de Montcada y tras 13 kilómetros entraba a la ciudad por la Plaça Nova, frente a la catedral, y desde allí llegaba a las industrias, termas, fuentes y casas particulares de los más potentados”, explica Carme Miró, responsable del Plan Barcino y especialista en este tema, tal y como avalan sus múltiples trabajos publicados sobre ese asunto.

Los arcos estaban ocultos hasta que se derribó uno de los edificios dentro de un plan de esponjamiento para crear una plaza. “Uno de los vecinos del barrio, Alfred Lloré, detectó “algo extraño” y avisó al museo de Historia de la Ciutat, que paró el siguiente derribo y posibilitó conservar las arcadas». En la parte superior de la fachada, tras abrirse unas ventanas se rebozará con un estucado, mientras que en la inferior se marcarán los ojos de los arcos para reforzar su profundidad, e incluso se abrirá parcialmente el último para ver su anchura”, prosigue Miró que asegura que habrá que tener en cuenta que siguen teniendo una función estructural dentro del edificio.

“Cuando hablamos de acueducto pensamos en el de Segovia o el Ferreres, de Tarragona, pero en realidad es solo el lugar por donde pasa el agua, lo otro son los arcos que lo aguantan. De hecho, la mayoría de acueductos romanos son subterráneos ya que eso garantizaba la calidad del agua, algo que era muy importante para los romanos”, subraya Miró.

“Siempre se ha dicho que en Barcelona el papel de los andalusíes, los musulmanes españoles, era menor, pero la arqueología nos dice que su presencia fue de unos cien años, un periodo que permite hacer muchas cosas y dejar una impronta grande. Una de ellas fue el del cambio en la gestión del agua que se produce en el siglo IX o X con la creación del Rec Comtal; momento en el que el agua pasa de ser un bien público, un derecho para todos, a ser en la época medieval un bien de consumo que genera riqueza. Algo que no ha cambiado hasta ahora”, explica la arqueóloga.

Los trabajos permitirán marcar el nivel del specus, el canal por donde discurría el agua camino de la ciudad que por dentro está rebozado con mortero de cal, el opus signinum romano. Cuando terminen los trabajos en la medianera se excavará en el subsuelo hasta localizar los cimientos de los arcos y así poder ver el alzado completo de los mismos, que llegarán más o menos a los 11 metros de altura.

Estos cuatro arcos son la zona más visible de este edificio. Pero se han conservado restos en otros lugares, como explica Miró. “En el edificio contiguo de Ca la Dona se conserva una arcada y uno de los pilares; también la entrada del acueducto a la ciudad se puede ver en la Casa de la Ardiaca, mientras que la estructura que se ve junto a la catedral es una reconstrucción de los años sesenta  realizada por el arquitecto Josep Florensa a partir de localizar otro de los pilares. Recientemente en la construcción de un hotel en la calle Magdalenes se encontró otros pilares y se conserva un tramo subterráneo en la zona de Sant Andreu. Pero donde mejor se ve el acueducto es aquí”, sentencia Miró que presentó la intervención (que terminarán en el primer semestre de 2019) en compañía de la concejala del distrito Gala Pin.

 

7 agosto 2018 at 3:25 pm Deja un comentario

Un aficionado a la arqueología descubre un tesoro de época romana en Inglaterra

Entre las piezas encontradas destaca un singular anillo facturado en oro

El anillo descubierto por Massey – J. Massey

Fuente: ABC Cultura
7 de agosto de 2018

El aficionado a la arqueología Jason Massey, miembro del grupo «Detecting for Veterans», ha realizado un extraordinario hallazgo en la ciudad inglesa de Crewkerne: un anillo de oro ornamentado de hace 1.800 años, es decir, de época romana, junto a unas 60 monedas, según informa la BBC.

En el anillo se puede ver un ónix negro adornado con una imagen de la diosa grecolatina Victoria conduciendo su carro. Tiene un peso de 48 gramos y, aunque todavía no ha sido sometido a los análisis pertinentes, expertos del Museo Británico afirman que fue fabricado entre el 200 d.C. y el 300 d.C.

No es la primera vez que Massey desentierra objetos de valor en las cercanías de esta localidad inglesa. En noviembre, él y sus amigos hallaron un ataud hecho de plomo y 250 monedas de época romana. Todo esto hace indicar que en las proximidades de Crewkerne se alzaba «una villa romana de muy alto estatus», según afirmó el aficionado a BBC.

