Archive for 2 febrero 2015

Catas arqueológicas para localizar la Vía Augusta en Guardamar

Su trazado constituye hoy en día el principal eje de comunicación con el resto de Europa

Via-Augusta-Sagunt

Una cicloturista en la carretera romana Vía Augusta, después de pasar Sagunto

Fuente: CRISTINA VÁZQUEZ   |  EL PAÍS      02/02/2015

La Generalitat realizará catas arqueológicas en la zona norte de Guardamar para localizar el paso de la Vía Augusta, calzada romana de 1.500 kilómetros que atraviesa España desde Cadiz a los Pirineos, en su mayor parte por el litoral mediterráneo. El secretario autonómico de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, Victoriano Sánchez-Barcáiztegui, lo ha confirmado durante la apertura de la exposición «La Vía Augusta en el territorio de Guardamar del Segura», en la que se muestra el Plan Director de Recuperación de la Vía Augusta en la Comunidad Valenciana.

Guardamar del Segura tuvo mucha importancia en la época fenicia y, aunque se sabe que la Vía Augusta pasaba por aquí, no está exactamente delimitada, de ahí la necesidad de hacer las catas arqueológicas. Una vez ya localizada, la Generalitat podrá desarrollar el proyecto de recuperación de la vía.

La importancia de esta red viaria es tal que hoy en día constituye el principal eje de comunicación de nuestro país con el resto de Europa. Autopistas, carreteras y ferrocarriles siguen básicamente hoy su trazado, constituyendo un poderoso elemento económico y de cohesión interna.

El secretario autonómico de Infraestructuras ha resaltado que la Generalitat, a través del Plan Director de Recuperación de la Vía Augusta que ahora se expone, «tiene previsto adecuar y revalorizar este camino para uso y disfrute de los ciudadanos» y que lo podrán recorrer a pie, en bicicleta o a caballo.

Para ello, la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente habilitará un recorrido con continuidad en toda la Comunitat, de carácter eco-turístico y cultural, dotándolo de instalaciones complementarias como albergues, centros de información, áreas de descanso, etc. Además, los transeúntes podrán reposar o alojarse en albergues inspirados en las mansiones romanas (edificios de hospedaje para los viajeros romanos), que se emplazarán convenientemente en las áreas previstas.

La Vía Augusta atraviesa las provincias de Castellón y Valencia a lo largo de 280 km, desde el río Sénia (límite con Tarragona) hasta La Font de la Figuera (prolongándose por Albacete). A partir de aquí, se ha identificado un ramal de 170 km en la provincia de Alicante que, descendiendo por el río Vinalopó, alcanza Cartagena pasando por Elda, Aspe y Elche. Este eje vertebrador, que atraviesa la Comunitat de Norte a Sur a lo largo de 450 km, se completa con la Via Dianium, trazado de 180 km que conecta las poblaciones costeras desde Albalat de la Ribera hasta Alacant. En total, la civilización romana dejó su huella a lo largo de 630 km en la Comunidad Valenciana.

El paso de la cultura romana en su recorrido por la Comunitat puede observarse a través de restos de la propia calzada, que en algunos casos mantienen su señalización con los primitivos miliarios, restos de mansiones, puentes, villas, arquitectura, toponimia, etc. Uno de los elementos más importantes de la Vía Augusta a su paso por la Comunidad es el Arc de Cabanes, en Castellón.

La exposición «La Vía Augusta en el territorio de Guardamar del Segura» podrá visitarse hasta el mes de abril en el Museo Arqueológico de Guardamar.

Dos itinerarios

Si se analiza el mapa de distribución del poblamiento romano en Guardamar, se estudian dos itinerarios para el recorrido de la calzada por el tramo final del río Segura: el recorrido costero que busca la gola del río y el que parece coincidir con el registro arqueológico, pasando la desembocadura mediante un puente de barcas.

Son dos los asentamientos que han deparado materiales romanos en el margen derecho del curso fluvial: el Castillo de Guardamar será uno de los principales yacimientos, a pesar de no haberse documentado restos arquitectónicos. Sin embargo, el hallazgo de abundante material cerámico de los siglos II a.C. hasta el IV d. C y la presencia de dos esculturas (un mercurio de bronce y un fragmento de una de mármol) remarcarían su carácter sobresaliente.

El segundo asentamiento, conocido como el Cabezo Pequeño del Estaño, se localiza aguas abajo del curso del río. Las intervenciones arqueológicas realizadas en los años 90 descubrieron un pequeño núcleo rural dedicado a la explotación agropecuaria del entorno, con materiales fechados entre el siglo I a. C. y el siglo II d. C.

