Archive for 19 agosto 2018
Romanos entre girasoles
Un equipo de arqueólogos excava la tercera ciudad de la Segovia romana, Confluentia
Un grupo de arqueólogos trabaja en la antigua Confluentia, en la provincia de Segovia. ANTONIO CALVO ROY
Fuente: ANTONIO CALVO ROY – Segovia | EL PAÍS
18 de agosto de 2018
Era la tercera ciudad de la Segovia romana, Confluentia, citada por Ptolomeo, habitada por entre tres y cinco mil personas, extendida por unas cincuenta hectáreas y, probablemente, unos de los mercados ganaderos más importantes de su tiempo. En el siglo VII fue abandonada y “expoliada para las nuevas construcciones de Sepúlveda, de las murallas a las casas particulares, donde se trasladaron sus habitantes.” En 1795 Juan Villanueva, el arquitecto de Carlos IV, recuperó algunos de sus mosaicos para la Casa del Ermitaño, en el Palacio de Aranjuez, algunos de los cuales estaban en 1868 en el Museo Arqueológico Nacional. Desde 1994 es Bien de Interés Cultural y, desde el 2016, se está excavando con método para sacarla a la luz.
En la planicie segoviana, entre campos de girasoles destinados al biodiesel, muy cerca del pueblo de Duratón, en la confluencia de los ríos Serrano y Duratón, al pie de Somosierra, Confluentia era un punto importante de paso de la meseta norte hacia el sur. Veinticinco arqueólogos, bajo el sol inclemente, con picos, palas, piquetas y carretillas, trabajan en diversos lugares de la zona acotada. “Estamos excavando las termas, un edificio de unos 2.000 metros cuadrados, en el límite sur de la ciudad. Por ahí iba la cloaca, aquí había una habitación con suelo hidráulico y en esta sala el suelo estaba elevado sobre una cámara de aire, de manera de por ahí salía el calor y tenían la sauna. Eran unas termas públicas”, dice Santiago Martínez Caballero, director de la excavación. “Estamos poniendo en marcha la excavación para saber exactamente qué hay y poner en valor el sitio.” La Diputación de Segovia y la Junta de Castilla y León financian el proyecto, dotado con 150.000 euros. “Para empezar está muy bien”, asegura Martínez Caballero. “Trabajamos unos 25 arqueólogos profesionales y, además de la Junta y la Diputación, detrás está la Universidad Complutense de Madrid, y contamos con profesores de otras, como la de Salamanca y la Nebrija”.
Aunque aún queda mucho por investigar, lo más probable es que fuera una ciudad celtíbera ya habitada en el siglo III a de C., junto a la que los romanos crearon exnovo, a comienzos del siglo I y dado el lugar estratégico que ocupaba, una ciudad con sus criterios urbanísticos racionales a la que trasladaron a la población de la recién conquistada Sepúlveda, que estaba en un altozano desde el que era más fácil defenderse. En el llano en el que se creó Los Mercados, junto a Confluentia, se fueron juntando los habitantes de las distintas pequeñas poblaciones celtíberas del entorno. “Como era un centro importante de mercado de ganado, dice Martínez, también lo era de comunicaciones y comercial. Es la única de las tres ciudades de la actual provincia de Segovia más importes de la época romana abandonada, lo que significa que podemos excavarla con relativa facilidad. Las otras, Segovia y Coca, la antigua Cauca, están bajo las actuales poblaciones.”
“Gracias a las fotografías aéreas sabemos que era grande, de unas 50 o 60 hectáreas, con calles rectas y, probablemente, con un templo grande. Pero aún estamos poniendo en marcha el proyecto, aquí hay tarea para mucho muchos años”, dice Martínez Caballero, que además de dirigir la excavación es director del Museo de Segovia, “que es al mismo tiempo de arqueología y bellas artes”. Allí irán a parar los restos que se vayan encontrando en las sucesivas campañas.
Lo más llamativo que ha aparecido de momento es un gran mercado, el forum pecuarium campus, “un edifico de unos 22.000 metros cuadrados que era un mercado de ganado ovino, bovino, equino, etc. Era un gran edifico cuadrado de unos 150 metros de lado que tenía unos dos metros y medio de alto y sabemos que en el centro había algo, quizá un templo”, dice Martínez. “Es uno de los pocos recintos para feria ganadera romana que se conservan en España y en el mundo, de ahí su importancia.” Hoy es una plantación de girasol cercada por los restos de la muralla original romana; en unos años, quizá, será un lugar de visitas y peregrinación cultural.
Cádiz batalla con el Louvre por el primer texto en latín
Alcalá de los Gazules pretende recuperar la inscripción romana más antigua de Hispania, el Bronce de Lascuta
Placa de bronce con el resumen de un decreto pretoriano en latín, que data del año 189 a. C. – ABC
Fuente: Soraya Fernández – Cádiz | ABC Andalucía
19 de agosto de 2018
La provincia de Cádiz dará la batalla para recuperar parte de su historia y de su patrimonio. Lo hará nada más y nada menos que ante el prestigioso Museo del Louvre de París por El Bronce de Lascuta, una pieza datada en el año 189 a. C. Se cree que se trata del documento en latín más antiguo de toda España. De hecho está escrito en latín arcaico.