Ahora mismo Massey está interesado en encontrar el sitio en el que se encontraba la villa y averiguar quién habitó en ella. Esta debió ser una persona de mucha influencia en las islas, ya que este tipo de anillos no eran portados por cualquiera. El oro, al igual que en la actualidad, era considerado en época romana una muestra de estatus y un símbolo de riqueza.

 

7 agosto 2018 at 3:23 pm Deja un comentario

Las extrañas prácticas sexuales de las prostitutas de la Antigua Roma

Las meretrices solían utilizar grandes pelucas rubias y se afeitaban y pintaban de rojo sus partes íntimas. Además, trabajaban habitualmente en burdeles apestosos regentados por un cruel proxeneta

Fuente: Manuel P. Villatoro  |  ABC Historia
7 de agosto de 2018

Las películas de Hollywood son el cielo y el infierno de la divulgación histórica. Por un lado, permiten dar a conocer períodos olvidados de nuestro pasado al gran público. Por otro, en algunos casos caen en exageraciones que generalizan ideas erróneas entre los espectadores. Esto último es lo que ha ocurrido con la prostitución en la Antigua Roma. Una práctica que en la gran y en la pequeña pantalla se rodea de lujo y de glamour pero que, en realidad, solía llevarse a cabo en tugurios pestilentes y bajo la atenta mirada de un proxeneta ansioso de que el «servicio» terminara para que pasara el cliente siguiente. Otro tanto sucedía con unas meretrices que carecían de lujos y que eran consideradas, de forma literal, la «infamia» de la sociedad.

Para los romanos la prostitución navegaba entre dos peligrosas aguas. A nivel social era vista como un mal necesario. Ejemplo de ello es que autores como Catón el Viejo (234-149 a. C.) la definieron como una auténtica bendición debido a que permitía a los jóvenes dar rienda suelta a sus más bajos deseos sin «molestar a las mujeres de otros hombres». Con todo, tan real como esta visión es que, según explica la doctora en historia Lucía Avial en «Breve historia de la vida cotidiana en el Imperio Romano» (Nowtilus, 2018), «los romanos situaron a las personas que ofrecían su cuerpo por dinero en los espacios más despreciables de la sociedad».

¿Cuál es la verdad de la prostitución en esta época? La realidad es que esta práctica fue evolucionando durante la época de la República y del Imperio. Lo que sí está claro es que el «oficio más viejo del mundo» aparece ya en los orígenes de la propia ciudad. Así lo afirma la historiadora Carmen Herreros González en su dossier «Las meretrices romanas: mujeres libres sin derechos». Y es que, en sus palabras, los mismos fundadores de Roma fueron amamantado por una trabajadora del sexo. «En efecto, la tradición habla de una loba, la lupa, que en latín no quiere decir sino puta y que se refiere a la que, habiendo hecho gozar al dios Marte, recibió en recompensa por el placer proporcionado casamiento con un hombre inmensamente rico», explica la autora.

Mal necesario

Desde ese momento la prostituta es una figura que se puede encontrar de forma perpetua en Roma. Sin embargo, no fue hasta la Segunda Guerra Púnica (aquella en la que Aníbal plantó cara a las legiones entre el los años 218 a. C. y 201 a. C.) cuando se empezó a entender la lujuria como una parte del ocio del ciudadano. Así lo afirma Rubén Montalbán, investigador del Departamento de Antropología, Geografía e Historia de la Universidad de Jaén, en su dossier «Prostitución y explotación sexual en la Antigua Roma»: «A partir de entonces aparece como un elemento indisociable de la vida romana. Se observaba como una actividad necesaria para evitar peligros a las matronas [mujeres con un comportamiento irreprochable] casadas».

El mismo comediante Plauto (254 a. C. – 184 a. C) dejó claro esta visión de la prostitución en uno de sus múltiples textos: «Nadie dice no, ni te impide que compres lo que está en venta, si tienes dinero. Nadie prohíbe a nadie que vaya por una calle pública. Haz el amor con quien quieras, mientras te asegures de no meterte en caminos particulares. Me refiero a que te mantengas alejado de las mujeres casadas, viudas, vírgenes y hombres y éfebos hijos de ciudadanos.

