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Zenobia de Palmira, la reina militar que doblegó al Imperio romano en el siglo III d.C.
Cuando el emperador Septimio Odenato fue asesinado, la consorte dejó aquel papel secundario para comenzar la expansión de la antigua y esplendorosa Siria
Zenobia de Palmira – ABC
Fuente: Eugenia Miras | ABC Historia
24 de agosto de 2018
El día más triste de la reina Zenobia llegó con el asesinato de su esposo el emperador Septimio Odenato en el 267 d.C, pues tanto su marido como su hijastro serían víctimas de ciertas intrigas familiares por la sucesión al trono. Viuda y con un bebé quedaba vulnerable frente a toda aquella miseria humana. Y aunque la nueva regente no tenía ninguna otra ambición más que sobrevivir al luto, terminó por convertir a la ciudad de Palmira en un breve Imperio que eclipsaría a Roma hasta la fecha de su captura por las huestes del emperador Aureliano en el 272.
Con Zenobia de Palmira, aquella tierra homónima -cuyas ruinas fueron destruidas casi en su totalidad durante el terror del ISIS en Siria– pasó a representar un cráter de la expresión estética, del poder, y por supuesto de un amanecer político femenino en Oriente Medio.
Tal como dictaba el patriarcado de aquel tiempo -el cual no suena ajeno ni tan lejano- la figura de la mujer permanecía al margen de las decisiones familiares y del Estado. Sin embargo, quizás por esa naturaleza brava innata a una madre, Zenobia habló fuerte y claro para hacer su voluntad y así empezar a construir ese Imperio que prometió a su hijo Vabalato.
Nada más enterrar a Septimio Odenato y enjutarse las lágrimas mandó ejecutar al autor de tal mezquindad, un tal Meonio, quien era sobrino de su esposo -y que la misma Historia considera irrelevante-. Así que después de mecer a su hijo de apenas un año le habló de su futuro reino, de una Palmira independiente al Imperio romano, de una ciudad que le hiciera sombra a sus magnánimos templos y plazas, de una nueva fuerza que inspirase temor y respeto a las legiones de Roma, y que si bien anhelaban los temidos persas aquella Siria antigua jamás lograsen alcanzarla más que para admirarla. Y entonces, a partir de ese sueño, Zenobia se hizo la mujer, esa que ungió la gloria y demostró que el poder no es un asunto de género sino de visión.
No obstante el esplendor de Palmira no hubiera resonado en la eternidad si Septimio Odenato hubiera permanecido con vida. El Imperio -aunque breve- fue posible gracias a la determinación de Zenobia, por lo que el sacrificio de aquel patriarca valió un legado histórico y artístico para la humanidad. Las ruinas de la ciudad siria eran la prueba de que la pasión femenina alcanza horizontes que hasta la fecha habían sido inimaginables para el hombre.
De esta manera y en muchas circunstancias a lo largo de la Historia la viudez ha permitido a la mujer el derecho de creer en sí misma. Pues en ese «desamparo» masculino se daba de manera simultánea a la desgracia el bendito despojo de los miedos de todas ellas, esas que tuteladas del hombre tenían la perpetua condena de vivir en silencio y a su sombra.
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Quizás por esa naturaleza brava innata a una madre, Zenobia habló fuerte y claro para hacer su voluntad y empezar a construir ese Imperio que prometió a su hijo Vabalato
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Pero hasta hace menos de medio siglo todas aquellas figuras femeninas que se habían rebelado contra el patriarcado gritaron de manera discontinua, por lo que los tan reclamados caminos paralelos y no subordinados al hombre seguían sin ser posibles, y en los que aún se precisa de una coordinación de esfuerzos que viajen hacia la misma dirección: el fin de la manipulación psicológica que lleva milenios ahogando a las de nuestro sexo, y si no que la vida de Zenobia de Palmira nos sirva de inspiración.
Palmira en comunión con Roma
Cuando el emperador Valeriano inició una de las muchas empresas hacia Oriente Medio fue derrotado y capturado por los persas. La muy mala suerte del romano permitió que una de las figuras más prominentes de Palmira, Septimio Odenato -quien pertenecía a una estirpe romanizada- brillase entre los candidatos para ser rey de la ciudad.