Se trata de una pieza desconocida para la mayoría de los andaluces pero que podría comenzar a acaparar titulares después de que la Diputación Provincial de Cádiz aprobara el pasado mes de julio por unanimidad una moción del PSOE para rescatar esta parte del patrimonio histórico de la provincia tras haber hecho lo propio el Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules.
La institución provincial pedirá al Ministerio de Cultura y Deportes, así como a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, que inicien las gestiones oportunas para recuperarla, ya que en la actualidad es propiedad del parisino Museo del Louvre. El objetivo es que ambas administraciones trabajen de la mano en la consecución de este objetivo «y poder rescatar, de este modo, una pieza arqueológica clave de la historia de la provincia».
La Diputación se ha propuesto, por tanto, rescatar esta valiosa pieza para exponerla en el museo de Alcalá de los Gazules o, en su defecto, en el Museo provincial de Cádiz.
El Bronce de Lascuta es uno de los documentos escritos más importantes que acreditan la presencia del imperio romano por primera vez en la provincia de Cádiz. La pieza fue hallada en Alcalá de los Gazules y tiene como referencia en el inventario del museo parisino la denominación B.R. 4085, dependiente del Departamento de Antigüedades Griegas y Romanas.
Se trata de una placa de bronce con una anilla en un lateral. Mide 22,4 x 14 x 0,2 centímetros, el tamaño de una mano, y contiene el resumen de un decreto pretoriano en latín. Según los historiadores, el hallazgo de esta pieza se produjo entre 1866 y 1867 a seis kilómetros de la actual localidad de Alcalá de los Gazules, dentro de la antigua Bética romana.
Para la doctora Ana María Vázquez, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), esta pieza es el documento escrito más antiguo datado en Hispania con una inscripción en latín en la que se explica que se considera a los habitantes de esa zona como hombres libres, mientras el Senado de Roma así lo determine. Menciona a unos siervos hastienes, que podrían ser de habitantes de Asta Regia.
La traducción es la siguiente: «Lucio Emilio, hijo de Lucio, procónsul, decretó que los siervos de los Hastenses, que habitaban en la Torre Lascutana, fuesen libres. Ordenó que tuvieran la posesión y conservaran los campos y el núcleo urbano que hubieran poseído hasta ese momento, mientras quisieran el pueblo y el senado romano. Dado en los campamentos a doce días de las kalendas de febrero (19 de enero)».
Iglesia de San Jorge
Las investigaciones más recientes, realizadas por el historiador Ismael Almagro, arrojan que El Bronce de Lascuta no se habría encontrado en la Mesa del Esparragal, como tradicionalmente se afirma, sino que apareció en la iglesia parroquial del Mártir San Jorge de la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules cuando se procedió a realizar el ensanche de las capillas del Baptisterio y del Santo Entierro, en un terreno obtenido en 1863, siendo párroco Francisco de Paula Castro y Moreno.
Tras el hallazgo, la pieza pudo ser vendida, según la hipótesis principal, al ingeniero polaco Ladislas Lazeski, quien, más tarde, negoció con el Museo del Louvre, donde se conserva hasta ahora.
Para el PSOE, ante la ausencia de una prueba fehaciente de esta última hipótesis, debe prevalecer la noticia refrendada por el propio ingeniero, quien comunicó de forma oficial la noticia en París y ofreció detalles del lugar de las «pequeñas excavaciones» en las que apareció, cerca de una mina y de un campo con ruinas antiguas, «a seis kilómetros de Alcalá de los Gazules».
Éste no será el primer intento de recuperar esta importante parte de la historia de Cádiz. Ya se hizo en la década de los años ochenta, aunque sin éxito, según explica a ABC el alcalde de Alcalá de los Gazules, Javier Pizarro, quien, no obstante, está decidido a insistir.
Pizarro asegura que «el no ya lo tenemos. Ahora esperamos que el Ministerio de Cultura y la Consejería de Cultura se interesen para, al menos, intentarlo. Los vecinos están muy ilusionados. En los ochenta, el Louvre nos mandó una copia exacta de la pieza pero queremos recuperar el original». «Creemos que es de justicia porque apareció en Alcalá de los Gazules. Para ellos no es importante tenerla allí y para nosotros, sí. Es algo único», ha resaltado.
En el caso de recuperar la pieza arqueológica, el Ayuntamiento gaditano pretende exponerla en la Torre del Homenaje de Alcalá de los Gazules, una pequeña torre que se ha restaurado «y que vamos a musealizar. Entendemos que es su sitio», asegura el alcalde de la localidad.