Pintura mural de un prostíbulo

De la misma opinión era el escritor del siglo I Valerio Máximo, quien narró una curiosa historia en la que un padre decidió enviar a su hijo a un lupanar para que se desfogara y dejara de importunar a una mujer que ya compartía la vida con otro hombre.

El propio Catón el Viejo (también apodado «el Censor» por su defensa de la virtud y la moral romana) veía positiva la existencia de los lupanares. En una ocasión, de hecho, felicitó a un joven al que vio salir de un prostíbulo ya que, con aquella práctica, evitaba importunar a una matrona. La misma Herreros, en su estudio «Sequere me: tras la huella de las prostitutas en la Antigua Roma», desvela que «incluso los hombres casados eran justificados» cuando mantenían relaciones sexuales con una meretriz porque, así, «saneaban su matrimonio». «Esto demuestra que actuaban en favor de la salud pública», desvela el historiador Jean-Noël Robert en «Eros romano: sexo y moral en la Roma antigua».

________________________________________________________________________________________

Los romanos creían que la prostitución evitaba que los jóvenes molestaran a las mujeres casadas

________________________________________________________________________________________

Sin embargo, aunque la prostitución era entendida como un mal necesario, la meretriz («meretrix», la que «se ganaba la vida ella misma») era despreciada por el ciudadano de a pie. «En la sociedad romana, la infamia era el principal rasgo que caracterizaba a este oficio, ya que se consideraba que las prostitutas carecían de dignidad moral precisamente por el hecho de ejercer la prostitución», señala Avial. En sus palabras, estaban en el escalón más bajo de la sociedad debido a que «ponían a la venta su cuerpo sin dedicarlo exclusivamente a la procreación, como hacían las demás mujeres».

Herreros añade que estas mujeres eran consideradas «personas torpes», «apelativo que hacía referencia en el derecho romano tanto a la bajeza moral como a la incapacidad de ser titular de ningún derecho».

Tipos de prostitutas

¿Cómo llegaba una mujer romana a convertirse en una prostituta? Lo más habitual es que, tanto en la época de la República como del Imperio, la meretriz proviniera de una familia extremadamente pobre que había decidido abandonarla al nacer. También podían ser pordioseras, esclavas que eran obligadas a vender su cuerpo o delincuentes. Con todo, Herreros desvela que también había ciudadanas libres que se sentían atraídas por este tipo de vida o jóvenes violadas que optaban por este trabajo tras haber soportado la marginación. «Estas últimas sufrían un estigma social que las culpaba a ellas de la violación», añade Avial.

Dentro de estos grupos había diferentes categorías. La más alta era la de cortesana. Estas eran prostitutas de lujo bellas, refinadas y con buenos modales que podían pasar meses con sus clientes. Solían ser respetadas por los hombres que las contrataban y hasta se les permitía participar en las conversaciones masculinas y dar su opinión (algo impensable para el resto de meretrices).

Pintura de un lupanar romano

Con todo, debían mostrar a su cliente el mismo respeto que tendrían a su marido, un comportamiento que no era habitual en el resto de prostitutas. «En ningún este respeto debe confundirse con el “affectio maritalis” [el amor que se profesan las parejas], porque lo que estaba en en juego era realmente la profesionalidad de la prostituta», explica la propia Herreros y la también historiadora Mari Carmen Santapu Pastor en su estudio conjunto «Prostitución y matrimonio en Roma ¿Uniones de hecho o de derecho?».

A continuación estaban las mesoneras o venteras, mujeres que no eran prostitutas como tal, pero que regentaban una posada y decidían ganarse un dinero extra manteniendo relaciones sexuales con los clientes. De hecho, era habitual que los romanos asociaran el oficio de tabernera con el de meretriz. «Estas mujeres solían estar casadas, pero a los maridos no les importaba» completan las autoras. La última categoría era la de aquellas jóvenes que no tenían dinero para sobrevivir o esclavas que mantenían relaciones sexuales en un burdel.

Dependiendo del prestigio de la prostituta en cuestión, los clientes solían pagar entre dos y dieciséis ases (lo que equivalía a un denario de plata) por mantener una relación sexual con ella. La característica principal era que siempre se pagaba por adelantado. Solo para hacernos una idea de lo que costaba un «servicio», los legionarios romanos cobraban, a principio del siglo II, un sueldo de 300 denarios al año. Al menos, así lo explican Joël Le Gall y Marcel Le Glay en so libro «El imperio romano», editado por Akal.