La Vía Augusta enlazaría mediante otros ramales o caminos secundarios con la fachada marítima, con el fin de conectar con los fondeaderos o embarcaderos costeros. En el tramo de costa que va desde la desembocadura del Segura hasta el Cabo Cervera, se ha documentado un modelo de poblamiento asociado con los recursos del mar y sus derivados: pesca, sal y quizá industrias de salazón.

2 febrero 2015 at 8:47 pm Deja un comentario

Egipto y las raíces de Grecia: La influencia de la cultura egipcia en la antigua Grecia

La milenaria cultura del antiguo Egipto despertó fascinación entre muchos griegos, que vieron en ella el origen de su propia civilización

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El castigo de las hijas de Dánao. Las danaides vierten agua en un recipiente que nunca se llena, como castigo por matar a los hijos del rey Egipto. Panel por John Singer Sargent

Por Jesús Carruesco. Instituto Catalán de Arqueología Clásica. Universidad de Tarragona, Historia NG nº 133

En el siglo V a.C., cuando el historiador griego Heródoto viajó a Egipto en busca de información para su historia de las guerras médicas, se encontró frente a frente con un mundo sin parangón con el de Grecia. Por un lado estaba el cambio de escala física: el inmenso río Nilo, el desierto, los grandes monumentos de la civilización faraónica… Por el otro, Heródoto quedó impactado por la profunda religiosidad y sabiduría de los sacerdotes y escribas de los templos de Sais y otras ciudades del Delta con los que conversó. Egipto se le apareció entonces como un país con una historia y unas tradiciones de insondable antigüedad; tanto que, en su opinión, la propia cultura griega debía de derivar de la egipcia en muchos aspectos. Por ejemplo, la mitología: «Los nombres de casi todos los dioses han venido a Grecia procedentes también de Egipto», aseguraba el cronista jonio.

Desde entonces, la fascinación por Egipto y su civilización milenaria ha sido una constante en el mundo occidental. La cultura egipcia siguió teniendo un prestigio inigualable en todo el mundo antiguo, aun después de que el país fuera conquistado sucesivamente por los persas, los macedonios y, finalmente, por los romanos. Y hasta cuando la cultura faraónica quedó borrada por el cristianismo y por el Islam, muchos siguieron creyendo en la sabiduría milenaria de Egipto. Por ejemplo, en el Renacimiento muchos filósofos creían que la ciencia secreta de la alquimia había sido inventada por Hermes Trismegisto, un sabio rey egipcio al que se identificaba asimismo con el dios egipcio Tot. En el siglo XVIII, la Ilustración situó igualmente en el antiguo Egipto los orígenes de la filosofía y el pensamiento racional; ¿No había hecho ya Tales de Mileto, el primer filósofo griego, un largo viaje a Egipto, un siglo antes que Heródoto?

Pero en esa misma época surgió en Europa una interpretación totalmente opuesta a la anterior. El renovado interés por el arte de la antigua Grecia, que en las artes plásticas dio lugar al estilo neoclásico, condujo asimismo a imaginar que los griegos habían creado una cultura absolutamente original, sin deudas con las civilizaciones de Egipto o de Oriente. Es lo que se denominó el «milagro griego», considerado como el acta de nacimiento de la cultura occidental. En los siglos XIX y XX tal sería la visión predominante sobre la cultura griega, una perspectiva eurocéntrica y que sin duda minusvaloraba las aportaciones de otras civilizaciones de la Antigüedad.

La supuesta invasión egipcia

Rebelándose contra este planteamiento, en 1987 un profesor norteamericano, Martin Bernal, publicó una obra que desataría una gran polémica: Atenea Negra. Los raíces afroasiáticas de la civilización clásica. En ella, Bernal denunciaba motivos racistas y antisemitas en el triunfo de lo que llamaba el «modelo ario», la idea de que la cultura occidental tenía un origen exclusivamente griego, por tanto indoeuropeo. Basándose en un sinfín de argumentos míticos, históricos y lingüísticos, Bernal proponía reafirmar la influencia de Egipto y de Fenicia como elementos fundamentales en la formación de la cultura griega.

Una de las tesis más aventuradas de Bernal era la de que los egipcios conquistaron y colonizaron Grecia durante el II milenio a.C. El estudioso norteamericano veía un reflejo de este hecho en el mito de las cincuenta hijas de Dánao. Según la leyenda, Belo, rey mítico de Egipto, tenía dos hijos gemelos, Dánao y Egipto, los cuales tenían a su vez respectivamente cincuenta hijas y cincuenta hijos. El rey Egipto ordenó a sus hijos que se casaran con sus sobrinas, pero éstas huyeron con Dánao a Grecia, adonde las siguieron sus pretendientes. Al final se casaron, pero los jóvenes fueron asesinados en la noche de bodas, excepto uno, de quien descenderá el héroe Perseo.

