Archive for junio, 2014

Egipto: Descubierta una ciudad romana en el delta del Nilo

piramide_egittoEn la provincia egipcia de Buhayra, en el noroeste del delta del Nilo, a 135 kilómetros de El Cairo, han sido hallados los restos de una ciudad de época romana. Lo ha anunciado el ministro egipcio de Bienes Arqueológicos Mamdouh al-Damati, que ha desvelado que el descubrimiento se produjo «durante unos sondeos llevados a cabo por un equipo conjunto del Ministerio y el Centro Arqueológico italo-egipcio en colaboración con las universidades de Padua y Siena». «Este – ha señalado Damati – es un descubrimiento de importancia histórica, sobre todo porque revela muchos detalles sobre la vida cotidiana en aquella época y sobre las características arquitectónicas de estas ciudades planificadas según el modelo helenístico-romano».

Los sondeos, efectuados «con las más modernas técnicas de prospección geofísica, topográfica y magnética, han revelado la presencia de numerosas plantas alrededor de un gran edificio rectangular, utilizado para fines administrativos o religiosos». La parte más antigua del asentamiento «data de comienzos de la época helenística», mientras que la parte más moderna «de la de finales de la época helenística e inicios de la época romana» en Egipto, ha indicado el ministro. Por su parte, el arqueólogo Muhammad Kenawi, que forma parte del equipo egipcio, ha afirmado que «la fundación de la ciudad data probablemente de la época de las últimas dinastías faraónicas, pero esta hipótesis necesita un estudio posterior».

Fuente: Adnkronos | Egitto: Beni archeologici, scoperta citta’ romana nel delta del Nilo

30 junio 2014 at 5:05 pm Deja un comentario

San Juan se convierte en la romana Iulia Constantia

Este lunes, 30 de junio, se inaugura la exposición «San Juan en época romana»

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En la muestra se podrán ver objetos cotidianos de la época romana

Desde este lunes, el municipio aljarafeño de San Juan de Aznalfarache retrocederá varios siglos gracias a la exposición «San Juan en época romana», una muestra que se podrá visitar en el Centro de Interpretación Hins-Al-faray, de la barriada del Monumento, y en la que se expondrán al público algunos de los hallazgos arqueológicos encontrados en el municipio, durante las excavaciones llevadas a cabo con motivo de las obras de la Línea 1 del Metro.

Se trata de la primera de una serie de muestras que el Ayuntamiento de la localidad quiere organizar con este fin. Los visitantes podrán ver monedas y objetos de la vida cotidiana que fueron hallados durante las excavaciones realizadas en la plaza del doctor Muñoz Cariñanos de la barriada del Monumento.

Según ha informado el Ayuntamiento, se expondrán monedas de Judea o Lion que ponen de manifiesto la importante actividad comercial de la antigua Roma. Según ha explicado la arqueóloga y la comisaria de la exposición, Laura Mercado, «queremos ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de acercarse a la vida de la antigua Roma a través de los hallazgos arqueológicos».

En la muestra también se podrán ver algunos objetos cotidianos como la suela de una sandalia, amuletos o algunas piezas de adornos personales.

Asimismo, también se ha querido contar con «la participación de algunos artesanos locales para brindarles la oportunidad de mostrar su obra, ya que muchos de sus trabajos están inspirados en los propios hallazgos arqueológicos», señala Mª Francisca Aparicio, delegada de Cultura y Patrimonio Histórico de San Juan.

En total, son seis los artesanos que van a participar en esta muestra con sus cerámicas, mosaicos, ilustraciones o reproducciones de objetos de la antigua Roma. Todos ellos coinciden en señalar la importancia de este tipo de muestras que contribuyen a fomentar la cultura entre los ciudadanos poniendo en valor el patrimonio artístico y cultural del municipio.

Fuente: E. F. | ABC de Sevilla

30 junio 2014 at 12:21 pm Deja un comentario

Sangre y pilum: El instrumental que usaron los cirujanos de las legiones romanas en España

La exposición «Sanidad Militar Española: Historia y aportación a la ciencia» guarda en su interior varios de los enseres utilizados por los médicos militares de la época de Augusto

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Las legiones romanas dominaron Europa gracias a su medicina y su cirugía

Desde una simple espéculo ideado para examinar a los pacientes, hasta un bisturí dispuesto para intervenir a cualquier soldado después de un sangriento combate. A pesar de que fueron inventados hace dos milenios, los instrumentos utilizados por los médicos romanos podían ser la frontera entre la vida y la muerte para los legionarios que, bajo la lluvia incesante de Britania o el calor de Egipto, combatían por su vida armados tan solo con un pilum y un gladius. Sin embargo, y a pesar de su simplicidad, este instrumental revolucionó la medicina de campaña de la época. Lo mismo sucedió con la Sanidad Militar romana, la más avanzada de entonces y la cual sirvió de base para toda la medicina marcial que hoy existe en España.