Este territorio que pertenecía a los dominios del Imperio romano tenía dos destinos posibles: bien la comunión con Roma o bien una violenta absorción por parte del Imperio sasánido. En el 250 d.C. entra en escena Septimio Odenato con quien se iniciará un nuevo modelo de gobierno monárquico en en Palmira.
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En el 250 d.C. entra en escena Septimio Odenato con quien se iniciará un nuevo modelo de gobierno monárquico en en Palmira.
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«Palmira no solo sería autónoma de facto, sino que registró la transformación de su secular estructura sinodal de Gobierno en un régimen monárquico. La figura crucial en ese cambio fue Septimio Odenato, vástago de una de las principales estirpes romanizadas de la ciudad. No se conocen con precisión las circunstancias de su ascenso, pero, tras fluctuar entre sasánidas y romanos, asumió el interés de estos últimos al enfrentarse con éxito a los primeros y asegurar la recuperación de los territorios perdidos; obtendría entonces la condición de imperator o rey de Oriente, reconocida por Roma», relató el Conde de Volney (1757 – 1820), reconocido y valorado filósofo, escritor e historiador orientalista en su obra «Las ruinas de Palmira» (EDAF, 1985).
Septimio Odenato se casó dos veces y del primer matrimonio tuvo al que pudo ser su heredero si no lo hubieran asesinado con él, Septimio Herodiano -también conocido como Herodes de Palmira, o Hairan I-. Ambos fueron asesinados por el sobrino del rey, para quedar como único sucesor al trono un bebé de un año llamado Vabalato.
Palmira, el cráter de la belleza cultural
A partir de esta desgracia Zenobia se inspira en la maternidad para dejarle a su hijo un reino digno de admiración. En el 267 toma la regencia de Palmira y tres años después, fue proclamada reina. En un comienzo no debatió la incómoda subordinación al Imperio romano, por lo que Vabalato y su madre fueron llamados Augustos por orden del emperador.
Ruinas de Palmira – ABC
Cuando Zenobia agarró las riendas del Imperio inició poderosos proyectos de fortificación -según las fuentes la muralla que protegía Palmira tenía un radio de 21 kilómetros de circunferencia- y embellecimiento de la metrópoli. Templos, teatros, y columas corintias de hasta más de quince metros se convirtieron en el símbolo de la Palmira imperial, que seguía vivo en sus ruinas.
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Templos, teatros, y columas corintias de hasta más de quince metros se convirtieron en el símbolo de la Palmira imperial
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Sin embargo la reciente destrucción de las mismas como el gran legado arquitectónico y cultural de Zenobia, durante la ocupación del ISIS, ha supuesto una de las grandes pérdidas para Patrimonio de la Humanidad. Pues en ellas estaba el testimonio de una de las épocas de mayor esplendor de las civilizaciones orientales.
La reina militar
Sin embargo las luchas intestinas por el poder en Roma facilitaron no solo la emancipación de Palmira, sino también una asombrosa expansión territorial. Pues Zenobia sería recordada por la historiografía por sus gran capacidad de organización y estrategia militar.
Ruinas de Palmira – ABC
La reina -que fue comparada con Cleopatra por su belleza e inteligencia- sacudió la moral de los romanos y de los persas en cada una de sus campañas bélicas. Asia Menor estaba firmada con su nombre y Egipto caería a sus pies en el año 269.
Cuando el emperador Aureliano toma el poder del Imperio romano en el año 270, la expansión de Palmira sufrirá un revés. Muy celoso del esplendor de Zenobia dirige toda la furia hacia Egipto. Y aunque la reina siria y su hijo Vabalato logran escapar en busca del cobijo persa. Al final como siempre la traición precede y son capturados en el río Éufrates.
Los últimos días de Zenobia de Palmira tienen un final abierto, las diferentes versiones de la Historia narran diferentes escenarios. Se dice que fueron ejecutados en el acto, mientras otras fuentes aseguran que recibió el perdón de Aureliano, para vivir como una ciudadana más de Roma.