La dureza del prostíbulo

De entre todos los lugares en los que se solía practicar el sexo con prostitutas, los «fornices» («prostíbulos») eran los más populares. Eran tugurios ubicados en los barrios más concurridos. En palabras de Herreros, en el Subura (entre las colinas del Quirinal y Viminal) se hallaban las meretrices más populares, mientras que en el Trastévere (el corazón de la ciudad) se podían encontrar los burdeles más sucios y pestilentes.

«El superpoblado barrio de Subura, es el que poseía la peor fama de toda Roma, siendo el refugio de ladrones, sicarios, lanistas, lenones y prostitutas de la más baja condición social», completa Montalbán. Según Plauto, en este último era posible «alquilar a las prostitutas más baratas» y se podía ver a padres prostituyendo a mujeres e hijas para sobrevivir. «En estos barrios de calles estrechas habitaban en pequeñas insulae, las prostitutas de la condición social más baja, sin higiene alguna y compartiendo habitaciones normalmente con compañeras de oficio, debido a los altos precios que debían pagar por los alquileres», añade Montalbán.

_______________________________________________________________________________

El barrio en el que se encontraban las prostitutas que prestaban servicios más baratos era el de Subura, un auténtico nido de depravación

_______________________________________________________________________________

En todo caso, era muy sencillo toparse los prostíbulos una vez dentro de los barrios, ya que los dueños ubicaban en sus puertas un falo de piedra pintado en rojo bermellón. «El pene erecto se consideraba un símbolo de buena suerte, por lo que era muy habitual encontrarlo también en los carteles que indicaban los servicios que allí se ofrecían», añade la autora de «Breve historia de la vida cotidiana en el Imperio Romano».

El interior de los prostíbulos era repugnante ya que, además del mal olor, sus paredes estaban decoradas con pintadas obscenas hechas a mano por los clientes. Las prostitutas trabajaban en pequeñas «cellae» o habitaciones donde recibían a los clientes. En la puerta de las mismas, el dueño podía poner el nombre de la meretriz (que solía ser falso) y su especialidad sexual. Estas estancias, al igual que las exteriores, eran pintadas con escenas obscenas.

En los lupanares reservados a la plebe, los más paupérrimos, las «cellas» eran más bien cuevas o cavernas subterráneas abovedadas llamadas «fornis» Horacio, escritor de la época, afirma que estas estancias despedían un hedor nauseabundo que aquellos que pasaban por ellas llevaban consigo mucho tiempo después.

El personaje más controvertido de todo el prostíbulo era el «leno» («chulo»). A efectos prácticos era el dueño del local y el encargado -entre otras cosas- de contratar o comprar a las esclavas que ejercerían la prostitución. «Tenía muy mala reputación porque se trataba de un hombre sin escrúpulos. Se caracterizaba por la falta de honradez y por el hecho de que no podía acceder a los cargos públicos», desvela Herreros.

A su vez, era el encargado de controlar que los clientes no excedieran el tiempo establecido para el coito. «A esto debemos añadir que el acto sexual en el mundo romano no contaba con los preámbulos amorosos que hoy día parecen fundamentales», completa la experta. Ejemplo de ello es la inscripción que se puede leer, todavía a día de hoy, en un lupanar de Pompeya: «Llegué aquí, follé, y regresé a casa».

Para terminar, el «leno» también contaba con varias fichas o monedas en la que había grabada una posición sexual. A pesar de que existe cierta controversia alrededor de las mismas, es más que probable que fueran utilizadas por el «chulo» para que los clientes extranjeros pudieran seleccionar la «especialidad» que querían recibir.

Prácticas sexuales

Más allá de la tiranía del «chulo», lo que está claro es que las prostitutas eran las protagonistas indiscutibles. Todos los autores coinciden en que las meretrices solían ubicarse en la puerta de los lupanares para tratar de atraer clientes. Para ello iban ataviadas con túnicas cortas de colores chillones o incluso transparentes. Lo más curioso es que no se ponían estos vestidos solo por llamar la atención de los hombres, sino porque, según la ley, debían usar una ropa diferente a la de las matronas para evitar malos entendidos. A pesar de todo, según fueron pasando los años las «mujeres decentes» (como eran conocidas) fueron adoptando estos ropajes.

