Archive for 12 febrero 2015
Abrazados desde hace seis mil años
- Sorprendente descubrimiento: Un equipo de arqueólogos encuentra en el Peloponeso, al sur de Grecia, los restos de una pareja enterrada abrazada
- Según la datación por carbono 14, la pareja habría vivido en torno al año 3.800 a. d C. y podría tratarse del enterramiento más antiguo de este tipo encontrado hasta ahora
Imagen del hallazgo difundida por el Ministerio de Cultura griego. AFP
Fuente: AFP | EL MUNDO 12/02/2015
Un equipo de arqueólogos han hecho un sorprendente descubrimiento en el Peloponeso (al sur de Grecia): los restos de una pareja enterrada abrazada. Los esqueletos podrían tener más de 6.000 años de antigüedad, según ha indicado este jueves el Ministerio de Cultura en un comunicado.
La pareja, reducida ya a nada más que esqueletos, habría vivido en torno al año 3.800 antes de Cristo, según la datación por carbono 14, utilizada para determinar la edad de los materiales y fiable en muestras anteriores a los 50.000 años. Ha sido descubierta en una gruta en Diros, en el extremo sur de la península.
En su comunicado, el Ministerio explica que las «sepulturas dobles en forma de abrazo son muy raras y la de Diros es una de las más antiguas, tal vez la más primitiva encontrada hasta ahora».
Los tests de ADN prueban que se trata de un hombre y una mujer jóvenes, enterrados paralelamente, sus cuerpos en forma de ‘cuchara’.
Los trabajos de arqueología llevados a cabo en este mismo lugar también han permitido descubrir la tumba de un niño y la de un feto, además de un osario de cuatro metros de largo que contenía los restos de una decena de personas y que ha sido descrito como «único» para la época.
«Creemos que este lugar fue utilizado durante miles de años para enterrar cadáveres», precisa la nota del ministerio.
Roma restaurará el Templo de la Paz para el aniversario de la fundación de la ciudad
- El 21 de abril, aniversario de la la fundación de Roma, serán erigidas de nuevo 5 columnas que formaban parte del Templo de la Paz
- El superintendente Presicce: «Son de mármol egipcio del cuadripórtico que rodeaba el Templo; volverán exactamente al lugar donde estaban en tiempos de Vespasiano»
Fuente: Corriere della Sera
Imagen vía Il Messaggero
El Foro de la Paz resurgirá con la reconstrucción de cinco columnas ahora desaparecidas. «El objetivo – explica Claudio Parisi Presicce, superintendente de Bienes Culturales de Roma – es que el próximo 21 de abril, aniversario de la fundación de Roma, estén en pie las cinco columnas de mármol egipcio del cuadripórtico que rodeaba el templo, exactamente donde estaban en tiempos de Vespasiano». Los trabajos deberán iniciarse en la primera quincena de marzo.
El Foro menos conocido
«De los cinco Foros Imperiales, el Foro de la Paz, próximo al Foro Romano cerca de Largo Corrado Ricci, es el menos conocido, porque lamentablemente la mayor parte de los restos se encuentran bajo tierra – señala el superintendente capitolino Claudio Parisi Presicce -; pero de acuerdo con la Superintendencia estatal para los Bienes Arqueológicos de Roma esperamos ampliar con las excavaciones la superficie visible. El objetivo es conseguir que el Foro, que en este momento no es percibido por los ciudadanos, resurja el 21 de abril, cuando el Foro de la Paz se iluminará por la noche como parte del proyecto más amplio de iluminación de todos los Foros de Storaro». Y añade: «Hoy, cerca del Foro Romano, hay dos secciones del cuadripórtico que rodeaba el Foro de la Paz. El segmento situado en el lado derecho de los Foros Imperiales en dirección al Coliseo conserva una serie de fragmentos de columnas de mármol egipcio que han sido estudiadas y recompuestas. Ahora se podrá volver a erigir las cinco columnas. Esto conlleva trabajos técnicos muy sofisticados que tengan en cuenta todas las normas sísmicas. En la mayoría de ellas añadiremos del suelo un segmento de la cubierta de mármol del pórtico». «La excavación de esta área se remonta a finales de los años treinta, cuando se construyó la Vía del Imperio, en la actualidad Vía de los Foros Imperiales – continúa el superintendente – y desde entonces todos estos elementos yacían en el suelo».