El arte de Palmira resplandece en Italia
Una exposición en el Museo de Aquilea, con esculturas, mosaicos y relieves funerarios, difunde la importancia de un patrimonio cultural único en peligro
Estela del siglo I d.C. Museo Arqueológico Nacional de Aquilea
Fuente: ÁNGEL GÓMEZ FUENTES | ABC
3 de julio de 2017
Palmira, una joya de arte que los terroristas de Daesh quisieron destruir, resplandece en una exposición en Italia, la primera en Europa dedicada a la ciudad siria después de su destrucción por el terrorismo fundamentalista. Con el título «Caras de Palmira en Aquilea», una treintena de esculturas, mosaicos y monumentos funerarios, además de fotografías, se exponen hasta el 3 de octubre en el Museo Arqueológico Nacional de Aquilea, antigua ciudad romana en la provincia de Udine, al norte de Italia.
La muestra pretende difundir la importancia de un patrimonio cultural único en peligro, y contiene además un valor simbólico, uniendo la cultura de dos ciudades: Palmira, fértil «reina del desierto», colonia romana, donde se hablaba griego, arameo y latín, centro estratégico de intercambio de especias, incienso, piedras preciosas, mirra y seda; y Aquilea, fundada por los romanos en el 181 a.C., nacida como muralla contra las poblaciones guerreras que llegaban desde los Alpes y del Este, ciudad multilingüe y mercantil. Palmira y Aquilea, dos ricas ciudades antiguas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dialogan a pesar de la distancia geográfica, mediante obras maestras de la exposición.
Diálogo cultural
En ambas ciudades, con sus contextos diversos desde el punto de vista étnico y cultural, hay afinidades, como la tolerancia y convivencia entre religiones y culturas. Por ejemplo, el altar dedicado al sol, prestado por los Museos Vaticanos, representa el traslado, en el siglo I d.C., de una comunidad de Palmira a Roma, tan ligada a sus propias divinidades que las honran también en Italia. Por otro lado, el retrato de Batmalku e Hiran, procedente del Museo Nacional de Arte Oriental de Roma, representa una madre con su hijo. Los relieves de Palmira dan mucha importancia a los afectos familiares, evidenciados en las inscripciones en arameo.
En el museo de Aquilea, que aporta ocho obras propias a la exposición, se confrontan, sobre todo, relieves funerarios con retratos de difuntos, en solitario o en pareja, revelando papeles sociales, modas y tendencias de la propia época, desde el primero hasta el cuarto siglo después de Cristo. Las diferencias estilísticas entre el arte de Palmira y Aquilea son notables, aunque se intentaba una autorrepresentación común en todo el imperio romano. En Aquilea, zona norte del Adriático, donde los sepulcros se disponían de forma regular a lo largo de las vías de salida de la ciudad, se impone un estilo minimalista, más esquemático, al representar la fisonomía de los difuntos. En cambio, el estilo en Siria es diverso: los retratos femeninos de Palmira se ilustran con los mínimos detalles, con collares y anillos en todos los dedos.
Foto histórica de las ruinas de Palmira – © Elio Ciol
Una difícil reconstrucción
La gran pregunta que todo el mundo se hace hoy es si ese gran patrimonio artístico de Palmira se puede reconstruir. El arqueólogo Paolo Mattiae, gran experto de la Siria antigua, donde excavó durante medio siglo, descubridor de la ciudad de Ebla, al norte de ese país, cree que será posible la reconstrucción, aunque lo ve complicado. «Las últimas noticias del director general de arqueología en Siria dicen que los restos arqueológicos no han sido pulverizados; el 70% está intacto, el otro tercio está en gruesos fragmentos que permitirán su restauración», afirma Mattiae, aunque reconoce que «será muy difícil. Toda reconstrucción es un negocio».
La exposición de Aquilea refleja la «limpieza cultural» que ha hecho el terrorismo islámico, según Irina Bokova, directora general de la Unesco. En efecto, guerras y devastaciones naturales han destruido el patrimonio artístico de poblaciones mundiales a lo largo de la historia. Pero nunca se había visto en tiempos recientes el sistemático intento de eliminar al enemigo con la destrucción de su propia cultura y su patrimonio artístico. Tiene su lógica perversa la destrucción de un patrimonio arqueológico de un país: con la destrucción de monumentos y obras de arte de una población, se le priva de su identidad y se le golpea en el corazón. Por eso, el patrimonio de lugares de Siria bajo el control de los fundamentalistas islámicos sigue siendo destruido.
De ahí que al contemplar esta bella exposición, hay quien recuerda una reflexión de Albert Camus, premio Nobel de Literatura en 1957: «Sin cultura y la relativa libertad que de ella se deriva, la sociedad, aunque fuera perfecta, sería una jungla. He aquí el por qué toda auténtica creación es en realidad un regalo para el futuro».