Varias de estas piezas de cirugía, al igual que otras dedicadas a la atención sanitaria de heridos en la antigua Roma, pueden ser apreciadas en primicia por todo aquel que se deje caer por Granada. Esto es posible debido a que, desde hace aproximadamente un mes, el Parque de las Ciencias de la ciudad andaluza acoge la exposición «Sanidad Militar Española: Historia y aportación a la ciencia», una exhibición con más de 250 piezas de patrimonio médico de carácter castrense que podrá ser visitada durante todo un año por los interesados en el tema.

La Sanidad Militar romana

La Sanidad Militar española tiene su origen en Roma. Y es que, al ser un pueblo que solía andar a lanzazos por medio mundo, necesitaban de un buen equipo médico que pudiera salvar de la muerte a cuántos más legionarios mejor. Con todo, hubo que esperar hasta la época del emperador Cayo Julio César Augusto (en el siglo I a.C.) para ver una verdadera organización dedicada a la recuperación de heridos y enfermos. Antes de este líder, aquellos soldados de Roma que recibían un tajo en batalla eran trasladados y tratados en las casas particulares cercanas. Allí, más con rituales y embrujos que con cirugía, los improvisados curanderos trataban de salvarles la vida para que lograran que combatieran un día más. Las posibilidades de marcharse al otro barrio con el uniforme puesto eran, por lo tanto, más bien altas.

Todo cambió con la creación de una organización sanitaria profesional en la época de Augusto. Ésta era incluso preventiva, pues a algunos doctores militares (la mayoría de los cuales basaban sus conocimientos en la antigua Grecia y en la experimentación) se les encargaba realizar un examen médico a cualquier aspirante a convertirse en miembro de la Legión. Concretamente, buscaban hombres sanos, fuertes, y que no fueran propensos a enfermar. Mientras todo esto sucedía, los médicos se profesionalizaban y adquirían experiencia a una velocidad increíble. La razón era sencilla: el Emperador sabía de la importancia de su preparación y no tenía problemas en abrir la bolsa para premiar a sus galenos con dinero, tierras y títulos. Así pues, no era raro que los pequeños estudiantes soñaran con convertirse en doctores cuando levantaran dos palmos del suelo.

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Reproducción de una camilla médica romana en la exposivión de Granada. M. P. Villatoro

La prodigiosa expansión de Roma se debió a la eficaz maquinaria bélica, basada en la “Legión romana”. Ésta era una formación militar que revolucionó el arte de la guerra durante centurias. Poseía una gran eficacia, cohesión y flexibilidad hasta entonces desconocidas en el campo de batalla. Era capaz de utilizar tácticas innovadoras, basadas en su estructuración en Cohortes, Centurias y manípulos; de usar despliegues ofensivos-defensivos altamente eficaces (ej.:” el testudo”); hacer uso de lo último en tecnología armamentística de la época… Pero dicha maquinaria de guerra no hubiera conseguido sus logros sin contar con una sofisticada organización sanitaria que brindase una cuidada y eficaz atención médica al soldado. Podemos decir, de alguna manera, que los logros bélicos corrieron de la mano de la creación de esta organización sanitaria tan sofisticada» afirma, en declaraciones a ABC, el general médico Manuel Guiote Linares.

Los primeros hospitales de campaña

Sin embargo, por si todo aquello fallaba (o por si sus legionarios eran heridos por algún que otro bárbaro armado con una vulgar hacha), el que fue el primer Emperador del Imperio Romano creó sus primeros centros de atención para soldados. «La gran importancia que, desde Augusto, la administración romana concedía a la recuperación de heridos y enfermos quedó patente en la monumentalidad y eficiencia de sus “valetudinaria” (hospitales de campaña situados siempre dentro de los grandes campamentos de cada legión, que, a su vez, estaban muy cerca del limes –conjunto de muralla y torres de vigilancia que defendía el Imperio de súbitos ataques del enemigo-)» afirma Luis Monteagudo García, exdirector del Museo Arqueológico de la Coruña, en su dossier «La cirugía en el imperio romano».

Estos primeros hospitales eran militares y contaban con habitaciones para los heridos, además de un quirófano en el que intervenir a los soldados en plena contienda. A su vez, y como bien señala Monteagudo, eran de una modernidad increíble: «Características son las salas de enfermos, cada 2 de las cuales tenían comunes una puerta, un vestíbulo y una despensa centrales; del vestíbulo se pasaba a las dos habitaciones por sendas puertas, a derecha e izquierda. Así se lograba ventilar sin engendrar corrientes».