Príapo, el dios maldecido con un falo gigante en perpetua erección
Su mayor presencia era en el mundo rural, puesto que era el símbolo del instinto sexual, de la fecundidad masculina, y el protector de las huertas y jardines
Representación de Príapo
Fuente: César Cervera | ABC
19 de agosto de 2018
Existe una pregunta recurrente en el mundo del arte griego: ¿Por qué las estatuas clásicas tienen el pene pequeño? La razón de las escasas dimensiones está relacionada con la idea de que un pene grande se vinculaba a lo rústico y a un escaso control de los impulsos y la incapacidad de actuar con moderación. «En la antigua Grecia, un pene pequeño era un aspecto codiciado por el macho alfa», explicó el experto en antigüedad clásica, Andrew Lear, profesor en Harward, Columbia y New York University a la web Quartz.
Los falos grandes eran motivo de burla entre las clases altas y los artistas del periodo. «Ciegos humanos, semejantes a la hoja ligera, impotentes criaturas hechas de barro deleznable, míseros mortales que, privados de alas, pasáis vuestras vida fugaz como vanas, sombras o ensueños misteriosos», se burla de los cuerpos desproporcionados Aristófanes, autor de obras de teatro, en una de sus obras. No obstante, en otros grupos sociales, sobre todo en las regiones rurales, se destilaba la adoración a un dios grotesco de un enorme falo: Príapo, el dios que fue maldecido por los pecados de su madre.
Hijo de Afrodita
Príapo era una antigua divinidad grecoromana que se representaba como un pequeño hombre barbudo, normalmente un viejo, con un pene desproporcionadamente grande. Su mayor presencia estaba en el mundo rural, puesto que era el símbolo del instinto sexual, de la fecundidad masculina, y el protector de las huertas y jardines. En este sentido, la población rústica empleaba este deidad y sus representaciones como fórmula mágica para neutralizar el mal de ojo contra la envidia de las personas y para potenciar la sexualidad.
Según la mitología griega, Príapo era hijo de Dionisio, dios del vino y el éxtasis, y de Afrodita, diosa de la belleza, el amor y el deseo. Esto es, el resultado de los dioses más desinhibidos del panteón clásico. No en vano, otras leyendas le achacan su paternidad a Hermes, Pan, Zeus e incluso Adonis. En esta versión, la diosa quedó embarazada de su antiguo amor durante uno de sus viajes a la India, sin que Dionisio lo supiera nunca.
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Hera –hermana y esposa del dios Zeus– castigó su falta de compromiso maldiciendo al fruto de su relación extramatrimonial
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Como castigo por engañar al ingenuo de Dionisio, Hera –hermana y esposa del dios Zeus– castigó su falta de compromiso maldiciendo al fruto de su relación extramatrimonial.
A causa de los celos de Hera, Príapo fue condenado a tener su falo siempre en erección y, lo que es más grave para el dios del instinto sexual, a no poder reproducirse (otras versiones dicen que su maldición era a no ser amado por ninguna mujer). Hoy, de hecho, se denomina priapismo a la dolorosa enfermedad que provoca la permanente erección del pene sin apetito venéreo. Se considera que una persona sufre de priapismo cuando el pene se encuentra en un estado de erección sin estimulación física y psicológica durante un largo periodo (varias horas).
El falo en Roma
En la antigua Roma solía erigirse una estatua en honor a Príapo portando fruta entre sus ropas y una hoz en una de sus manos, mientras sus hinchados genitales permanecían en una posición erguida, cuya función principal era la de atraer la buena fortuna en las cosechas.
Su presencia era bastante habitual en las zonas de influencia helenística como es el caso del sur del país. En unas excavaciones llevadas a cabo en la ciudad de Pompeya, los arqueólogos hallaron un grabado de Príapo en la «Casa de los Vettii», representado con su imponente erección sobresaliendo por debajo de su túnica.
Estatuilla galo-romana de bronce de Príapo o Genius descubierto en el norte de Francia
La representación de este pene fue objeto de la investigación hace varios años del doctor Francesco Maria Galassi, quien, tras observar el susodicho fresco se percató de que el «miembro viril tiene una fimosis patente. Más concretamente, una fimosis cerrada», apuntó el experto en declaraciones recogidas por «Live Science». A su vez, el experto remarcó lo sumamente extraño que le ha parecido hallar esta característica en una pintura dedicada a una deidad de la fecundidad. ¿Tal vez la fimosis también formaba parte de la maldición de Hera?
Pero Príapo no fue la única divinidad de carácter fálico en Roma, véase el caso también de Genius o Mutino Titino. Según cuenta Plinio el Viejo, el guardián protector del mal de ojo era en Roma el dios Fascino, una divinidad de forma fálica que formaba parte de los sacra que las Vestales se encargaban de proteger.
Tras la caída del Imperio romano, se produjo una cristianización del culto fálico a Príapo y al resto de deidades de este tipo. Santos como Cosme y Damián, Nicolás, Eutropio de Orange, San Faustino, San Fiacro mantuvieron elementos que recordaban lejanamente a Príapo. Ya en el Renacimiento, se hace mención a los conocidos como «dedos gordos del pie de San Cosme», que, en verdad, parecen todo menos dedos.