Los arqueólogos inventan un sistema para salvar el arte de Siria
Los especialistas pintan algunos de los objetos más valiosos del país con un líquido claro y rastreable
Vista de la antigua ciudad de Palmira, en Siria, destruida por los terroristas de Estado Islámico (Stringer / AFP)
Fuente: LA VANGUARDIA
21 de marzo de 2017
El reciente saqueo de obras valiosas de Siria e Irak por parte tanto de terroristas como de bandas criminales se ha producido a una escala sin precedentes. Los artículos robados han aparecido en Europa y Estados Unidos y han sido ofrecidos a coleccionistas privados. El organismo de patrimonio de la ONU asegura que este comercio ilícito mueve millones de dólares.
Sin embargo, se está llevando a cabo una solución innovadora que permite a los arqueólogos seguir la pista de los objetos valiosos saqueados. Trabajando a escondidas en áreas fuera del control del gobierno de Bashar al-Asad, los arqueólogos sirios han comenzado a pintar algunos de los objetos más valiosos del país con un líquido claro y rastreable. La solución es invisible a simple vista, pero detectable bajo luz ultravioleta, según informa la BBC.
La solución es invisible a simple vista, pero detectable bajo luz ultravioleta
La tecnología ha sido desarrollada por Smartwater, la firma británica de prevención de delitos, y ya ha sido probada por científicos de la Universidad de Reading y la Shawnee State University de los Estados Unidos.
Mosaicos romanos, cerámica bizantina y esculturas antiguas están siendo tratados con este líquido en una carrera desesperada para detener el patrimonio de Siria saqueado. La esperanza es que disuadirá tanto a los coleccionistas como a los contrabandistas de objetos robados con la amenaza de ir a juicio, ya que cada artefacto lleva un código único e identificable.
El proyecto ha sido supervisado por un renombrado arqueólogo sirio, el profesor Amr Al-Azm, que aseguró a la BBC que el material de rastreo está diseñado para no dañar la cerámica y otros materiales antiguos.
La tecnología ha sido desarrollada por Smartwater, la firma británica de prevención de delitos
Así ha quedado Palmira tras el paso del Estado Islámico
El director general de Antigüedades señala que los destrozos en el teatro romano y la ciudadela no han afectado a su estructura básica
Fuente: EFE – El Cairo | El Periódico 03/03/2017
Fotos: AFP, vía hispantv.com
El director general de Antigüedades de Siria, Maamún Abdelkarim, aseguró este viernes a Efe que, de acuerdo con las imágenes a las que ha tenido acceso, los daños causados por los yihadistas en el teatro romano y la ciudadela medieval de Palmira «no han afectado a su estructura básica».
«Según las fotos que hemos podido ver, se puede decir que, en principio, tanto el teatro como la Ciudadela están en buen estado. Han sufrido daños, pero la estructura básica de ambos edificios está en buen estado», dijo Abdelkarim en conversación telefónica con Efe, en la que advirtió de que todavía están esperando a que los expertos comprueben la situación sobre el terreno.
La valoración de Abdelkarim se produce poco después de que el Ejército sirio anunciara la liberación de la ciudad monumental de Palmira, considerada patrimonio de la humanidad por la Unesco, y controlada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
VISITA DE INSPECCIÓN
El máximo responsable de las Antigüedades y de los Museos de Siria explicó que las fotos a las que han tenido acceso hasta el momento han sido difundidas a través de Internet y precisó que este viernes o el sábado funcionarios de la ciudad siria de Homs, capital de la provincia homónima donde se encuentra Palmira, visitarán las ruinas.
Abdelkarim, quien advirtió de que la situación en la zona es muy peligrosa debido a las trampas y minas colocadas por el EI, comentó que se creía, antes de ver las primeras fotos, que los daños causados por los yihadistas y los combates eran mucho peores.
TEATRO VOLADO
«Cuando volaron el teatro se pensaba que habían destrozado toda la parte frontal de la escena, pero el teatro tiene solo una parte pequeña de la cara frontal dañada. En el castillo hay también varios daños, pero el resto está bien», explicó.
El responsable agregó que él mismo viajará, a principios de la próxima semana, para poder valorar in situ el estado de las ruinas de la ciudad, que en los siglos I y II d.C. uno de los centros culturales más importantes de la época.
