Archive for 26 febrero 2018
Una enorme necrópolis romana sale a la luz en el centro de Florencia
Las sepulturas, tanto de incineración como de inhumación, han sido descubiertas durante la construcción de las nuevas líneas de tranvía de Florencia
Sepultura de inhumación. Sepultura de inhumación de época romana con ajuar funerario, excavada en el centro de Florencia. Foto: Monica Salvini
Fuente: ALEC FORSSMANN | NATIONAL GEOGRAPHIC
26 de febrero de 2018
Importantes restos funerarios del siglo I a.C., la fecha de fundación de Florentia, y una enorme necrópolis del siglo I d.C. están saliendo a la luz en el centro de Florencia como consecuencia de unas excavaciones arqueológicas paralelas a la construcción de nuevas líneas de tranvía, según explica Monica Salvini, la arqueóloga responsable, a National Geographic. En Via Valfonda, junto a la Estación de Florencia Santa María Novella, ha aparecido una gran fosa, conocida como bustum, que contenía vasijas importantes, desde terra sigillata decorada hasta ungüentarios en vidrio o terracota, fechadas entre finales del siglo I a.C. y comienzos del siglo I d.C., la época en que fue fundada Florentia por los romanos.
A poca distancia, en el Viale Belfiore, los arqueólogos han descubierto una treintena de sepulturas de incineración, del tipo ustrina o busta, e inhumaciones que se añaden a tantas otras tumbas similares recuperadas en 1871 y que formaban parte de la misma necrópolis. «Las sepulturas en fosa, donde se depositaba y quemaba el cuerpo del difunto (bustum), conservaban muchísimos clavos y ricos ajuares funerarios, formados por lucernas (algunas incluso conservaban las mechas), frascos para bálsamos, incensarios, jarras, ollas, espejos redondos y cuadrados, joyas y otros objetos fechados entre la mitad del siglo I d.C. y el siglo II d.C.», comenta Salvini.
Algunas de las lucernas halladas en los ajuares funerarios aún conservaban las mechas
«A lo largo del trazado del tranvía moderno, bajo los edificios modernos y sus planos medievales, han aparecido restos de época romana fechados entre el siglo I y el II d.C., entre ellos una villa en Piazza dell’Unità, en el lado oriental de Santa María Novella, y espacios para actividades industriales, por ejemplo una fullonica. De épocas posteriores, de los siglos V y VI d.C., hemos excavado restos reutilizados artesanales, pozos para fundir con muchos objetos metálicos, de los ambientes de la villa», concluye.
Estructuras antiguas. Estructuras antiguas excavadas junto a la Estación de Florencia Santa María Novella. Foto: Monica Salvini
Fullonica. Fullonica excavada en la Piazza Adua. Foto: Monica Salvini
Villa romana. Villa rústica romana excavada en Piazza dell’Unità. Foto: Monica Salvini
No es una guía de autopistas, es un mapa de calzadas romanas
Muchas de las autopistas han sido construidas sobre las antiguas vías de comunicación del Imperio Romano
Fuente: EMILIO SÁNCHEZ HIDALGO | Verne – EL PAÍS
26 de febrero de 2018
Un repaso a parte del legado de los romanos en España: nuestro idioma, procedente del latín; el nombre de muchas ciudades, como Zaragoza; o algunos de nuestros monumentos icónicos, como el acueducto de Segovia. Este tuit, con más de 6.000 retuits en sus primeros tres días de publicación, señala otra aportación: las vías de comunicación.
Dos imágenes con las que nos hacemos una mínima idea de lo que fue el Imperio romano.
Foto 1: Calzadas romanas en Hispania.
Foto 2: Autopistas y autovías actuales. pic.twitter.com/2L1MSlobzz— David Montañez (@davidmocli24) 23 de febrero de 2018
Los mapas proceden del libro Aventuras ibéricas, del hispanista Ian Gibson. Puedes comparar el mapa de calzadas y el de autopistas y autovías con más detalle a continuación.
Calzadas
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Autopistas y autovías
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Algunas de las ciudades más importantes de Hispania en el Imperio Romano lo siguen siendo en la actualidad, de ahí que las calzadas romanas y la distribución actual de carreteras se parezcan. «No solo pasa en España. En otros países como Italia, Grecia o la antigua Yugoslavia comparten trazados», dice a Verne por teléfono Isaac Moreno, ingeniero civil del Ministerio de Fomento y especialista en ingeniería antigua.