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Reproducción de una armadura, un casco y un gladius expuestos en Granada. M. P. Villatoro

Con esta red de «valetudinaria», la cual se unió a un impresionante contingente de ambulancias (carros tirados por animales) para transportar a los enfermos hasta los hospitales de campaña, Roma logró crear la Sanidad Militar más avanzada de su época. Y, como no podía ser de otra forma, la dejó como un improvisado presente en todos los territorios por los que pasó. Uno de ellos fue precisamente la Península Ibérica, donde, posteriormente, se usó como base para crear el sistema de atención médica de los Reyes Católicos e, incluso, el de los tercios.

«Podemos considerar que los romanos crean el primer antecedente histórico de una Sanidad Militar organizada y estructurada, que influiría decisivamente en la génesis de una verdadera Sanidad militar española que surgiría en la Edad Media y, posteriormente, en el Imperio español» señala Guiote mientras muestra a este periódico los recuerdos de este antiguo pueblo que, tras una vitrina, se exponen en la exhibición granadina «Sanidad Militar Española: Historia y aportación a la ciencia».

Las labores del «medicus»

Así pues, el médico se convirtió en todo un activo en las legiones romanas, ya que, durante el combate, era el encargado de curar a los heridos que llegaban del campo de batalla tratando, por todos los medios, de devolverlos lo antes posible a la lucha. Sin embargo, el sanar a los legionarios no era su única labor. Y es que, además de cirujano devía velar por la higiene del campamento y evitar el contagio de enfermedades e infecciones. «El “Medicus” se convirtió, no sólo, en el cirujano que atendía y curaba las heridas de guerra de los soldados; no sólo en el profesional que trataba diferentes tipos de enfermedades comunes (infecciosas,etc.), sino en un verdadero “higienista-preventivista”: se encargaba de enseñar medidas para prevenir enfermedades transmisibles, elaboraba dietas equilibradas para los legionarios, etc.», completa el militar a ABC.

A su vez, los médicos romanos fueron los primeros que apostaron por crear hospitales militares en los que poder tratar mejor a los heridos: «Fueron los creadores del “Valetudinarium”, antecedente de los hospitales fijos, en el que los enfermos y heridos se distribuían en alas independientes y en habitaciones individuales. Fueron además los encargados de crear un verdadero sistema de evacuación de los heridos en angarillas,. Pero, probablemente, lo más significativo fue la creación de una organización sanitaria compleja, dirigida por el “Ordinarius” -lo que hoy podríamos llamar el jefe de la sanidad- que dirigía y coordinaba todo lo relacionado con la salud de las legiones (curiosamente, podemos decir que conocemos el nombre del primer médico militar hispanorromano, que era “Ordinarius”: se llamaba: Anitius Ingenuus», señala Guiote.

Las «armas» del cirujano

Con todo, y a pesar de su ingente cantidad de tareas, la valía de un «medicus» se terminaba probando cuando pasaban por sus manos centenares de legionarios con brazos cercenados, heridas profundas de hacha o tajos brutales. Para tratarlos, el doctor y cirujano contaba con unas herramientas muy avanzadas para la época. «El “Medicus” romano disponía de una amplia panoplia de instrumental quirúrgico para tratar todo tipo de heridas originadas en el campo de batalla. Dicho “arsenal” terapéutico era más sofisticado de lo que podríamos pensar hoy en día: tenía un diseño que , en esencia, no dista mucho del que tiene el utilizado por los cirujanos actuales. Así, prácticamente, la única diferencia radica en el material con el que se confeccionaban: bronce y hierro, en la la Antigua Roma; acero quirúrgico, en la actualidad», añade el experto.

El medico, a su vez, contaba con una gran cantidad de instrumentos con diferentes objetivos.. Así pues, para la denominada «cirugía blanda», la herramienta principal del «medicus» era el bisturí. «El bisturí romano constaba de tres partes; hoja cortante de acero o hierro acerado, empalme -donde iba introducida la hoja- y dos ranuras para fijar la hoja», señala, en este caso, Monteagudo en su obra. Entre los diferentes escalpelos, había algunos diseñados específicamente para hacer las denominadas penetraciones exploratorias e, incluso, para llevar a cabo operaciones de cataratas. «El “ Medicus” poseía también: sondas, gubias, agujas, etc., que servían para cortar los tejidos, extraer puntas de flechas, drenar pus, realizar legrados…», añade Guiote.

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Reproducción del instrumental de un medicus (principalmente escalpelos, sondas, pinzas y separadores) exhibidos en Granada. M.P. Villatoro

Tampoco faltaban en su maleta las tijeras, las cuales eran usadas tanto para cortar el pelo como para rebanar órganos en el quirófano. Los médicos romanos contaban incluso con varios tratados en los que se explicaba cuándo era necesario tratar determinadas heridas con este tipo de instrumental: «Celso, al tratar de la herida abdominal con salida de omento –tejido que une el estómago e intestinos a las paredes intestinales– dice: si el omento ya está negro y muerto hay que cortarlo con tijera; si se conserva en buen estado hay que volverlo a colocar suavemente sobre los intestino. En la operación de hernia, su es pequeña se desaconseja cortar el omento con tijera, y si es mayor puede producirse una hemorragia abundante porque el omento está conectado con venas mayores», completa Monteagudo.