A su vez, y después de que las conquistas de las legiones llevaran hasta la ciudad a mujeres rubias, era habitual que las prostitutas se tiñeras los cabellos de este color o -si no disponían del dinero suficiente- se compraran una peluca. «Esta blonda peluca hecha con cabellos o crines dorados, teñidos, parece haber sido la parte esencial del disfraz completo que la cortesana se ponía para ir al lupanar, donde entraba con un nombre de guerra o el de profesión», desvela Juan Pons en su decimonónica «Historia de la prostitución en todos los pueblos del mundo: desde la antigüedad más remota hasta nuestros días». Este complemento lo mantenían incluso en el prostíbulo.

______________________________________________________________________________

Las prostitutas usaban pelucas rubias y se maquillaban para diferenciarse de las matronas romanas

______________________________________________________________________________

Para diferenciarse todavía más de las matronas, y para lograr cautivar a los clientes, Herreros afirma que las prostitutas solían cubrirse toda la cara con «afeites variados», ponerse coloretes en las mejillas, «agrandarse los ojos con carboncillo», pintarse con una espesa capa de maquillaje y untarse los pezones con purpurina dorada. De esta guisa, una meretriz de una edad considerable podía engañar a los hombres y extender su vida laboral unos años más.

También era habitual que se afeitasen siempre que el dinero se lo permitiera, ya que era bastante caro. Todo el cuerpo pasaba por la cuchilla, incluyendo sus partes íntimas, que -según la experta- «pintaban de rojo bermellón» y no cubrían con ropa interior.

No obstante, algunas de las prostitutas consideraban innecesarios estos cuidados ya que lo habitual era que el acto sexual se practicase al caer de la noche. Antes era un privilegio de recién casados. De hecho, mantener relaciones en una estancia muy iluminada no era adecuado. Y otro tanto pasaba con la ropa. «Estaba muy mal visto que las mujeres hicieran el amor completamente desnudas, incluidas las prostitutas», añade la autora.

Representación de un prostíbulo romano

Las meretrices tampoco podían usar zapatos, aunque era habitual que se saltasen esta norma y se grabasen en las sandalias palabras como «Sequere me» («Sigueme»). Estos términos quedaban inscritos en el polvo cuando caminaban y los clientes los seguían para encontrarse con ellas.

Pero lo más llamativo de las prostitutas es que fueron una figura transgresora. En la sociedad romana, el hombre era quien tenía el rol dominante en todos los sentidos y, entre ellos, se incluía el sexual. Durante el coito, debía ser siempre la figura activa. Sin embargo, las meretrices lograron equipararse a ellos. Así pues, no era raro que solicitaran a sus clientes que les hicieran «fellationes» o «cunilinguus», prácticas que solían relegar a quien las llevaba a cabo a un nivel inferior. «La peor acusación que se le podía hacer a un ciudadano era la de ser poco viril, es decir, actuar como pasivo en el amor», añade, en este caso Avial. Ellas, no obstante, lo lograron.

 

7 agosto 2018 at 3:21 pm 2 comentarios

El mosaico romano hallado en Cantillana estará expuesto en el museo local a partir de «principios de octubre

La alcaldesa de Cantillana (Sevilla), Ángeles García, prevé que el espectacular mosaico romano descubierto en noviembre en la calle Sacristán José Díaz Hidalgo de dicho municipio, actualmente en restauración en el Museo de Historia Local, esté listo para su exposición provisional en dicho centro cultural «a principios de octubre», toda vez que el destino final del mosaico es ser reinstalado en el enclave donde fue hallado, una vez el mismo sea habilitado como recinto o cripta arqueológica.

Mosaico de Cantillana. ARCHIVO

Fuente: EUROPA PRESS  |  20minutos.es

CANTILLANA (SEVILLA), 6 Ago.- La alcaldesa de Cantillana ha explicado a Europa Press que el espectacular mosaico, descubierto el pasado mes de noviembre en la calle Sacristán José Díaz Hidalgo junto con otros vestigios históricos de la antigua Naeva romana, como el pozo que coronaba la composición de teselas, cordones, columnas y otros restos, se encuentra actualmente en el centro de Historia Local siendo sometido a un laborioso proceso de restauración a manos del especialista Jesús Serrano.