La distribución de las autopistas actuales y de las calzadas es parecida por las ciudades que conectan, pero es que en algunas ocasiones las primeras incluso han sido construidas encima de las segundas. «Las calzadas, como las carreteras de hoy, están hechas por ingenieros. Sabían cuáles eran los mejores corredores por los que trazar las calzadas. Estudiaban cómo sortear la complicada orografía de la península. Es normal que coincidan con los diseños modernos», indica Moreno. Es decir, el mejor recorrido para una calzada era el mismo hace siglos que para una carretera actual.
Ese es el motivo por el que muchas calzadas romanas se han perdido para siempre bajo kilómetros y kilómetros de autopistas. «Somos tan brutos que se han hecho algunos destrozos para los que ya no hay remedio. Hay muchísimas autopistas que van justo por encima de las calzadas romanas, lo que supone una pérdida de patrimonio impresionante», dice Moreno. El experto asegura que esta destrucción empezó en el siglo XVIII, cuando arrancó el desarrollo de la actual estructura radial de carreteras (por entonces solo eran caminos). Los campos de cultivo también han sepultado muchas calzadas romanas.
Un ejemplo de calzada romana bajo una carretera. Isaac Moreno (Vías romanas e infraestructuras modernas)
Moreno asegura que en el mapa de Aventuras ibéricas hay algunas imprecisiones. «Se sabe muy poco de la verdadera distribución de las calzadas romanas. No están todas las que son, ni son todas las que están», especifica. Asegura que la parte mejor estudiada es el norte de la península.
¿Cómo eran las calzadas romanas?
«Existe la idea popular de que la superficie de las calzadas romanas era un empedrado de grandes losas, pero no es así», explica Moreno. En realidad, las calzadas romanas que conectaban sus ciudades tenían una superficie de gravilla o zahorras. «Si fueran como vemos en las películas, no serían prácticas para los carros y los caballos», añade.
La imagen clásica que tenemos de las calzadas romanas sí se corresponde con el aspecto que tenían las vías urbanas, es decir, las calles dentro de las ciudades. Las calzadas tenían una estructura de varios niveles, con una cimentación en la que sí destacan las piedras grandes.
La actual red de autopistas y autovías es radial, con una serie de autopistas que parten de Madrid. Sin embargo, el centro de la península ibérica no era tan importante para los romanos. Según Moreno, la calzada principal era la que conectaba León con Tarragona, pasando por Zaragoza o Burgos. «Era una vía de riqueza. Todo el oro que los romanos extraían de Las Médulas llegaba a Roma a través de esta calzada», dice Moreno.
El experto en calzadas también destaca la ruta que conectaba Zaragoza y Mérida, «coincide en varios tramos con la A-2 y la A-5», y la que unía Mérida y Salamanca, un tramo de la Vía de la Plata.
«Las calzadas romanas son las grandes desconocidas de la ingeniería romana», considera Moreno, autor de un mapa detallado online de las calzadas romanas en Castilla y León. En este vídeo explica que eran construidas por empresas privadas, las constructoras de la época.
Las bacanales que prohibió Roma
Un estudio de Pedro Ángel Fernández Vega recoge las noticias sobre estas reuniones en Roma y el escándalo que solían conllevar, y explica por qué se decidió proceder a una regularización legal de ellas en el 186 a.C.