Los «ganchos separadores» era otro de los elementos utilizados para la cirugía de pequeño calibre. Este instrumento fue muy empleado en las operaciones de amígdalas, las cuales ya se realizaban en la época romana. Así explicaba una de estas intervenciones el médico Paulus VI: «Sentado el paciente a la luz del sol, se le manda abrir la boca, y mientras un ayudante le sujeta la cabeza y otro le mantiene baja la lengua contra la mandíbula inferior con un depresor de lengua, tomamos el ganchillo, enganchamos la amígdala y tiramos con el gancho todo lo que podamos sin arrastrar la cápsula. Entonces cortamos la amígdala por la raíz con el bisturí». Finalmente, acompañaban a este instrumental las típicas vendas, punzones, el hilo de sutura para coser heridas en combate o las médulas de papiro para ablandar fístulas (una conexión anormal entre dos partes internas del cuerpo).

La «cirugía ósea» era otro de los ámbitos a los que se dedicaba el «medicus» y, como era natural, disponía de varios instrumentos para llevarla a cabo. Uno de sus aparatos más utilizados era el «trépano cilíndrico para cráneos», el cual servía para realizar agujeros en la cabeza del afectado y, posteriormente, poder retirar así los fragmentos de hueso que se hubieran introducido en una herida tras un golpe en la cabeza.

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Instrumentos médicos romanos originales expuestos en el Parque de las Ciencias. M. P. Villatoro

«Las continuas guerras ocasionaban frecuentes heridas en el cráneo, casi siempre graves y por el hundimiento y desmenuzamiento del hueso con producción de secuestros (fragmentos sueltos de hueso) que había que retirar cuanto antes para facilitar la muy problemática recuperación, mediante la formación del callo periférico. Estas heridas eran producidas por espadas, lanzas, hondas, caídas… y no siempre las impedía el incómodo casco, añade el experto.

Curiosamente, para llevar a cabo operaciones óseas no era muy aconsejable hacer uso de sierras quirúrgicas, ya que solían ser muy dañinas. A pesar de ello, formaban parte de las herramientas del «medicus», al igual que el martillo de plomo (utilizado junto al trépano para abrir agujeros en el cráneo), la «palanca o elevador de huesos» (cuya función era extraer esquirlas de hueso y colocar éstos en su sitio después de una fractura) y los escoplos (que servían para abrir canales en los huesos).

Finalmente, el cirujano disponía de instrumentos para sacar todo tipo de suciedad o restos de las heridas. La principal herramienta para esta función eran las pinzas. «Instrumento muy frecuente en el equipo del médico antiguo. Sirve para extraer cuerpos extraños de las heridas, para coger la gasa y enjugar la sangre, etc». Según Celso, también eran útiles para sacar esquirlas de hueso. «La elasticidad de la pinza estaba producida por la divergencia de las dos ramas soldadas o bien por la rápida curvatura de un solo fleje que forma ambas ramas», destaca el experto español en su dossier sobre la cirugía romana.

Fuente: Manuel P. Villatoro | ABC

30 junio 2014 at 8:27 am 2 comentarios

Julio César desembarca en Brigantio

Con la incursión logró fama y un botín para llegar a ser cónsul de Roma

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Xosé Tomás pintó a Julio César en una columna del viaducto de Cuatro Caminos. Marcos Míguez

Tenía unos 40 años y era un hombre ambicioso y endeudado. Cayo Julio César llegó a Corduba, capital de la provincia romana de Hispania Ulterior, en el año 61 antes de Cristo. Era el nuevo propretor o gobernador de la provincia. Ya conocía la zona y tenía en ella buenos e influyentes amigos. En el año 68 antes de Cristo había estado como cuestor, impartiendo justicia. Fue entonces cuando probablemente en Gades (Cádiz) se hizo amigo de Lucio Cornelio Balbo, miembro de una de las familias, de navegantes y comerciantes de origen fenicio, más ricas de la ciudad. También visitó allí el templo dedicado a Hércules, donde, según sus panegiristas, lloró ante una estatua de Alejandro Magno porque él a sus 32 años no había realizado nada importante, mientras que a esa edad el admirado héroe ya forjara un imperio en Oriente.

Ahora, en su nueva estancia en Hispania, Julio César solo pensaba en ser cónsul, la máxima magistratura romana. Y la mejor forma de hacerlo era volviendo a Roma cargado de fama y con fondos suficientes para pagar sus deudas y sufragar su candidatura política.

La provincia que iba a gobernar se prestaba muy bien a sus propósitos. Roma tenía dificultades para ejercer su dominio más allá del río Anas (Guadiana) y sus territorios sufrían los saqueos de bandas de lusitanos. Esa era su oportunidad: aplastar a los rebeldes, ampliar el dominio de Roma y llegar por Occidente hasta donde nunca había llegado un jefe romano; si Alejandro lo había hecho en Oriente, él lo haría por Occidente.