Investigadores de Porcuna (Jaén) descubren el anfiteatro romano de la antigua Obulco
Lo sitúan «entre los de mayores dimensiones del Imperio» con un aforo que «superaría con mucho los 10.000 espectadores»
Foto: EUROPA PRESS / ARQVIPO
Fuente: EUROPA PRESS 12/02/2015
Investigadores de Porcuna (Jaén) han descubierto los restos del anfiteatro de la ciudad romana de Obulco a raíz de los trabajos de ajardinamiento que el Ayuntamiento realiza en una de las áreas de expansión del casco urbano.
Así lo ha informado este jueves en una nota el Grupo de Arqueólogos e Investigadores de la Historia de Porcuna (Arqvipo), encargado de desarrollar esta intervención arqueológica, previa a los trabajos de limpieza y adecuación que el Consistorio ejecuta en un lateral de la barriada del Hoyo Mendo.
En concreto, se han identificado unos restos pertenecientes a un monumental edificio que, según las investigaciones en curso, pertenecerían al anfiteatro del Municipium Pontificiensis Obulco, que era como se llamaba la ciudad de Porcuna en época romana.
Se trata de una sección de varias decenas de metros de la fachada sur del edificio de espectáculos de esta importante ciudad de la romana provincia Bética. Las estructuras de los muros, de impresionante sillería almohadillada, configuran un lateral elíptico donde se alternan los pilares y vanos de la fachada.
Los restos evidencian una mínima parte del conjunto que hoy subyace bajo las construcciones actuales. Hay zonas perdidas por expolios cometidos en los últimos cinco siglos. «Las magnitudes y geometría de los restos hallados hablan de un edificio que supera ampliamente el centenar de metros en el lado mayor de la elipse, situándose entre los de mayores dimensiones del Imperio», han añadido.
A falta de concretar datos, los expertos estiman que «su aforo superaría con mucho los 10.000 espectadores». Además, por la comparación de las técnicas constructivas, se puede fechar su construcción en los años centrales del siglo I d.C., algo antes de la construcción del mayor de estos edificios, el Anfiteatro Flavio, o Coliseo, de Roma, edificado a partir del año 70 d.C.
Arqvipo ya venía trabajando desde hace más de una década en la ubicación exacta de este edificio, siguiendo la pista de una cita del anticuario Juan Fernández Franco en el siglo XVI, rescatada en una publicación científica del profesor Gozalbes Cravioto en el año 2000.
ENORME PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
Este hallazgo evidencia una vez más la alta romanización cultural de estas tierras de campiña del Medio y Alto Guadalquivir y se suma al enorme patrimonio arqueológico de Porcuna. Al respecto, ha recordado que este hecho fue singularizado el pasado mes de julio por la Junta de Andalucía con la Declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de Zona Arqueológica de 18 grandes sectores del yacimiento urbano de la localidad donde se incluye el área del Anfiteatro.
Tanto los integrantes de este grupo como el alcalde del municipio, Miguel Moreno, han destacado que el hallazgo «supone un gran revulsivo para la localidad, confirmándola en la primera división de la ciudades romanas de Hispania, junto a Córdoba, Mérida, Tarragona o Italica».
Los investigadores han añadido que existen restos conocidos de 18 anfiteatros en Hispania, siete de ellos en Andalucía y, concretamente, seis en la antigua provincia romana Hispania Ulterior Baetica (aunque hay noticias dudosas de alguno más), de entre los cuales éste de Porcuna fue de los más grandes y monumentales.
«Se está trabajando en un proyecto de conservación de los restos y una publicación monográfica sobre los mismos, al mismo tiempo que se estudian nuevas intervenciones que permitan un conocimiento más exhaustivo del monumento», han explicado los expertos.
CIUDAD MILENARIA
Porcuna es una ciudad histórica seis veces milenaria, con una compleja sucesión del espacio habitado. A caballo entre las campiñas de Córdoba y Jaén se ubica sobre un imponente conjunto de cerros amesetados del Mioceno en el valle medio del río Salado, afluente de la margen izquierda del Guadalquivir. Cuatro décadas de estudios de arqueología científica sobre este territorio han ido poniendo de manifiesto su trascendental pasado con restos muy relevantes dentro del patrimonio histórico de Andalucía.
De ellos, sobresalen los asentamientos amurallados prehistóricos de los sectores de Los Alcores y Albalate, las esculturas de la necrópolis ibérica del Cerrillo Blanco –el conjunto conocido más amplio y rico de escultura ibérica–, el barrio de grandes casas romanas del sector San Benito o el castillo con su magnífica Torre Nueva o de Boabdil. A ellos se suma ahora el identificado anfiteatro de la ciudad romana, con un considerable potencial.