Naturalmente, las lecturas históricas de los mitos son de dudosa validez, pues en ellos los hechos históricos se transforman combinándose con elementos ficticios. Resulta difícil de aceptar, por tanto, que el mito de las Danaides sea una prueba de la conquista y colonización de Grecia por los egipcios, entre otras cosas porque las Danaides no eran extranjeras, sino que volvían a la patria que había abandonado una de sus antepasadas, la heroína Ío.

Además, las pruebas documentales que aporta Bernal no parecen sostener su teoría de una colonización egipcia. Por ejemplo, la lista de lugares de Creta y del Egeo que se encuentra en la base de una estatua del templo funerario de Amenhotep III no se puede leer como una relación de territorios bajo el poder del faraón, pues el resto de los nombres que aparecen en el templo incluyen naciones que no eran vasallas de Amenhotep, como Asiria o Hatti. El conjunto de lugares y pueblos mencionados constituye más bien una especie de mapa del mundo conocido, presentado idealmente como rindiendo homenaje al faraón.

Entre Troya y Egipto

No por ello dejó Egipto de desempeñar un importante papel en el desarrollo del mundo helénico. Si la colonización egipcia de Grecia no parece haber existido nunca, están bien testimoniados, en cambio, intensos contactos comerciales entre ambas culturas. En la Edad del Bronce (II milenio a.C.), tanto la Creta minoica como las ciudades micénicas mantuvieron relaciones con el Egipto de los Imperios Medio y Nuevo. Así lo demuestran los numerosos objetos procedentes del Egeo que se han encontrado en Egipto y, a la inversa, objetos egipcios hallados en el Egeo. En muchos casos, las ciudades fenicias debieron de funcionar como intermediarias, pero también sabemos de individuos griegos que residían en Egipto, al menos temporalmente, y de egipcios instalados en Grecia, seguramente con fines comerciales. Ésa es también la imagen que la Odisea transmite de Egipto, una tierra de infinitas riquezas en la que fondean Menelao, rey de Esparta, y su esposa Helena a su regreso de la guerra de Troya y desde donde volverán a su reino cargados de objetos preciosos. Asimismo, el rey de Ítaca Odiseo, en una de las historias que inventa para esconder su identidad, se presenta como un cretense que residió siete años en Egipto, donde amasó una gran riqueza, antes de embarcarse en una empresa comercial con un fenicio.

¿Hubo influencia egipcia?

Durante el período arcaico, los contactos entre Grecia y Egipto alcanzaron un momento álgido con la fundación de Náucratis, una colonia comercial griega en el delta del Nilo. Autorizada por el faraón, se trataba de una colonia compartida por varias ciudades griegas con intereses comerciales en Egipto. Pronto Náucratis se hizo famosa en Grecia como un lugar de grandes oportunidades y donde llevar una vida de lujo y placer. La ciudad era conocida por sus prostitutas de lujo, como la legendaria Rodopis, a quien la poetisa Safo acusó de robar sus riquezas a su hermano, un comerciante griego establecido en la colonia. Una leyenda atribuía a Rodopis la construcción de la tercera de las grandes pirámides de Gizeh, la de Micerino.

Estos contactos comerciales favorecieron la llegada al mundo griego de influencias culturales egipcias. Así, en la arquitectura se han evocado orígenes egipcios para el orden dórico, y en las artes plásticas la huella egipcia se aprecia en las pinturas minoicas de la isla de Tera (Santorini) y en las esculturas de muchachos jóvenes, los célebres kouroi, típicas de la época arcaica. Del mismo modo, la influencia egipcia sobre la filosofía, las matemáticas o la medicina griegas parece haber sido considerable, aunque exista incertidumbre en cuanto a su extensión y hoy tienda a valorarse más la importancia de las civilizaciones del Próximo Oriente en la formación de la cultura griega. Comoquiera que sea, algunas tradiciones griegas presentaban a los egipcios como maestros de Grecia, y esa creencia se ha mantenido desde los romanos hasta Bernal. Hasta qué punto tienen razón sigue siendo objeto de debate, uno más de los misterios por resolver del antiguo Egipto.

Para saber más

Atenea Negra. Las raíces afroasiáticas de las civilizaciones clásicas. Martin Bernal. Crítica, Barcelona, 1993.
Memorias perdidas. Grecia y el mundo oriental. F. J. Gómez Espelosín. Akal, Madrid, 2013.

2 febrero 2015 at 3:20 pm Deja un comentario

Las urbes mediterráneas en la Antigüedad, del mito a la realidad histórica

  • Las ciudades en la antigüedad mediterránea, ciclo de conferencias del 3 al 9 de febrero en la Fundación Juan March de Madrid
  • Durante el final de la Edad del Bronce y el comienzo de la Edad del Hierro se establece una estrecha relación entre la literatura mítica y la arqueología de la cultura material
  • Thera, Atenas, Roma, Tréveris y Rávena son lugares clave para conocer la cultura clásica

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El mausoleo de Gala Placidia, Rávena, siglo V

Fuente: LIDIA GÓMEZ  | EL MUNDO    02/02/2015

De la enigmática Thera, a Atenas y Roma y a los adelantos que estas dos ciudades rebosantes de historia legaron a la civilización occidental, pasando por Itálica y la antigüedad en la Península Ibérica. Hasta llegar a Tréveris, la ciudad alemana que se convirtió a finales del siglo III en residencia de los emperadores de Occidente, o Rávena, poseedora de uno de los legados históricos más importantes de Italia.