Nada más llegar preparó y amplió su ejército hasta formar 30 cohortes (unos 9.000 hombres) para someter a los lusitanos y, al mismo tiempo, con la ayuda de su amigo Balbo, formó en Gades una flota de barcos con la que poder navegar por la ruta del estaño y del oro. Conseguiría fama y botín.

Primero se dirigió por el interior hacia el monte Herminius (en Serra da Estrela, en Portugal), principal foco de resistencia lusitana. Venció a todos los que se le enfrentaron y persiguió a los que huían hasta unas islas en la costa (acaso las Berlenga o Peniche en Portugal).

Después mandó que vinieran de Gades los barcos y embarcó a su ejército. Tras rendir a los que se habían refugiado en las islas, navegó hacia el norte. Sus amigos gaditanos conocían la ruta y se dirigieron hacia Brigantio, uno de los emporios del comercio de los metales situado en la bahía coruñesa. Las crónicas dicen que César amedrentó a sus habitantes, que nunca habían visto una flota, por el ruido de las aguas que batían con estrépito contra los flancos de las naves, y los sometió.

Con la fama y el botín conseguido, César sería cónsul en el año 59 antes de Cristo, iniciando una carrera que le llevaría a lo más alto de la historia romana. Con el tiempo, por la ruta por él abierta vendrían más barcos con comerciantes y soldados romanos que construirían una nueva ciudad: Brigantium, situada en lo que hoy es la ciudad vieja coruñesa, y levantarían un gran faro que hoy es Patrimonio de la Humanidad: la Torre de Hércules.

Fuente: Xosé Alfeirán | La Voz de Galicia

29 junio 2014 at 6:27 pm 1 comentario

Foros Imperiales, «desenrollada» la Columna de Trajano

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Leer la Columna de Trajano «desenrollada» en una reproducción fotográfica del relieve. A partir de hoy es posible. El alcalde de Roma, Ignazio Marino, junto con el superintendente del Capitolio, Claudio Parisi Presicce, han inaugurado «El friso revelado: la historia de la Columna Trajana», la reproducción fotográfica del relieve de la Columna para «leer» gratuitamente la Columna Trajana sobre un panel de PVC montado sobre una estructura de metal de doble vertiente, de unos 80 metros de longitud en cada lado, un soporte situado en el centro de la Plaza del Foro de Trajano. El proyecto, ideado por Francesco Zan de la  Universidad de Florencia y realizado en colaboración con la Superintendencia del Capitolio con un costo total aproximado de 43.000 euros, estará expuesto hasta finales de septiembre.

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«La columna relata las dos guerras llevadas a cabo por Trajano en Dacia, explica el superintendente Presicce. Todas las escenas son realistas y esquemáticamente repetitivas y típicas. Y además estaban coloreadas.»

Fuente: La Repubblica | Fori, «srotolata» la Colonna di Traiano

29 junio 2014 at 6:04 pm 2 comentarios

Hallan una moneda de oro con la efigie de Nerón

Esta pieza excepcional ha sido descubierta en el sitio arqueológico de Vindolanda, al norte de Inglaterra, donde años atrás fueron halladas unas tablillas escritas a mano

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En el anverso aparece la efigie de Nerón y en el reverso la diosa Securitas. / © VINDOLANDA CHARITABLE TRUST

Desde 2008, Marcel Albert, procedente de Nantes, excava como voluntario en el sitio arqueológico de Vindolanda, un antiguo castrum o campamento militar romano situado al norte de Inglaterra que fue erigido junto al Muro de Adriano. En 1973 se hallaron aquí las tablillas de Vindolanda, unos documentos de época romana escritos sobre finas tablillas de madera que constituyen uno de los mayores tesoros arqueológicos de Gran Bretaña. El pasado 3 de junio, Albert descubrió una moneda de oro con la efigie de Nerón que se ha convertido en un hallazgo excepcional, pues en el sitio se han encontrado miles de monedas, pero ninguna de oro. No me lo podía creer, al retirar la tierra simplemente reposaba allí, brillando, como si alguien la acabara de dejar caer, expresa en un comunicado difundido recientemente por la fundación Vindolanda Charitable Trust.

El salario de medio año de un soldado

En el aureus o moneda de oro aparece en el anverso la imagen de Nerón, el extravagante emperador que reinó a mediados del sigo I d.C. y que sentía obsesión por el oro y la grandilocuencia, prueba de ello fue la construcción de su gran palacio, la Domus Aurea, con el que agotó el Tesoro público. En el reverso aparece la diosa Securitas. Esta preciosa moneda, cuyo valor equivalía a un poco más del salario de medio año de un soldado raso, estuvo en circulación durante más de 300 años hasta que se perdió en los confines del Imperio romano. Los hallazgos de la campaña arqueológica de este año incluyen cuentas de collar, broches, anillos, calzado de cuero, puntas de flechas, cerámica y piezas de un juego, pero es probable que todavía aparezcan muchas cosas más.