Tal es así, que el citado centro, que acoge el museo de la localidad, se encuentra actualmente cerrado para permitir el avance de los trabajos de restauración del mosaico, datado en el siglo II después de Cristo, toda vez que la extracción de las teselas desde su enclave original y su proyecto de restauración cuentan con el aval de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico.

EL DESTINO DEL MOSAICO

En ese sentido, la alcaldesa ha recordado que la idea es que una vez que concluya la restauración del mosaico, el mismo sea expuesto temporalmente en el Centro de Historia Local, hasta su reinstalación en la calle Sacristán José Díaz Hidalgo, donde habrá de ser construido un espacio o cripta arqueológica que proteja el mosaico y permita su contemplación.

Y mientras avanza la citada labor de restauración del mosaico, la alcaldesa ha manifestado que el Ayuntamiento de Cantillana, de la mano de la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura, está preparando además el Centro de Historia Local, para que el mismo acoja la exposición del mosaico hasta su reinstalación definitiva en la calle Sacristán José Díaz Hidalgo.

La habilitación de este espacio municipal para la muestra del mosaico, según ha recordado, requiere una serie de medidas y trabajos, con lo que la idea es que sea «a comienzos de octubre» cuando el Centro de Historia Local «reabra sus puertas», pues actualmente sigue cerrado al acoger las labores de restauración del mosaico, incluyendo temporalmente en su muestra el citado conjunto de teselas.

Además, recordemos que después de aquel hallazgo acontecido en noviembre de 2017, en enero de este año la alcaldesa informaba de que en la calle de la Iglesia, cercana a la calle Sacristán José Díaz, habían sido descubiertos diferentes segmentos de muro procedentes de edificaciones romanas y un gran trozo de friso de mármol decorado, generando aún más expectación respecto al legado histórico que descansa en el subsuelo de Cantillana.

 

7 agosto 2018 at 3:19 pm Deja un comentario

Una nueva Pompeya fascina al mundo

Por primera vez se vuelve a excavar, tras más de medio siglo, en el célebre parque arqueológico. En los últimos meses han aparecido en la Región V preciosos frescos, objetos cotidianos y hasta el esqueleto del último fugitivo. Y todo, gracias al Gran Proyecto Pompeya, financiado por la UE con 105 millones de euros

Una pared del vestíbulo de la Casa de Júpiter – Superintendencia de Pompeya

Fuente: Ángel Gómez Fuentes  |  ABC
5 de agosto de 2018

Pompeya vuelve a fascinar al mundo con sus nuevos descubrimientos. Por primera vez, después de más de medio siglo, se vuelve a excavar en la antigua ciudad romana, que nos ofrece nuevas bellezas y sorpresas, itinerarios inéditos, domus y ambientes que dejan boquiabiertos a los arqueólogos e investigadores. Este año se conmemora el 270 aniversario de las primeras excavaciones, iniciadas por deseo de Carlos III de Borbón, que son uno de los mejores testimonios de la vida romana.

Ahora, en el Parque Arqueológico de Pompeya, según explica su director, Massimo Osanna, en una entrevista con ABC, se vive una auténtica «revolución», gracias al Gran Proyecto Pompeya, financiado con 105 millones de euros por la Unión Europea. Se está excavando el sector llamado Región V y se descubren nuevos frescos, esculturas, ánforas, preciosos objetos, monedas, inscripciones y víctimas de la erupción del Vesubio que sepultó la ciudad en el 79 d.C..

«La Casa de los Delfines» – Superintendencia de Pompeya

Descubrimientos

Recorremos las excavaciones, que se desarrollan en un área de poco más de mil metros cuadrados, acompañados por el arqueólogo Francesco Muscolini, quien nos detalla algunos de los descubrimientos más llamativos: el lugar donde se encontró el «último fugitivo de Pompeya», la Casa de los Delfines, objetos de la vida cotidiana como ánforas o inscripciones electorales, en una de las cuales se lee: «Por favor, elegid a Elvio Sabino como edil, digno del Estado, uno bueno».