«La bacanal de los andrios», de Tiziano
Fuente: David Hernández de la Fuente | LA RAZÓN
25 de febrero de 2018
Dioniso, el Baco romano, era el más importante, sin duda, de todos los dioses en la antigüedad clásica, por su especial interacción con los seres humanos. Y es la divinidad que hoy se nos antoja más interesante para comprender la historia social y cultural de la antigua religión grecorromana, como el dios que, en cierto modo, acercaba a los hombres a la categoría divina, ya fuera mediante un proceso extático de deificación temporal o a través de sus renombrados misterios: los orgia y la teleté dionisíacos, en las llamadas bacanales, han sido objeto de estudio desde hace varios siglos en la moderna historia de las religiones y siguen ejerciendo una notable fascinación no solo entre los estudiosos sino también entre el público general, por la gran recepción de Dioniso en la modernidad –de Nietzsche a esta parte– como el dios que acaso mejor permite comprender al hombre moderno. La locura colectiva que encarna el baile extático y los ritos grupales de los seguidores de Dioniso en la antigüedad ha sido a veces comparada –sobre todo desde la llamada «escuela de ritualistas de Cambridge», como J. Harrison y G. Murray, pero especialmente desde el genial libro de E.R. Dodds «Los griegos y lo irracional» (1951)–, con experiencias de trance colectivo de otras épocas, desde el medievo a la religión de diversos pueblos del mundo llamado «primitivo» por la antropología victoriana. Superada ya la añeja tesis de E. Rohde (1893) sobre la procedencia no griega de las bacanales y del menadismo, los componentes extáticos del culto de Dioniso en Grecia se dan por autóctonos. La consideración de estos, como se hacía en el enfoque positivista del siglo XIX, como meros mitos ha quedado también atrás. Se decía que el menadismo recogía una representación mítica en la literatura y el arte, en Eurípides y en los vasos griegos, más que una realidad histórica. Esto era partir de la base de que hay dos ámbitos diferentes, es decir, mito y realidad, fantasía y verdad histórica, en la llamada religión griega, una idea que está en la base de la clasificación positivista de las fuentes literarias acerca de las bacanales. Mucho se ha avanzado desde entonces, no solo desde la antropología, la historia de las religiones y la filología clásica, sino también desde el punto de vista arqueológico y de la cultura material, en el conocimiento de las bacanales.
Es interesante considerar cómo el culto de Dioniso se extiende no solo en el mundo griego sino también en el romano a la hora de interpretar los matices del dionisismo en su «longue durée». Es difícil subestimar el impacto cultural del dionisismo en Grecia y Roma desde los orígenes a la época imperial tardía. Pero mientras que otros dioses y héroes griegos –pienso en Apolo o en Heracles– tuvieron una pacífica transición al imaginario religioso y las prácticas rituales romanas, la inserción del dionisismo en la cultura romana fue ciertamente traumática desde el escandaloso asunto de las bacanales de 186 a.C., duramente reprimido por el Estado romano. El culto se consideró entonces una amenaza para la seguridad del estado y se nombró una comisión de investigación, incoándose diversos procesos legales. El Senado decretó la supresión oficial del culto en toda Italia, salvo en ciertas circunstancias, e impuso la pena capital para los instigadores de las bacanales. Tito Livio, en tiempos de Augusto, retoma el tema con una agenda historiográfica y literaria distinta. El escándalo se resolvió en este célebre decreto que reguló el culto limitando el número de participantes en los ritos, es un episodio clave para analizar la perspectiva sociopolítica de un dios del que, demasiado a menudo, se dijo que era «apolítico». No lo era, desde luego, en las «poleis» griegas, contra la opinión de H. Jeanmaire (1951), pues tenía una clara inserción en el discurso cívico, por ejemplo, de Atenas, a través del teatro. Ni tampoco lo fue en Roma, sino que admite una lectura acaso «revolucionaria» que se ve en la lectura marxista que se ha hecho desde la historiografía del siglo XX de este episodio y también de la vertiente popular del dionisismo ya desde la época de las tiranías griegas, como estudió Dabdab Trabulsi.
Sexualidad y desenfreno
Pero más allá del papel de Dioniso como dios que integra lo rural en lo urbano (como se ven en el calendario festivo ateniense) o cohesiona las diversas clases sociales con especial atención en las populares, el problema de las bacanales en Roma recuerda las importantes objeciones sociales que existían frente a la sexualidad y el desenfreno dionisíacos. Un ejemplo son los posibles embarazos que pudieran resultar de la actividad de las mujeres en los tíasos históricos, que mal se armonizaban con el control social de la sexualidad y el de la embriaguez en espacio público, aunque las más de las veces los rituales tenían lugar en una «no man’s land» allende las fronteras de la ciudad-estado. Es muy notable la existencia de una inscripción helenística en Mileto que regula aspectos rituales del menadismo, como la ingesta de carne cruda, en nombre de la ciudad, como parte del ordenamiento jurídico de las leyes sacras. El control legal del dionisismo en la historia antigua por parte de los que han intentado legislar sobre el culto siempre fue problemático. Aparte del ejemplo conocido del citado senado consulto sobre las bacanales de 186 a.C. y la ley de Mileto de 276 a.C., hay otros testimonios que dan fe del éxito de las congregaciones dionisíacas en el mundo grecorromano en un auténtico «boom» desde la época helenística a la tardorromana. Dioniso es interesante como una sublimación de lo excepcional fuera de la «polis», como paréntesis de caos regulado e imprescindible para que exista el orden. Estaba claro que el trasfondo ritual del menadismo histórico y de las bacanales se centraba en la problematización del rol social de la mujer como sacerdotisa fuera de la ciudad. Es un asunto relevante en el campo de los estudios de género.