Virgilio Ortega rastrea el origen de mil palabras soeces en «Palabrotalogía»
Políglota y profundo conocedor de la cultura grecolatina, Virgilio Ortega viaja «en el tiempo» a la antigua Pompeya, poco antes de que desapareciera bajo las cenizas del Vesubio, para documentar en un libro el origen de más de mil palabras soeces. Y lo hace «con mucho humor y pocos prejuicios»
Fuente: Ana Mendoza – EFE | Fundéu BBVA 12/02/2015
El resultado de ese viaje es Palabrotalogía, una obra amena, culta y «nada pacata», publicada por Crítica, que guarda una estrecha relación, incluso en el neologismo del título, con Palabralogía, el libro en el que Ortega reconstruía la etimología de centenares de voces de la lengua española.
La diferencia es que ahora el autor, director editorial durante más de cuarenta años en Salvat, Orbis, Plaza & Janés y Planeta DeAgostini, se centra sobre todo en las palabras «guarras» que, como afirma en una entrevista con Efe, «son tan buenas e interesantes como “las otras”, pero quizá por un pudor incomprensible han sido menos estudiadas por los especialistas».
Ortega elige Pompeya, porque el volcán fue «una tragedia» para sus habitantes, pero «un privilegio para nosotros: ha congelado la ciudad en el tiempo».
Se conservan sus edificios y obras de arte, y también las palabras que los pompeyanos habían escrito en las termas, en las escuelas de gladiadores, en los mosaicos de los suelos, en los lupanares.
«Hay más de diez mil grafitos», comenta este autor que, cuando menciona en su libro los nombres de varias prostitutas o del «rufián» del lupanar, no se los inventa sino que los toma de esas inscripciones.
Los grafitos son de todo tipo: políticos, gladiatorios y amatorios. Entre estos últimos, algunos son muy poco románticos: «Aquí me tiré a la tira de tías», dice uno. «Nada más llegar aquí, jodí y me volví a casa», afirma otro.
En una letrina pública, por ejemplo, hay un elocuente escrito en una de sus paredes: «Encolpius hic bene cacavit» (‘Encolpio aquí cagó bien’), señala Ortega antes de recordar que con el verbo cagar (del latín cacare) tienen que ver cagadero y cagatorio (el lugar donde se caga).
A Diógenes le gustaba defecar en el ágora y, cuando alguien se lo reprochaba, decía: «Si comer en el ágora no es indecente, tampoco lo será el descomer».
Y ya metidos en palabras «guarras», el autor, apasionado de las etimologías, comenta que mierda viene del latín merda, que se conserva tal cual en catalán, gallego e italiano.
Y la orina, del latín urina. De ella derivan los urinarios. Sin la lengua del imperio romano «tampoco podríamos “mear”», del latín vulgar meiare y del latín clásico meiere. Y ese verbo significa lo mismo que mingere, del que vienen micción y mingitorio (el lugar donde se mea).
Como si se tratara de «un ensayo novelado», Ortega recrea la vida en Pompeya en el verano del 79, «muy poco antes de la gran catástrofe»; se inventa personajes y diálogos y cita a autores como Petronio, Catulo, Marcial, Cicerón, Ovidio y Juvenal.
Al visitar las termas públicas de Pompeya, el autor ve que las aguas están un poco «guarras», un término que procede de la voz onomatopéyica «gorr-gorr» o «guarr-guarr». Y de ahí derivan gorrino, gurriato, gorrón, gorrona o guarrería
En un grafito de las termas se dice: «Si alguien quiere joder, que busque a Ática. Son 16 ases». Un verbo, el de joder, que viene del latín futuere. En italiano se dice fottere, en francés foutre, en catalán fotre y en gallego y portugués foder, afirma Ortega.
El falo está representado por toda Pompeya y a veces está esculpido en las losas del suelo. «Mal lugar para tropezar», reconoce este políglota, que sabe latín, griego, inglés, francés, italiano, catalán y es un estudioso de los jeroglíficos egipcios.
De hecho, uno de los iconos más famosos de Pompeya es un potente falo con dos turgentes testículos, bordeados por la inscripción latina Hic habitat felicitas (‘Aquí habita la felicidad’).
Y hay grafitos fanfarrones: «Ventaja, y no pequeña, tengo en mi gran carajo: ninguna mujer puede resultarme demasiado ancha». «¡Y luego dicen que el tamaño no importa!», añade el autor antes de recordar que carajo viene del latín characulum (‘palo’, ‘verga’), igual que el gallego carallo y el portugués caralho.
En latín existen más de cincuenta palabras para mencionar la profesión de «puta», entre ellas «meretrix» (meretriz), «concubina» (con quien se comparte otro lecho o cubículo, sin estar casado con ella) y «culiola» (del latín culus, culo, por ofrecer coito anal). En Pompeya hay una «culibonia», pues tiene «un buen culo», comenta Ortega.