Todo lo que se encuentra se conserva en un almacén, al lado de las excavaciones, para clasificar y analizar cada objeto en el laboratorio. Sobrecoge y emociona recorrer las salas de la Casa de Júpiter con adornos de estucos coloreados muy antiguos «seguramente de 150-200 años antes de la erupción», afirma el arqueólogo Muscolini. La domus, propiedad de un hombre particularmente rico, el senador M. Nonio Balbo, recibe el nombre de Júpiter porque el dios principal de la mitología romana está representado en un fresco en una pared del jardín. Está ya muy descolorido porque se encontró en las excavaciones parciales que aquí se hicieron en el siglo XIX. «Fueron unas excavaciones un tanto salvajes, porque se excavaba una especie de pozo en el terreno y luego una serie de túneles, con lo que se destruían muros y pinturas. Su única finalidad era llevarse todo lo que veían de valor», nos dice el arqueólogo. Muy atrás quedan esas barbaridades. Pero se está también a años luz del trabajo que hasta hace poco se hacía en Pompeya. «Hoy todo se hace -explica Massimo Osanna- con un equipo muy articulado que prevé todas las profesiones en la restauración de una casa: un director de trabajos, arquitecto, directores operativos (arqueólogo, ingeniero, restaurador) y todas las figuras que son necesarias para dar una documentación global: antropólogos, paleobotánicos y arqueozólogos».

Un de las inscripciones electorales – Superintendencia de Pompeya

Sorpresas

Más allá de las nuevas sorpresas que van a deparar estas excavaciones, Pompeya fascina siempre desde el inicio de las excavaciones del 1748, porque desde entonces se abrió una «segunda vida» para la antigua ciudad romana. Por eso, cuando el primero de agosto («el día más caluroso del año», nos dice el director Osanna, a unos 40º) recorremos algunas vías de Pompeya, están llenas de turistas que alimentan la imaginación y los sentimientos. Así, en su caminar por la calle principal de la ciudad, la Vía de la abundancia, un paseo único en el mundo, es fácil respirar el ambiente de hace dos mil años, imaginarse cómo eran las casas privadas, sus restaurantes, bares, panaderías, fruterías…

Paraíso perdido

La nostalgia por un paraíso perdido fascina y está en el imaginario colectivo, hasta el punto de que se le asocian catástrofes aunque nada tengan que ver con ella. Así acaba de ocurrir ahora con el desastroso incendio de Grecia, el pasado 23 de julio en Atica, cuyo fuego destructor ha permitido a muchos medios hablar de una nueva Pompeya. «La dinámica del incendio y de la muerte son completamente distintas en Pompeya –explica Massimo Osanna–. Aquí la muerte se produjo en manera diversificada. Se inició la explosión del volcán, en la mañana del 24 de agosto, y se produjo una lluvia de lapilli (pequeños fragmentos de piedra), que comenzó a llenar progresivamente las calles (alcanzó un nivel de 5 metros en algunas zonas). En ciertos casos, hundió los techos de las casas, por lo cual algunos murieron por el derrumbe de los primeros edificios. Quien sobrevivió a esta primera fase, que duró 18 horas, murió luego por la llegada de la corriente piroclástica (fragmentos más grandes que lapilli y cenizas), que no es la lava ni el fuego. A Pompeya llegó una nube de cenizas y materiales arrastrados por la fuerza de esta nube de altísima temperatura: ramas de árboles, bloques, etc. Quien fue envuelto por esta nube murió por shock térmico, por la alta temperatura, pero no carbonizado; su muerte fue por calor o por asfixia».

Muchas novedades

Precisamente, en la Región V se ha encontrado el esqueleto de un hombre cuando trataba de huir. Apareció con un bloque de piedra sobre la cabeza. Un descubrimiento que aportará grandes novedades, según el director Osanna: «Hemos hecho todos los análisis posibles (osteológico, radiológico, ADN, etc), que nos permitirán averiguar de dónde provenía, su edad, la dieta que hacía, sus enfermedades, su estatus, cómo murió, cómo fueron los últimos momentos de su vida. Será una documentación increíble. Este pompeyano huía con una pequeña bolsa sobre el pecho con veinte denarios (la moneda romana) de plata, y algunos de bronce, lo que significa un salario medio para medio mes de una familia normal (tres personas). Llevaba la llave de casa, con la esperanza de volver».