Fuente: NATIONAL GEOGRAPHIC

28 junio 2014 at 12:39 pm Deja un comentario

El ciclo legendario de Hércules en la pintura mural de la Colonia Celsa

Durante el Imperio Romano fueron frecuentes las representaciones figuradas en pintura mural y mosaicos que tomaban los modelos de las pinturas sobre telas (totalmente perdidas) y tablas que raramente se han conservado. Las pinturas sobre tabla más célebres son los retratos funerarios sobre sarcófagos de los siglos II-III d.C., encontrados en Egipto (El Fayum), se realizaron utilizando el método de la encáustica sobre madera. Vitruvio sobre está técnica escribía: “Hay que extender una capa de cera caliente sobre la pintura y a continuación hay que pulir con unos trapos de lino bien secos.”

Para realizar la pintura mural el mortero se aplicaba en varias capas y grosores, entre tres y siete. En su composición intervenían aglomerantes (carbonatos, yeso), arenas y áridos (yeso fibroso, cuarzos, cuarcitas, feldespatos y calizas). La capa externa del mortero (“intonacco“) podía ser de color rosa (yeso y carbonatos más óxidos metálicos y minerales de arcilla) o blanco (yeso, carbonatos, más áridos). En el proceso decorativo final participaban el dealbator que blanqueaba las paredes y especialmente el pictor (pintor decorador), que cuando ejecutaba los colores de fondo y los paneles o decoraciones repetitivas se denominaba pictor parietarius y cuando confeccionaba las escenas con imágenes era el pictor imaginarius.

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Hércules y la cierva Cerinnia. Fresco de la Colonia Celsa, Velilla de Ebro (Fot. J. Garrido)

Como sucede en todas las religiones, en las que se acepta la representación de los relatos históricos de dioses, héroes, santos, etcétera, el mundo romano hizo gala de una gran creatividad y el tema hercúleo fue uno de los favoritos. Y así sucedió en la Colonia Celsa donde unas  pinturas murales reflejan el ciclo legendario de Hércules, en las que figura el héroe en los doce episodios de su mítica vida. Las imágenes se realizaron en cuadros alusivos sobre la pared de una habitación identificada como un triclinio de recepción, en una casa de la que desconocemos el nombre del propietario y que se ha denominado, precisamente, Casa de Hércules.

En los restos mejor conservados se ve el relato de dos episodios: Hércules con arco y la cierva Cerinnia (Dimensiones: 35 x 22 x 4 cm) y Hércules con la clava y el jabalí de Erimanto (Dimensiones: 50 x 30 x 2,5 cm). Esta última escena reproduce la estatua en bronce de Hércules Emiliano (Museos Capitolinos, Roma), tenida como copia de un original del siglo IV a. C. Las pinturas se encuadran en el II Estilo decorativo y se fechan entre los años 40-30 a. C. aproximadamente.

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Hércules con la clava. Fresco de la Colonia Celsa, Velilla de Ebro (Fot. J. Garrido)

Una muestra más del grado de refinamiento y ostentación que alcanzaron los ciudadanos acomodados de esta ciudad del valle del Ebro, quienes estaban impregnados del más clásico gusto romano.

Fuente: Museo de Zaragoza

28 junio 2014 at 11:58 am Deja un comentario

Carrera contra el reloj para salvar a Pompeya

Derrumbes, hurtos y huelgas se suceden día a día en el yacimiento arqueológico italiano

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Vista del Foro del yacimiento arqueológico de Pompeya, cerca de Nápoles, Italia EFE/CIRO FUSCO

Derrumbes, hurtos y huelgas se suceden día a día en el yacimiento de Pompeya, cuya situación se ve amenazada por la lentitud en la aplicación de un plan de conservación cofinanciado por la Unión Europea (UE) que las autoridades de Italia se afanan ahora en aplicar «in extremis» antes de su vencimiento, en 2015.

Las malas noticias en relación con Pompeya aparecen cotidianamente en la prensa local, de tal modo que ya se habla de su «segunda destrucción» o de la «maldición» de esta urbe que el pasado jueves volvió a registrar su enésimo derrumbe. Pompeya fue arrasada y sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C junto con otras ciudades aledañas como Herculano o Estabia y no fue hasta 1748 cuando se produjo su descubrimiento, y se convirtió, con el tiempo, en una de las áreas arqueológicas más importantes del país. Asimismo, los empleados de este lugar han llevado a cabo una huelga encubierta durante esta semana convocada por los sindicatos, que organizaron una serie de asambleas a las que los trabajadores acudieron en masa en horario laboral y provocaron, así, su cierre momentáneo. Una situación que ha sonrojado al país, al contemplar las imágenes reproducidas por los medios que muestran a cientos de turistas a la espera de la reapertura del sitio bajo un sol de justicia.