El Estado Islámico conquistó Palmira en mayo de 2015 y fue expulsado ocho meses después por los soldados sirios, pero volvió a recuperar el control de la antigua ciudad grecorromana el pasado diciembre.
Daesh vuelve a perder Palmira
El ejército del régimen de Al Assad recupera la histórica ciudad tres meses después de haberla perdido a manos de los yihadistas
Soldados del régimen sirio, en las ruinas del Templo de Bel en la histórica ciudad de Palmira – REUTERS
Fuente: MIKEL AYESTARAN > Jerusalén | ABC
1 de marzo de 2017
Tres meses después el Ejército sirio y sus milicias aliadas recuperaron de nuevo control de la ciudadela de Palmira, según informaron fuentes próximas a la milicia libanesa Hizbolá, uno de los grandes apoyos militares del Gobierno de Damasco. Tras haber llegado el martes al llamado «Triángulo de Palmira», una serie de montes cercanos desde los que se divisa la localidad, las fuerzas leales al presidente Bashar Al Assad expulsaron por segunda vez a los milicianos del grupo yihadista Daesh de este oasis situado en mitad del desierto, declarado patrimonio mundial por la Unesco en 1980. Es la segunda vez que las fuerzas sirias, con el apoyo de Rusia, echan a los yihadistas de este lugar simbólico y estratégico que cayó en manos del califato por primera vez en mayo de 2015. Después de diez meses bajo la bandera negra de los seguidores del califa, el Ejército recuperó el control, pero en diciembre, aprovechando que toda la atención estaba en Alepo, Daesh asestó un golpe sorpresa y recuperó las ruinas grecorromanas, la ciudad moderna de Tadmur, levantada a las puertas del conjunto arqueológico, y los yacimientos vecinos de gas y petróleo.
A la espera de una nueva evaluación de daños, la Dirección General de Antigüedades de Siria denunció en enero que, en esta segunda etapa de Daesh en Palmira, los yihadistas causaron un «daño significativo» al histórico Tetrápilo, conjunto de cuatro grandes zócalos con cuatro columnas cada uno, la mayoría réplicas modernas, y al Teatro Romano. En su primera etapa, los hombres de califa destruyeron también templos, torres funerarias y obras de arte y convirtieron el museo en prisión, todo ello en nombre de su visión ultraortodoxa del islam, en la línea de la impuesta hasta 2001 por los talibanes en Afganistán.
El califato pierde terreno en Irak y Siria y Estados Unidos y Rusia se disputan el liderazgo de una lucha contra Daesh cuya próxima parada será Raqqa, bastión yihadista en suelo sirio. Los estadounidenses, que cuentan con 5.000 hombres desplegados en Mosul, denunciaron un bombardeo de la aviación rusa sobre «aldeas bajo control» de los grupos sirios a los que apoyan, «porque pensaban que seguían en manos de Daesh», según el comunicado del Pentágono.
Crímenes de guerra
La toma de Palmira refuerza a un Gobierno que desde que recuperó el control total de Alepo gana terreno frente a los grupos de la oposición y coincidió con la publicación de un nuevo informe de Naciones Unidas, esta vez dedicado a Alepo. La Comisión de Investigación independiente del organismo internacional sobre Siria dictaminó que «la población civil de los dos bandos ha sido víctima de los crímenes de guerra cometidos por todas las partes». Los investigadores acusan a las fuerzas de Assad de haber empleado «bombas de cloro en zonas residenciales, lo que causó centenares de bajas civiles» y a «algunos grupos armados» de haber impedido «violentamente» a la población abandonar la parte este de Alepo, llegando a utilizar a civiles como «escudos humanos».
Tesoros destruidos por los terroristas en Palmira recobran la vida en Roma
Gracias a una tecnología de vanguardia, dos obras maestras de la época de la legendaria reina Zenobia se recomponen con una especie de prótesis tras su destrucción a martillazos
Los dos bustos dañados – ABC
Fuente: ÁNGEL GÓMEZ FUENTES | ABC
19 de febrero de 2017
El arte mutilado por los terroristas del Daesh en Siria está siendo restaurado en Italia. Se trata de dos bustos funerarios en piedra caliza de alabastro, cuya antigüedad se calcula entre los siglos I y III d. C., procedentes del Valle de las Tumbas, a las puertas de Palmira. Se conservaban en el Museo de la antigua ciudad siria, y fueron salvajemente dañados con martillazos por los terroristas del Daesh. Heridos de muerte, fueron salvados in extremis en el 2016 y están renaciendo ahora a una nueva vida con tecnología de vanguardia en el Instituto de Conservación y Restauración del ministerio de Bienes Culturales en Roma.