La Fundación Juan March organiza del 3 al 19 de febrero el ciclo de conferencias Las ciudades en la antigüedad mediterránea. La temática girará en torno a las ciudades europeas más destacadas del mundo clásico, aquellas en las que se produjeron acontecimientos históricos fundamentales y en las que la influencia de los mitos estuvo fuertemente asentada.

Lugares que han sido, asimismo, objeto de numerosas investigaciones arqueológicas e historiográficas y que, en muchos casos, gozan de una enorme importancia como propulsores de muy diversas expresiones y producciones artísticas.

El ciclo ha sido coordinado por Enrique Baquedano, historiador y director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid (MAR), quien ha hablado con La Aventura de la Historia acerca de los motivos, entresijos y peculiaridades de estas jornadas en las que intervendrán reputados especialistas como Miguel Ángel Elvira, Manuel Bendala, José María Luzón, Antonio Alvar o Lauro Olmo.

«El peso del mito respecto de los descubrimientos arqueológicos es muy fuerte», Enrique Baquedano

P.- ¿Cuál es el objetivo de estas jornadas?
R.- La pretensión es difundir el conocimiento del mundo clásico a todos los públicos.

P.- ¿Por qué eligió, como coordinador del ciclo, centrarse en esas cinco ciudades de la antigüedad clásica y no en otras?
R.- Este tercer ciclo, continuación de los anteriores, pasea por una selección de ciudades donde intentamos conjugar diferentes épocas, diferentes tamaños y diferente posición geográfica, de tal manera que los ciclos queden variados para ser, al menos, representativos.

P.- ¿Qué significó el mediterráneo para las culturas más importantes de la Edad Antigua?
R.- La base de la expansión cultural y civilizadora en el mundo occidental tiene como epicentro el mar Mediterráneo. Todo lo verdaderamente importante para nosotros ha tenido su base cultural en el intercambio por el Mare Nostrum.

P.- La arquitectura fue un fenómeno de enorme importancia. ¿Cuál era su función?, ¿servía como verdadero reflejo de los cambios que se estaban dando en el seno de estas sociedades?
R.- La arquitectura siempre refleja los cambios sociales, si bien se suele producir una gran pervivencia de determinados elementos constructivos que se adaptan a unas circunstancias climáticas, paisajísticas y funcionales en un determinado territorio.

P.- ¿Cuál fue el papel de Thera en la civilización minoica?, ¿se trata de una isla aún con mucho pasado por desvelar?
R.- Thera es clave para entender la relación del mundo minoico en un entorno natural y geográfico muy concretos: un archipiélago formado por un volcán en Egeo, una de las islas cicladas más cercana a Creta y más alejada del Peloponeso. Además, la erupción del volcán pudo terminar con una fase de la cultura minoica a mediados del s. XVII a. c. En Thera y, sobre todo, Akrotiri, queda muchísimo por descubrir de esta Pompeya del Egeo.

P.- ¿Ha sido difícil para los historiadores de la Antigüedad Clásica separar el mito de la realidad respecto al pasado de estos lugares?
R.- No solo ha sido difícil, sino que es imposible. La Edad del Bronce final y comienzo de la Edad del Hierro es excepcionalmente apasionante por la relación que se establece entre la literatura mítica y la arqueología de la cultura material. Contrastar ambos aspectos es justamente uno de los grandes retos que tenemos los historiadores.

P.- ¿Realmente se ha logrado o aún perviven mitos que parecen pesar más que los datos objetivos y llegan a ensombrecerlos?
R.- Por supuesto, el peso del mito respecto de los descubrimientos arqueológicos es muy fuerte y los humanos tan dados a las construcciones mitómanas no lo tenemos fácil para deshacernos de ello.

Programación del ciclo

  • 3 de febrero: Thera o la fuerza de la naturaleza indómita.
  • 5 de febrero: Atenas, la blancura de la diosa.
  • 10 de febrero: Roma, el prodigioso paisaje urbano de la ciudad imperial.
  • 12 de febrero: Itálica, una visión historiográfica.
  • 17 de febrero: Tréveris, la primera ciudad de Alemania.
  • 19 de febrero: Rávena: espacio y tiempo de una ciudad entre Oriente y Occidente.

2 febrero 2015 at 3:17 pm Deja un comentario


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