Los sindicatos reclaman, entre otras cosas, el cobro de pagos atrasados a los trabajadores y la contratación de más personal para gestionar este vasto e importante yacimiento, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Salvatore Altieri, secretario general de la Confederación Italiana de Sindicatos de los Trabajadores en Nápoles (CISL, en sus siglas italianas), refirió durante una entrevista con Efe que el número de trabajadores es muy inferior al que Pompeya requiere. «El área ocupa 66 hectáreas que son vigiladas por solo 135 vigilantes divididos en cinco turnos. Por esta razón denunciamos la falta de personal que impide que el yacimiento sea visitado de manera adecuada por los turistas que atraviesan el planeta únicamente para conocerlo», dijo.

Por otro lado, el sindicalista criticó el desarrollo del conocido como Gran Proyecto Pompeya, presentado en 2011 por el entonces primer ministro, Mario Monti, con el objetivo de tutelar su protección entre 2011 y diciembre de 2015. Este Gran Proyecto está dotado de 105 millones de euros, de los cuales, en un primer momento, 41,8 millones provenían del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), si bien el pasado marzo la Comisión Europea decidió aumentar su dotación hasta los 74 millones, sin sobrepasar, eso sí, el presupuesto total del protocolo. Durante una entrevista con Efe, el actual superintendente de Pompeya, Massimo Osanna, reconoció que este programa no actuó de forma inmediata en sus inicios aunque en la actualidad todos sus esfuerzos están dirigidos a acelerar su aplicación antes de su vencimiento. Y es que el objetivo de los gestores de Pompeya es «aprovechar el máximo dinero posible» de dicho protocolo comunitario antes de que su plazo de vigor toque a su fin. «Tratamos de acelerar las posibilidades de inversión.

Hemos comenzado varias obras dentro del yacimiento que estarán finalizadas dentro del plazo (…). Buscamos optimizar los tiempos para gastar el máximo posible», agregó Osanna. El programa comprende la rehabilitación de 39 zonas de Pompeya, de las cuales solo se ha concluido una, la de la Casa del Criptopórtico, el pasado febrero y por un valor de 853.342 euros. No obstante, según un informe del Ministerio de Cultura al que tuvo acceso Efe, otras diez obras de mantenimiento están en curso en este momento y finalizarán dentro del plazo previsto por la UE con un coste total de cerca de 15 millones, el 14,8 % del presupuesto del Gran Proyecto. Además, otras dos obras ya han sido adjudicadas: la adecuación de la Región VII por un valor de cinco millones y medio de euros y la restauración de los frescos de la Casa de Venus, por casi un millón. Osanna explicó que no solo invertirán el dinero en la restauración sino que ya contemplan la creación de nuevos itinerarios temáticos, la adecuación del acceso para discapacitados o la reorganización de diversos puntos museísticos, entre otras medidas.

Los italianos, en los últimos tiempos, han vuelto a mirar a Bruselas para pedir una prórroga en el desarrollo del proyecto pero la UE ya ha advertido de que eso no se producirá. Por esta razón, Osanna abogó por continuar la restauración mediante otras vías de financiación como el mecenazgo, que no se trataría necesariamente, según él, de «privatizar, sino de colaborar» con el fin de garantizar el mantenimiento de Pompeya, potente motor turístico y económico para la región de Campania y para Italia.

Fuente: EFE | LA VANGUARDIA

28 junio 2014 at 11:53 am Deja un comentario

El circo escondido de Valencia

La capital del Turia guarda bajo tierra su construcción más grande de la época romana

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Ocupaba una superficie de más de tres campos de fútbol. Con 350 metros de largo y más de 70 de ancho, el circo romano de Valentia era la construcción más imponente de nuestra ciudad en el siglo II, durante la época romana y bizantina. Partía desde la calle de la Paz, a la altura del Colegio del Patriarca, y llegaba hasta la calle Almirante, donde se encuentra la sede de Comisiones Obreras.

Sin embargo, el circo romano es un gran desconocido para muchos de los valencianos. De hecho, hace poco más de veinte ni siquiera historiadores y arqueólogos imaginaban que, bajo el suelo de Valencia, yaciera un circo romano.

Los descubrimientos de los restos del circo comenzaron en 1987, en la calle Barón de Petrés, donde aparecieron dos basamentos de piedra de la zona de las carceres. Un año después apareció el primer tramo de la pared, el occidental; y en 1990, el oriental. Entonces, todos estos descubrimientos se consideraron que formaban parte de la muralla romana.

Sin embargo, en 1993 se encontraron sendas muestras deterioradas de los muros interno y externo del circo que, junto al hallazgo en 1995 de un fragmento de la cabecera de salida y meta en la calle de la Paz disiparon todas las dudas.