Y a veces utilizan eufemismos para designar la forma de reclutar clientes: la «prostibulatrix» se queda ante su «prostibulum», la «circulatrix» prefiere circular, «hace la calle».
Otros eufemismos son de carácter animal, como «lupa» (loba) o «pecora» (cabra, oveja), de donde viene lo de «mala pécora».
El hombre que techó el imperio romano tenía conexiones catalanas
La arqueóloga Isabel Rodà revive al fabricante de tejas Herennius Optatus
Isabel Rodà, junto a las murallas romanas de Tarragona. / JOSEP LLUÍS SELLART
Fuente: JACINTO ANTÓN | EL PAÍS 12/02/2015
En la época de los sucesores de Nerón, los Flavios, en el siglo I después de Cristo, un hombre muy emprendedor, Lucius Herennius Optatus, inundó con sus tejas buena parte del imperio romano, en el arco mediterráneo occidental de Europa. Las tegulae (tejas) con su marca han aparecido desde el sudeste de la península ibérica hasta la mismísima Roma y la Campania, pasando por la Provenza y la Liguria. Saludado como «el ceramista que techó todo un imperio», Herennius Optatus es un personaje del que no sabemos a ciencia cierta demasiado y al que ahora la arqueóloga Isabel Rodà le ha descubierto posibles conexiones con el territorio que en la actualidad es Cataluña.
El Rey de la Teja, adelantado del negocio inmobiliario, habría tenido fábrica en Mataró (Iluro) y familiares en Barcelona (Barcino), según la arqueóloga Isabel Rodà, que dedica al individuo —y a la ciencia de la epigrafía (reivindicando la menor)— su discurso de entrada hoy en la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona (contestado por Enrique Ruiz-Domènec).
“El centro principal de producción de Herennius Optatus estaba en Fréjus, en la Galia”, explica Rodà, “pero en Mataró nos salen muchas tejas. Mi hipótesis, más que verosímil, apoyada en análisis muy pormenorizados del material, es que había otro centro de fabricación, en la zona del Maresme”. Rodà no tiene claro si Herennius era “un galo que vino aquí o uno de la costa layetana que se fue allá”, pero considera muy relevantes las coincidencias de nombres que apuntan a que el empresario de las tejas estuviera emparentado con notables personajes de Barcino. No descarta incluso que formara parte de uno de los poderosos lobbys de libertos de la ciudad. Sería rico. “Muy rico, colocó sus productos por todo este arco mediterráneo”.
La teja, recuerda la arqueóloga, era un elemento fundamental del mundo romano, un modelo que no cambiaría en mil años, un elemento multiuso que sirvió tanto para cubrir una casa como una cloaca o una sepultura y que “hubiera merecido ganar un FAD”. Nuestro hombre se especializó en fabricar la teja plana. “Con esa teja y mortero hidráulico los romanos impermeabilizaban lo que fuera”.
Hablar con la doctora Rodà es siempre una delicia. Empieza por mostrar en el móvil, con orgullo de matrona, no las fotos de sus cuatro nietos sino el espléndido busto del emperador Adriano hallado recientemente en Murcia (yacimiento de los Torrejones, Yecla). De ahí pasa a las novedades sobre geografía militar romana, las guerras sertorianas, el yacimiento de Camp de les Lloses en Tona (Osona), y a deplorar el escaso eco que se ha hecho el Ayuntamiento de Barcelona del bimilenario de la muerte del emperador Augusto, al cabo fundador de la ciudad de Barcino.
«Jaume Ciurana, teniente de alcalde de Cultura y hombre interesado en la arqueología, dice que se hará algo ahora en 2015”, suspira, “pero me parece arribar a misses dites. Cosas del Tricentenario, imagino”. La erudita aprovecha para criticar la hipótesis del cambio de orientación del templo de Augusto de Barcino, que propone girarlo 90 grados. “¿Por qué iba a mirar el templo hacia el Tibidabo? Los romanos no hacían las cosas porque sí, y eso no tiene sentido programático ni urbanístico ni religioso ni nada”.
La catedrática de Arqueología de la UAB e investigadora del ICAC está emocionada con su ingreso en la Reial Academia de Bones Lletres, especialmente porque ocupa el lugar de Frederic Udina i Martorell, que fue decisivo en su carrera y que veló por ella de joven hasta el punto, ríe con ternura, de que al enviarla a Italia en tren en 1968 “se aseguró de que yo no saliera del vagón para no tener problemas por la ebullición del mayo francés”.