Se trata de dos figuras, un hombre y una mujer bellísima con el velo que le cubre la cabeza y joyas que le sujetan el manto sobre los hombros. Dos obras de arte, raro testimonio de la época de la legendaria reina Zenobia que en el 272 d. C. Conquistó la independencia del imperio romano. Incluso Hollywood celebró la reina de Palmira con la película «Bajo el signo de Roma» (1959), dirigida por Michelangelo Antonioni y Guido Brignone con Anita Eckberg interpretando a Zenobia, reina de Palmira.
El más deteriorado es el busto de la figura masculina, con media cara destruida. El restaurador experto de reconstrucción en 3D cura la herida con una especie de prótesis, fruto de una sofisticada impresión tridimensional (polvo de nailon sinterizado con láser) con una capa de estuco de un milímetro de espesor. “La restauración se hace con el respeto total del mármol original”, explica el restaurador Antonio Iaccarino Edelson. Para el busto de la dama noble, la restauración se hace fragmento a fragmento. Una vez que recuperen su integridad perdida, cosa que ocurrirá en breve, este pequeño gran tesoro será devuelto a Siria, , para que sean conservados en lugar seguro: En una caja fuerte del Banco Central sirio en Damasco.
El viaje de retorno no constituirá a buen seguro la aventura que rodeó a los dos bustos hasta que llegaron a Roma. En el 2015 funcionarios del Museo Arqueológico de Palmira se apresuraron a salvar algunas obras maestras ante la llegada de los terroristas del Daesh. Se vieron obligados a dejar atrás las estatuas y los sarcófagos más grandes, así como los dos bustos procedentes del Valle de las Tumbas. Cuando la ciudad de Palmira fue temporalmente liberada, en la primavera del 2016, los funcionarios de damasco volvieron para salvar algunas obras, entre ellas los bustos. Estos fueron metidos en una caja y por tierra, en una pequeña camioneta la llevaron hasta la embajada siria de Beirut, superando decenas de bustos de control. Funcionarios italianos se hicieron cargo de las dos obras en la embajada y después de no pocos problemas de aduanas, la caja pudo emprender vuelo desde Beirut a Roma.
Exposición en el Coliseo
Los dos bustos llegaron a la capital italiana a primeros de octubre pasado, para formar parte de la exposición «Renacer de las destrucciones, Ebla, Nimrub, Palmira», que estuvo abierta en el Coliseo hasta el 11 de diciembre.
En esa exposición, gracias a una reconstrucción a escala real realizada en Italia, fue posible admirar tres monumentos destruidos o dañados por los terroristas: El Toro androcéfalo que ya no existe del Palacio Noroeste de Nimruk (Irak), la Sala de Archivo de Ebbla (Siria) que custodiaba 17.000 tablillas cuneiformes y que se encuentra en grave estado de abandono, o una parte del techo destruido del milenario templo de Bel en Palmira (Siria). Con esta exposición se rindió homenaje al famoso arqueólogo asesinado en Palmira, Khaled Asaad, calificado de “héroe”, porque con otras personas salvó una gran cantidad de obras maestras que son patrimonio de la humanidad.
El objetivo de la exposición fue sensibilizar a la opinión pública internacional en el conocimiento de la cultura y salvaguardia de los lugares y monumentos que son patrimonio de la humanidad. Además, se quiso favorecer el debate sobre la reconstrucción de lo que se destruye y acerca de la restauración de cuanto queda dañado.
Los objetivos se han cumplido. Ahora el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini, ha podido decir con orgullo que Italia es una potencia mundial en la restauración del patrimonio, «con institutos y restauradores que ponen en luz las excelencias italianas». En el caso de los dos bustos, bien se puede decir que lo que un día se destruyó a martillazos, en Roma ha sido salvado gracias al primoroso trabajo y pasión de restauradores italianos.