«El último fugitivo de Pompeya» – Superintendencia de Pompeya

Revolución

El Gran Proyecto Pompeya supone una gran revolución interna porque se ha cambiado radicalmente la concepción sobre las excavaciones y la restauración. «Antes se restauraba una casa en un año, otro edificio al año siguiente –explica Massimo Osanna–. Se hacían trabajos no sistemáticos. Ahora consideramos que Pompeya es una ciudad y como tal debe ser tratada, situando en primer lugar su seguridad. Antes, gran parte de Pompeya estaba cerrada al público, porque no era segura. Hemos dado seguridad a cada muro, a todas las casas. Esto ha permitido abrir áreas siempre cerradas. Había zonas enteras, con sus calles y casas cerradas, desde el terremoto de 1980. Además, en cuatro años hemos restaurado una treintena de casas o edificios, incluso con sus elementos decorativos, como frescos, mosaicos…»

Forma parte de esa revolución en Pompeya el que «hoy no se excava por excavar, sino que se hace con tutela, primando la seguridad, y con objetivos muy precisos», asegura Massimo Osanna. Lo hemos visto en la Región V, donde se puede comprobar que Pompeya entra en el mundo contemporáneo: «Esto es una revolución. Usamos todas las tecnologías actuales para documentar en 3D y archivar absolutamente todos los datos de las excavaciones. No se pierde ni uno –afirma el director Osanna–. En el futuro, el esfuerzo fundamental estará en la conservación. ¿Cómo conservar estos colores maravillosos de los frescos? Hay colores maravillosos que, apenas toman contacto con el aire, se empiezan a descolorar, aunque intervenimos de inmediato con los restauradores». Así lo comprobamos en la Región V, viendo trabajar a la restauradora Giovanna Traettino: «Nuestro tarea es poner en seguridad la obra, haciendo una labor de conservación que sea reversible, es decir, que sea posible mañana cambiarla si hay materiales o técnicas más
avanzadas».

Pequeños museos

El fruto de esta revolución en Pompeya es que hoy, al visitar algunas de sus casas, uno tiene la sensación de estar en un pequeño museo. Así ocurre, por ejemplo, en la Fullonica di Stephanus (domus con lavandería), que hoy ha recobrado la vida. «En algunas casas y edificios hemos rehecho las habitaciones y llevado allí sus propios objetos, que en los años 70 se habían dejado en depósitos para mantenerlos en seguridad. Algunos objetos y muebles son originales, otros los hemos hecho expresamente. Esto es bellísimo, porque se pueden ver los objetos de la vida cotidiana en su lugar y no en un museo en vitrinas fuera de contexto», afirma el profesor Osanna. El terreno de Pompeya abarca 66 hectáreas. En total se han excavado 44 hectáreas. Queda un tercio a disposición de las nuevas generaciones, que podrán descubrir y gozar de nuevas maravillas.

España

En ese futuro seguirá jugando un papel España, como ya lo hizo también en el pasado». «Aquí encontramos cotidianamente ánforas con el garo (una salsa de pescado utilizada como condimento) que venían de Hispania. También encontramos cerámica ibérica del siglo III a.C. Hoy Pompeya está abierta a las colaboraciones internacionales y vienen profesionales de las mejores academias. Muy estrecha es la relación con España, en particular con Madrid y con arqueólogos de las universidades de Valencia y Cádiz. Espléndida es la colaboración de investigación con el profesor José María Luzón, que encontró toda la documentación sobre Pompeya del siglo XVIII que estaba en Madrid en español, porque las primeras excavaciones se iniciaron bajo Carlos III de Borbón, en 1748. No se puede concebir una investigación de Pompeya sin España, porque desde el inicio de esta extraordinaria aventura arqueológica ha estado España», afirma Massimo Osanna.

 

5 agosto 2018 at 10:58 am Deja un comentario

Entradas anteriores Entradas siguientes


Follow La túnica de Neso on WordPress.com
logoblog2.gif
Licencia de Creative Commons
Este blog está bajo una licencia de Creative Commons.

Reunificación de los Mármoles del Partenón

"Hacemos un llamamiento a todos aquellos que en el mundo creen en los valores e ideas que surgieron a los pies de la Acrópolis a fin de unir nuestros esfuerzos para traer a casa los Mármoles del Partenón". Antonis Samaras, Ministro de Cultura de Grecia

Tempestas

CALENDARIO

marzo 2023
L M X J V S D
 12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031  

Archivos

RSS Blogs en Χείρων·Chiron

  • Se ha producido un error; es probable que la fuente esté fuera de servicio. Vuelve a intentarlo más tarde.

Inscriptio electronica

Amici Chironis

Apasionados del mundo clásico

Suscríbete a esta fuente