Hoy tenemos un excelente repaso al caso histórico del Senado consulto «De Bacchanalibus» en el libro «Bacanales: el mito, el sexo y la caza de brujas» (Siglo XXI) de Pedro Ángel Fernández Vega. Siguiendo los pasos de Tito Livio y las noticias antiguas sobre el escándalo de las bacanales en Roma, que llevó a la regulación legal del 186 a.C., Fernández Vega estudia los años de la llegada del culto de Baco a Roma y las postrimerías políticas y religiosas de este caso que amenazaba con subvertir el orden social establecido. El libro disecciona el célebre «senatus consultum», conservado en una inscripción latina descubierta en el siglo XVII, y la problemática cuando las élites comenzaron a participar en el culto. La subversión dionisíaca tenía mucho de utópica y podía ser incómoda para el poder. Lo cierto es que el alcance de esta ley no tenía precedentes y anticipa las medidas del estado romano en la antigüedad tardía contra cristianos o maniqueos, en época de Diocleciano y sus sucesores, y luego la legislación antipagana de Teodosio y Justiniano. El asunto tiene las exageraciones características de la persecución religiosa amplificada con fines políticos. Una «caza de brujas» que no pudo frenar la expansión del dionisismo en la antigüedad tanto en el pueblo llano como en las élites intelectuales y políticas. Solo la llegada del cristianismo rivalizaría primero con estos populares misterios y los derrotaría después.
Imágenes de postal de Roma cubierta por la nieve
Fuente: EL PAÍS
26 de febrero de 2018
La ola de frío siberiano que estos días azota el continente llegó ayer a Italia. «Burian», como ha sido bautizada, ha provocado copiosas nevadas en el norte, con temperaturas que han llegado hasta los 20 grados bajo cero en algunas localidades.
Este lunes la ola de frío ha alcanzado el centro del país y la ciudad de Roma, donde no nevaba con tanta intensidad desde 2012.
La gran cantidad de nieve caida desde esta madrugada está provocando grandes molestias y problemas de tráfico a los romanos, pero está sirviendo también para que podamos ver inusuales imágenes de la Ciudad Eterna de una extraordinaria belleza.
La cúpula de la Basílica de San Pedro cubierta de nieve en Roma (Italia), el 26 de febrero de 2018. ALESSANDRA TARANTINO (AP)
Un cura cruza la calle nevada cerca del Arco de Constantino en Roma (Italia), el 26 de febrero de 2018. ALESSANDRA TARANTINO (AP)
El Coliseo a primera hora de la mañana durante la fuerte nevada en Roma (Italia), el 26 de febrero de 2018. REMO CASILLI (REUTERS)
El Foro Romano cubierto de nieve a primera hora de la mañana en Roma (Italia), el 26 de febrero de 2018. REMO CASILLI (REUTERS)
Los tejados de Roma cubiertos de nieve después de la fuerte nevada, el 26 de febrero de 2018. ALESSANDRA TARANTINO (AP)
Un hombre camina por el Circo Máximo de Roma mientras nieva, el 26 de febrero de 2018. ALESSANDRA TARANTINO (AP)
Tejados cubiertos de nieve en el centro de Roma (Italia), el 26 de febrero de 2018. REMO CASILLI (REUTERS)
Una bicicleta cubierta de nieve frente al Coliseo tras la fuerte nevada en Roma (Italia), el 26 de febrero de 2018. ALESSANDRA TARANTINO (AP)