Rusia alerta de que Daesh planea arrasar más monumentos de Palmira
El Ejército ruso difunde nuevas imágenes de daños en la ciudad siria Patrimonio de la Humanidad
Captura del vídeo difundido por el Ejército ruso
Fuente: ABC
13 de febrero de 2017
El Ejército ruso ha difundido este lunes nuevas imágenes de daños realizados por los yihadistas en el tetrápilo y el teatro romano de Palmira y denuncia que Daesh pretende arrasar más monumentos de la ciudad siria.
Los vídeos, filmados por drones, muestran imágenes de Palmira el 6 de junio de 2016, cuando la ciudad estaba bajo el control sirio, y el pasado 5 de febrero, en manos de Daesh. Se aprecian los destrozos en el tetrápilo, un monumento de 16 columnas erigido a finales del siglo III, así como en el interior del teatro romano, datado en el siglo II.
«Estas imágenes muestran claramente que los terroristas han destruido el proscenio, la parte central del antiguo teatro romano y las columnas del tetrápilo», subraya el Ministerio ruso de Defensa en un comunicado que recoge Afp.
Las grabaciones confirman los daños denunciados por la Unesco en enero como «un crimen de guerra y una inmensa pérdida para el pueblo sirio y para la Humanidad».
El Ejército ruso alerta de que ha notado una «intensificación de movimientos de camiones de los terroristas alrededor de Palmira» ante el avance de las tropas gubernamentales sirias, que le hacen presagiar nuevas destrucciones.
«Este hecho evidencia la intención de Daesh de colocar explosivos para destruir al máximo el resto de antiguos monumentos arquitectónicos antes de que (los terroristas) se retiren», añade el comunicado ministerial, según Sputnik.
Russian Defence Ministry published video-evidence of destruction of the historical complex of Ancient Palmyra by ISIS terrorists pic.twitter.com/NZmO9uCNMI
— Минобороны России (@mod_russia) 13 de febrero de 2017
Tomada en marzo de 2016 por las tropas gubernamentales sirias apoyadas por Rusia, Daesh reconquistó en diciembre esta ciudad con más de 2.000 años de antigüedad, que fue uno de los más importantes centros culturales del mundo antiguo, considerada patrimonio de la Humanidad.
Daesh tomó el control de Palmira en mayo de 2015 y provocó enormes daños a los vestigios antiguos de la ciudad en nombre de su visión del Islam, que tacha de idolatría las estatuas humanas o de animales. Estos daños causaron la indignación de la comunidad internacional.
Durante su primera ocupación de la ciudad, de mayo de 2015 a marzo de 2016, los yihadistas utilizaron a menudo el teatro romano para sus ejecuciones públicas.
El Estado Islámico destruye el tetrápilo y la fachada del teatro romano de Palmira
El grupo terrorista reconquistó el sitio arqueológico sirio a finales de 2016, efectuando violentas ejecuciones en el teatro romano del siglo II d.C.
Fotografía de abril de 2016 que muestra el teatro romano de Palmira restaurado y en buen estado de conservación. El grupo terrorista Estado Islámico ha destrozado su fachada. Foto: AP Photo / Gtres
Fuente: Alec Forssmann | NATIONAL GEOGRAPHIC
20 de enero de 2017
El grupo terrorista Estado Islámico ha destruido el tetrápilo y la fachada del teatro romano de Palmira, dos monumentos emblemáticos de la antigua capital de la reina Zenobia, situada en el centro de la actual Siria, según acaba de informar la Agencia de Noticias Árabe Siria (SANA). La antigua Palmira fue erigida en una encrucijada entre Occidente y Oriente, entre el mundo mediterráneo regido por Roma y los grandes imperios asiáticos. Palmira fue una parada obligada en la ruta de las caravanas y, cuando se incorporó a Roma en el siglo I d.C., se convirtió en una floreciente ciudad comercial.
El sitio arqueológico fue ocupado por el Estado Islámico en mayo de 2015 y reconquisado a finales de 2016, efectuando violentas ejecuciones en el teatro romano del siglo II d.C., inconcluso pero en buen estado de conservación. El tetrápilo del siglo III d.C., que según parece ha quedado completamente destruido, era un monumento de planta cuadrada con una entrada en cada uno de los lados. Sus 16 columnas originales, cuatro por cada esquina, eran de granito rosado y procedían de Egipto. Todavía no hay imágenes de la destrucción.