“El circo romano era un hipódromo, y en la antigüedad, sobre todo en la época romana del Imperio y en la época bizantina, era el deporte principal; era una actividad de trascendencia similar al fútbol de ahora, ya que los emperadores estaban siempre pendientes de que el pueblo tuviera su ración de circo”, explicó Albert Ribera, jefe del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal de Valencia.

“Las competiciones las disputaban doce cuádrigas, que salían a la vez, y que daban doce vueltas al recinto; siempre había accidentes y se producían escenas casi de terror pero que a los antiguos les interesaban”, señaló Ribera. “Se conocen una decena de puntos del centro de Valencia con restos del circo, que yace debajo de la ciudad, y que se han ido localizando uno por uno hasta montar el puzzle final”, destacó.

Las carceres estaban en la calle Barón de Petrés. Los restos del muro occidental, en la plaza de Nápoles y Sicilia, al igual que la arena. En la calle Palau hay también restos del muro occidental, así como en la calle Miracle. Del muro oriental, atravesaba la calle Trinquet de Cavallers y la calle Comedias. La ‘spina’, el muro central, estaba donde se encuentra San Juan del Hospital. Y la cabecera del circo, en la calle de la Paz.

Sin embargo, sólo en tres lugares de Valencia pueden verse hoy en día restos del circo romano. “Una parte de la muralla está en un restaurante que hay en el cruce de la calle Comedias y la calle del Mar –El Soho del Mar–; existen también tres elementos de las metas en el bar del Hotel Caro; y en la cripta de la reina Costanza, en la Iglesia de San Juan del Hospital se conserva parte del muro de la ‘spina’, el muro central, donde se colocaban obeliscos e inscripciones”, señaló Albert Ribera.

Desde noviembre de 2013 hasta el pasado mes de mayo el Ayuntamiento ofreció una exposición en L’Almoina llamada ‘El circo romano de Valentia’. Ahora se ha convertido en itinerante, e irá viajando por toda la ciudad. En estos momentos se encuentra expuesta en la biblioteca de Monteolivete, y tras el verano pasará a La Rambleta.

Enlace a vídeo El circo escondido de Valencia

Fuente: RAFA MUÑOZ | LAS PROVINCIAS

27 junio 2014 at 8:44 pm 1 comentario

Carranque, un trocito de Roma en Toledo

Las ruinas arqueológicas de este municipio manchego son una excepcional muestra de mosaicos datados en la segunda mitad del siglo IV

carranque-mosaico

Uno de los mosaicos que pueden verse en la Casa del Materno, en Carranque (Toledo)

Por puro azar. Así se encontró el primer mosaico de la larga lista que hoy compone el conjunto arqueológico de Carranque. Las responsables de que hoy podamos disfrutar de este trocito de historia fueron unas labores agrícolas llevadas a cabo por Samuel López Iglesias, vecino de esta localidad de poco más de 4.500 habitantes. La gran relevancia del hallazgo provocó el inicio de varios trabajos arqueológicos que se desarrollaron sin cesar desde 1985 hasta 2010, pasando por la dirección de diferentes manos. Después de varios años de esfuerzo, hoy en día el visitante consigue trasladarse hasta la antigua Roma sin salir de España.

Con una superficie de unas 18 hectáreas, el complejo ofrece varios atractivos turísticos: un mausoleo, un complejo dedicado a la fabricación de aceite y vino, un edificio palacial y la casa de Materno –que es la máxima «joya» del lugar–. Declarado Parque Arqueológico y abierto hace 11 años, la simple visita a la colección de mosaicos de la Casa de Materno ya valdría por sí sola una excursión a Carranque. A través de una serie de plataformas elevadas el visitante puede contemplar desde el «aire» el conjunto de preciosas teselas que embellecían el suelo de la construcción.

La más llamativa de ellas podría ser la recreación de Neptuno en la «Fuente del Océano». El dios del mar romano queda inmortalizado a través de vivos colores con antenas y pinzas de cangrejo –atributos de varios animales marinos– en un suelo con ligera inclinación. En su día, este habitáculo se cubría con agua para simular la sensación de que el dios vivía realmente bajo el agua.

Datos de interés

Dirección: Carretera Carranque-Madrid, km. 34 (45216 Carranque, Toledo)
Teléfono: +34 925 54 44 77
Web: http://www.parquearqueologico.org
Email: info@parquearqueologico.org
Precios:
– Entrada general: 5 euros.
– Entrada reducida: 3 euros. ( Será de aplicación a grupos superiores a 20 personas, a las personas que acrediten su condición con Carnet Joven o Carnet de Estudiante y a personas que acrediten su condición de discapacitados)
– Visitas guiadas: 2 euros.
– Audioguia: 1 euro.

Fuente: Aurora Vasco | ABC

27 junio 2014 at 8:53 am 1 comentario

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